29 de abril de 2010

La Power Balance, la homeopatía y las asociaciones de consumidores

La verdad es que hoy ha sido un día divertido para quienes seguimos esto de las timopulseras holográficas. La cosa empezó cuando Facua anunció que va a denunciar las pulseras Power Balance ante las autoridades sanitarias:


FACUA-Consumidores en Acción ha denunciado a la empresa Power Balance España ante por atribuir propiedades seudomilagrosas a sus pulseras y otros productos como colgantes, tarjetas plásticas y pegatinas.

Las denuncias han sido remitidas, entre otros organismos, a la Dirección General de Salud Pública y Sanidad Exterior del Ministerio de Sanidad y Política Social y la Secretaría General de Salud Pública de la Junta de Andalucía. Power Balance tiene su sede social en la localidad malagueña de Marbella.

Una estupenda noticia que llega pocos días después de que también anunciara otra serie de denuncias contra otro fabricante de estas "pulseras de equilibrio". Y era de esperar, porque argumentos para denunciar a Power Balance hay más que de sobra.

Pero no se acabó ahí la cosa. Muy poco después, El País echaba otra piedra sobre las plácidas aguas de la venta de camelos holográficos con esta otra noticia:


Según el artículo,

el Instituto Nacional de Consumo (dependiente del ministerio de Sanidad) ha mandado una directiva a las Comunidades (que son quienes tienen competencia para prohibir o no su venta) alertando de que incurren en publicidad engañosa.

Algo ante lo que uno no sabe si decir eso de "más vale tarde que nunca" o bien aquello otro de "a buenas horas, mangas verdes", en vista de que, como cuenta ABC al informar de la noticia

acompaña a más de 350.000 personas en España.

A 35 euros de precio de venta al público de la pulsera, pueden hacerse ustedes una idea del volumen que ha alcanzado el timo hasta la fecha.

La noticia, en fin, ha sido tan llamativa que incluso las noticias de La Sexta (eso sí, tras hacerse un poquito de rogar) han informado de ella, lo cual constituye en sí mismo otra noticia teniendo en cuenta los antecedentes de la cadena.




Eso en cuanto a la parte seria de la noticia. El alivio cómico, tan necesario en estos casos, lo ha puesto nada menos que la propia Power Balance, con un fantástico comunicado de prensa (pdf) en el que nos obsequia con perlas cultivadas como estas:


  • Que POWER BALANCE nunca ha atribuido propiedades pesudomilagrosas ni harecomendado su producto con pretendidos fines sanitarios .
  • Que, en cualquier caso, FACUA-Consumidores en Acción habría presentado demanda contra defectos en la publicidad emitida y en ningún caso contra el uso del producto.
  • Que la tecnología de POWER BALANCE ni es un medicamento ni pretende serlo, por lo que no se considera sujeta a la regulación de la “Ley del Medicamento”, tal y como informa FACUA en su comunicado.
  • Que POWER BALANCE lamenta que FACUA-Consumidores en Acción no se haya puesto en contacto con los responsables de la empresa a fin de aclarar previamente las discrepancias demandadas.
  • Que POWER BALANCE realizará las acciones legales y comerciales que considere adecuadas y necesarias para proteger su tecnología, su marca y su prestigio.

En fin, les remito nuevamente a mi entrada de hace unos días (o, qué narices, a la propia web de la empresa) para que juzguen ustedes mismos si eso es cierto o si nos intentan vender de nuevo una nube de humo tan fantástica como las propiedades, ejem, milagrosas que atribuyen al chisme.

Aunque, en honor a la verdad, hay que reconocer que con el comunicado han conseguido algo que la pulsera promete pero no cumple: aliviar el estrés aprovechando las indudables cualidades relajantes de la carcajada.

En fin, todo esto lo sabrán ustedes de sobra, especialmente si son usuarios de menéame (y si no lo son, no sé a qué están esperando), donde la noticia ha cosechado un buen número de votos. Por cierto que, teniendo en cuenta que no es la primera vez que pasa algo parecido (gracias, gracias), habrá que concluir que los usuarios del elefantito son/somos especialmente críticos con este tipo de timos...

Así que vamos a darle un enfoque diferente. Al conocerse la noticia decía Carlos Chordá que 

Tras la denuncia a las power balance (Y POR LO MISMO), la homeopatía. ¿A que no?

Me da a mí que va a ser que no, pero la idea no es tan descabellada. Recordemos que el otro día el Director General de la OCU decía en el blog de Kurioso que había una serie de signos que permiten reconocer a un producto milagro:

  • Una verdad incuestionable. En el caso de la Power Balance su panfleto terapéutico comienza con el manido: “El cuerpo humano está formado por células….” y otras perlas irrefutables que sirven de punto de partida para adornar con realidad la farfulla siguiente.
  • Farfulla pseudocientífica. El resto de la terminología esta diseñada para enredar a los cerebros más despistados o menos instruidos. Afirmaciones indemostrables basadas en estudios científicos hechos en ‘tierras remotas’.

  • Producto inocuo. Importantísimo. Excepto que te comas la pulsera la inocuidad está garantizada y les protege de cualquier registro sanitario.

  • Mensaje con afirmaciones contundentes. Basadas en la utilización irresponsable y subjetiva del verbo ‘ayudar’.

  • Mensajeros y comunicadores al servicio del producto. Una ‘bata blanca’ en una farmacia o un deportista famoso que te vendan, utilizando su autoridad, la confianza en el producto.

¿Se podrían aplicar esos criterios a la homeopatía? Hagamos la prueba.

1. Una verdad incuestionable. Desde luego, la homeopatía parte de no ya una, sino muchas verdades incuestionables: que los seres humanos enfermamos, que nuestro organismo tiene (en ciertos casos) capacidad para sanarse a sí mismo, o que los medicamentos (también en ciertos casos) producen efectos adversos. Y, como contaba el director de la OCU, estas afirmaciones sirven para adornar la

2. Farfulla pseudocientífica. Consistente en afirmaciones sobre el supuesto mecanismo de funcionamiento por el cual "los similares curan los similares" (incluyendo si es preciso alusiones tergiversadas a mecanismos fisiológicos reales como la vacunación o la hormesis), la "memoria del agua" o incluso el carácter "natural" de los preparados homeopáticos. Y también alusiones a estudios clínicos que supuestamente avalarían la eficacia de la homeopatía, sin tener en cuenta su calidad o que en ocasiones pueden incurrir en errores metodológicos de bulto.

3. Producto inocuo. Que es otra de las afirmaciones estrella de la homeopatía. Se nos dice una y otra vez que se trata de productos inocuos, que no causan efectos secundarios. Lo cual es bastante cierto: ni secundarios ni de ningún otro tipo (echen un vistazo a mi "placebocidiómetro", aquí al lado), salvo que uno padezca intolerancia a la lactosa o que el producto no haya sido diluido hasta dosis realmente inexistentes homeopáticas y contenga cantidades apreciables de sustancias peligrosas.

4. Mensaje con afirmaciones contundentes. Basadas en la utilización irresponsable y subjetiva del verbo ‘ayudar’. Y es que, en efecto, la homeopatía nos promete curarlo prácticamente todo (incluyendo enfermedades y dolencias puramente ficticias), pero generalmente pone mucho cuidado en señalar su carácter "complementario" o de "ayuda". Pocos homeópatas que se respeten (y, sobre todo, que quieran seguir tranquilamente con su negocio) anunciarán abiertamente que la homeopatía sustituye a un tratamiento científico, o emplearán la palabra "curar". En la soledad de la consulta es otra cosa, pero en público hay que guardar las formas, que las autoridades a veces se ponen un poco quisquillosas. Y

5. Mensajeros y comunicadores al servicio del producto. Que nunca faltan. Las "batas blancas" de las que hablaba el Director de la OCU incluso se han oficializado, y los testimonios de famosos se extienden incluso a libros enteros que hablan del tema, que con más sentido de la propaganda que rigor nos venden el argumento de que literatos, escritores, políticos o futbolistas famosos saben muchísimo más que cualquier científico medianamente sensato.


Así que ya ven: probablemente Carlos Chordá tenga razón, y las asociaciones de consumidores deberían echar un vistazo a las pseudomedicinas (no solo la homeopatía; la lista también se cumple con la acupuntura, la quiropráctica, el reiki y cualquier otra engañifa por el estilo).

Y, por supuesto, hacerlo mejor que hasta ahora. Que no solo de pulseras holográficas viven los timadores.

28 de abril de 2010

Homeopatía: pues sí, es ilegal

Pues sí, es ilegal

No está bien eso de decir "lo dije". Pero sí, lo dije en su momento: los productos homeopáticos que se venden como "medicamentos" en nuestras farmacias no tienen autorización. Y lo volví a decir cuando El País publicó aquella información/publirreportaje sobre la homeopatía que tuvo que corregir su Defensora del Lector: la AGEMED no ha aprobado ni una sola autorización para la venta de productos homeopáticos como "medicamentos".

Bueno, pues ahora ni hay que deducirlo de la ambigua carta de la Directora de la AGEMED o del silencio con el que la Agencia ha respondido a las preguntas que muchos le remitimos en su día. Ni tampoco lo dice ninguno de esos malvados escépticos, que inevitablemente provoca que aparezca algún homeópata con sus ingeniosas refutaciones. Según publica El País, también lo dice el representante en España de la Coalición Europea de Productos Medicinales Antroposóficos y Homeopáticos.




Según el artículo,

La regulación europea es de 1992, y en España se adaptó en 1995. Pero ninguna autoridad sanitaria se ha atrevido a meterle mano al espinoso asunto de los productos homeopáticos, que son defendidos por una minoría con el mismo ardor con el que una mayoría de la comunidad científica los rechaza como ineficaces. Por eso, la Agencia Española del Medicamento no se ha decidido a aprobar ninguno nuevo desde hace 18 años, según criticó ayer Alex Castilla, representante de España en ECHAMP, la patronal europea del sector. Castilla indicó que por ese motivo hay 18.000 expedientes pendientes de ser aprobados.

Y no somos los únicos:

En Italia hay 33.000 expecientes paralizados, en Bélgica, 16.000, dijo De Herdt.

No sé lo que opinarán ustedes, pero a mí eso de que nada menos que 18.000 productos se vendan como medicamentos sin contar con autorización. Recientemente leí que la Agencia había retirado del mercado una partida de alcohol para desinfectar heridas porque el fabricante del lote no era el mismo que figuraba en la ficha de autorización. Y no quiero ni imaginarme la que se armaría si Bayer o Pfizer vendiesen aunque fuera una sola dosis de vitamina C sin autorización, pero, por lo visto, Boiron o Heel gozan de patente de corso, y ni siquiera el periodista que escribe el artículo parece demasiado sorprendido por ello. Y eso que la cifra, aunque se queda bastante lejos de los ocho millones de "medicamentos" homeopáticos existentes según la propia industria (aunque hay que reconocer que en ese mismo documento hablan de 19.000 solicitudes, un número muy parecido al que cita Álex Castilla), sigue siendo un número descomunal, tanto como para plantearse por qué esas solicitudes siguen pendientes.

Los homeópatas, por supuesto, tienen sus teorías al respecto. Según el mismo artículo,

Uno de los problemas para conceder estas autorizaciones es que no siguen el camino del resto de los fármacos. "Es imposible" hacer ensayos como se hacen del resto, porque se trata de "terapias personalizadas", afirmó Nand de Herdt, presidente de ECHAMP

A lo que el autor de la información, Emilio de Benito, replica magistralmente añadiendo entre paréntesis

(como si en los otros medicamentos no hubiera ajustes de dosis en función de edad, peso y otras patologías).

Lo cierto es que la excusa viene de antiguo, pero los homeópatas la utilizan con cierta inconsistencia, hasta el punto de que de vez en cuando se olvidan de ella por completo y recurren a los ensayos clínicos. Por ejemplo, este de aquí, patrocinado por los laboratorios homeopáticos Weleda, empresa en la que ocupa un importante cargo directivo... Nand de Herdt. Que yo sepa, hasta ahora los homeópatas no nos han dado ninguna explicación convincente acerca de esa curiosa amnesia selectiva, aunque uno tiende a sospechar que lo que ocurre es, simplemente, que son perfectamente conscientes de que los estudios clínicos en los que la homeopatía parece tener algún efecto específico son los de peor calidad, mientras que en los mejores se comporta exactamente igual que cualquier otro placebo, así que citan algunos o reniegan de los otros según convenga.

Otra excusa habitual la encontramos en uno de los comentarios al artículo de El País. Según un tal "Amel",

Si hay estudios científicos sobre homeopatia, pero no siguen los mismos patrones que los medicamentos alopáticos,los laboratorios no quieren investigar por que son sustancias genéricas (y baratas) que luego no podrian patentar.Hay muchos ignorantes y faltos de respeto ante "profesionales médicos" que cada dia con sutrabajo demuestran la eficacia de sus tratamientos .Si no fuera po ellos y por sus magníficos resultados no hablaríamos hoy de La Homeopatía.

Este defensor de La Homeopatía (así, con mayúsculas reverenciales) también sufre un interesante caso de amnesia selectiva, solo que aquí no se olvida de los ensayos clínicos, sino del simple hecho de que los fabricantes homeopáticos también son laboratorios industriales. De hecho, si se hubiese molestado en leer el artículo (en lugar de molestarse al leerlo, que es lo que parece que le ha pasado) vería que en él se dice expresamente que la ECHAMP es la patronal europea del sector.

Cosa sobre la cual, por cierto, tengo ciertas dudas. ECHAMP es, como decíamos más arriba, la sigla de la Coalición Europea de Productos Medicinales Antroposóficos y Homeopáticos. Tengo la impresión de que en el mundillo de la homeopatía existe un cierto enfrentamiento entre tendencias, y la antroposofía no goza de mucho prestigio entre sus colegas. La "medicina antroposófica" es muy parecida a la homeopática, pero con mucho más rollo místico y esotérico, lo cual provoca que sus colegas más puristas, que llevan años intentando dar a su creencia una apariencia racional y científica, la miren con recelo. Vamos, que me parece que la ECHAMP representa solo a una parte de los laboratorios homeopáticos europeos. Pero, en cualquier caso, son eso, laboratorios industriales, y patentan y registran sus potingues tanto como cualquier otro.

En realidad, y a falta de datos más concretos (puesto que quienes en su día preguntamos por esto a la AGEMED seguimos esperando su respuesta), me da la impresión de que el periodista tiene parte de razón, y que lo que ocurre es que las autoridades sanitarias están practicando la política del avestruz. Ante la tesitura de tener aprobar por imperativo legal la venta de placebos como si fueran medicamentos reales, simplemente han optado por mirar hacia otro lado y dejar que sean los siguientes responsables de la Agencia los que se coman el marrón. Por otra parte, si repasamos los productos homeopáticos que se encuentran (ilegalmente, como vemos) en el mercado, veremos que muchos de ellos son sencillamente ilegalizables con arreglo a la normativa vigente, y la perspectiva de tener que rechazar quizá varios miles de esas solicitudes también habrá tenido que ver en la inactividad de la Agencia.

Y así llevamos desde 1995, y así seguiremos hasta cualquiera sabe cuándo.

Lo cual no quiere decir que haya, como dicen los mismos personajes en este artículo de El Mundo, un vacío legal, ni mucho menos.



De hecho, lo que dicen en este par de párrafos

De Herdt ha recordado que existe una legislación de la UE desde 1992, pero sólo en los países en los que había un antiguo sistema de registro de medicamentos homeopáticos se continuaron evaluando sus expedientes. "Los otros, la gran mayoría, ni siquiera comenzaron", ha matizado. Desde 2005 puede hacerse un reconocimiento mutuo de los productos entre los Estados miembros por el procedimiento de registro simplificado.

Sin embargo, los expedientes de solicitud aceptados en un país "son a menudo rechazados en otro debido a trabas administrativas, que hacen que el proceso sea muy complicado y caro", ha subrayado De Herdt, quien ha abogado por una auténtica normativa unificada y que se tenga en cuenta el diferente funcionamiento de este tipo de fármacos.

tiene tanto valor como las indicaciones terapéuticas de las aguas dinamizadas de mares, océanos y ríos. O sea, ninguno. La normativa europea unificada existe, y es precisamente la que impone la existencia de ese registro simplificado que, como hemos dicho en tantas ocasiones, permite que los productos homeopáticos puedan ser vendidos como medicamentos sin necesidad de pasar ese enojoso trámite de demostrar su eficacia terapéutica. Entre otras ventajas; solo hay que comparar los requisitos que establece el Real Decreto 1345/2007 para la autorización de comercialización de los medicamentos reales, con los mínimos requisitos que exige el artículo 57 para la autorización de los productos homeopáticos por el régimen simplificado. Vayan, echen un vistazo aunque solo sea por encima, y luego me cuentan.

Pero, por lo visto, aun esto le sabe a poco a la industria homeopática, que como ven se queja de "trabas administrativas". Y también, por supuesto, de tener que pagar tasas, aunque sean considerablemente más económicas que las que se pagan por los medicamentos de verdad.

No, en realidad los tiros no van por ahí. Recordarán ustedes (y si no se lo recuerdo yo ahora, que para eso estoy) que la legislación española, en aplicación de la europea, somete la autorización de los remedios homeopáticos a un doble régimen; por un lado está el registro simplificado del que acabamos de hablar, y por otro un registro ordinario, similar al de los medicamentos científicos.

No todos los productos homeopáticos pueden registrarse por el régimen simplificado; las normas los limitan a aquellos que cumplan tres requisitos:

a. Que su vía de administración sea oral o externa.

b. Ausencia de indicación terapéutica particular en la etiqueta o en cualquier información relativa al medicamento.

c. Que su grado de dilución garantice la inocuidad del medicamento, en particular, el preparado no deberá contener más de una parte por 10.000 de tintura madre ni más de una centésima parte de la dosis mas baja que eventualmente se emplee en medicina alopática de aquellos principios activos cuya presencia en un medicamento alopático implique la obligatoriedad de presentar receta médica.

Por otra parte, aunque el régimen simplificado tiene grandes ventajas económicas, burocráticas (la documentación que se exige, por mucho que se quejen estos señores, es mínima) y, sobre todo, comerciales (ya que permite a los fabricantes evitar un requisito tan imposible de cumplir para estos productos como es la demostración de su eficacia real), también tiene algún inconveniente: los productos no deben contener ninguna indicación terapéutica, y de hecho en su etiqueta y prospecto debe indicarse expresamente que se trata de un Medicamento sin indicaciones terapéuticas aprobadas.

Y ahí es donde está el problema: que los vendedores quieren ampliar el régimen simplificado a los demás productos homeopáticos, y colar en ellos esas indicaciones terapéuticas. De hecho ya lo hacen, aprovechando la pasividad de la AGEMED. El oscillococcinum, por ejemplo, como vimos en su día se vende con la clara indicación de que sirve para prevenir y curar procesos gripales, y un paseo por cualquier farmacia en la que se vendan estos potingues le permitirá comprobar que los demás remedios también exhiben orgullosos las indicaciones para las que se comercializan. Eliminar esas indicaciones no impediría, por supuesto, que los más fervorosos creyentes en la homeopatía sigan comprándolos, pero quizá lograría que otros consumidores menos informados dejasen de comprarlas creyendo que sirven realmente para algo. Quiero decir, para algo aparte de esto.

Y en estas están los lobbies homeopáticos, que lleva ya unos cuantos años intentando mejorar aún más el trato de favor que les otorgan las normas comunitarias, pidiendo a la Comisión, entre otras cosas,

que investigue si los medicamentos homeopáticos administrados mediante inyecciones, apósitos, aerosoles, gotas, supositorios u otras formas diferentes de la administración por vía oral o externa se pueden acoger al procedimiento de registro simplificado especial sin peligro para la seguridad y la salud de los usuarios y, si tal es el caso, que flexibilice dicha disposición.

y que

no se mantenga la obligación de utilizar la expresión "medicamento homeopático sin indicaciones terapéuticas aprobadas" y pide a la Comisión que examine si la obligación de utilizar la expresión "administración con arreglo a la farmacología homeopática clínica (cuadro farmacológico)" constituiría una alternativa válida.

Una petición que se repite de vez en cuando y que, afortunadamente, de momento no ha prosperado. Pero como ven están en ello.

Vamos, que como ven no es que la inactividad de la AGEMED les esté perjudicando, ni que la normativa sobre medicamentos amenace con dejarles en la ruina. Todo lo contrario: no han tenido el menor escrúpulo a la hora de vender esos productos a pesar de no contar con autorización para ello, y sus quejas frente a la normativa europea se centran en que solo les deja jugar con los cuatro ases escondidos en la manga, y ellos quieren tener también los comodines, los reyes, las damas, el resto de la baraja y el crupier.

Solo que, como nos muestra el artículo de El País (no así el de El Mundo, que se ha tragado toda la retahíla de propaganda habitual), ya hay quien no pica tan fácilmente el anzuelo. Algo es algo.





P.S.: y, para postre, nos llega una buena noticia desde la editorial Laetoli: de aquí a pocos días estará en las librerías "La homeopatía, ¡vaya timo!" de Víctor Javier Sanz.



Lo disfrutaremos como se merece
.

24 de abril de 2010

Otras timopulseras: la "Harmony Zen" de Publipunto

Supongamos que pone usted la radio un día cualquiera, a una hora cualquiera. Es muy posible que se tope con algo así como esto:

Locutora: Seguramente lo habrán visto ustedes en la muñeca de personajes famosos, de deportistas, de políticos... que ya disfrutan de sus beneficios. Vamos a hablarles de Harmony Zen Antiestrés, que es lo último en magnetoterapia al servicio de nuestra salud y de nuestro bienestar, y solamente la conseguimos en Publipunto, en el 902 180 190, o en publipunto.com. Ramiro, muy buenos días.

Ramiro: Buenos días, Begoña, un saludo muy cordial.

Locutora: ¿Cómo es Harmony Zen?

Ramiro: Pues mira, en primer lugar te diré que es preciosa, que es una pulsera joya dotada de una potencia de 3600 Gauss, tiene siete juegos de piedras preciosas intercambiables, está hecha en acero trenzado hipoalérgico. Bueno, estos siete juegos de piedras semipreciosas los podemos utilizar según tengamos el día, cada día de la semana uno diferente, tenemos por ejemplo malaquita, sangol, jade amarillo, coral, lapislázuli, ojo de tigre y madreperla. Con todo ello conseguimos aunar y beneficiarnos de lo mejor de la medicina china, egipcia e hindú con la magnetoterapia, la gemoterapia, que proporciona, pues una armonización, un equilibrio de cuerpo y mente, y sobre todo, Begoña, nos aporta bienestar antiestrés.

Locutora: ¿Y cómo actúa?

Ramiro: Pues mira, incrementa concretamente la energía vital, nos armoniza, reduce el estrés, mejora la concentración, armonizándonos, proporcionándonos un bienestar inigualable, Incluso absorbe las ondas electrostáticas (sic) que emiten los ordenadores y todo tipo de electrodomésticos, que son tan dañinas para nuestro cuerpo humano, y estamos rodeados completamente de ellos. Mejora la capacidad del ser humano ante las situaciones de estrés, mejora el sueño, sobre todo cuando estamos así eso que sabemos "me encuentro mal y no sé qué me pasa", ¿no?, y no tengo nada, pues realmente en tres-cuatro semanas notamos que mejora. No tiene ninguna propiedad terapéutica ni cura ni, ni... pero...

Locutora: Pero armoniza. Relaja.

Ramiro: Exacto, exacto.

Locutora: ¿O sea, que estaría recomendada para quiénes?

Ramiro: Pues mira, para personas que sufran desequilibrios emocionales, que tengan problemas de sueño, de circulación, reumatismo, dolores, dolores musculares de todo tipo, cuello, espalda, rodillas, artritis, migrañas, caderas, y sobre todo las personas que estén sometidos, sometidos y sometidas a una intensa acción de estress.

Locutora: Ya. Ahí los deportistas también, me imagino.

Ramiro: Todos, todos, todos, ¿eh?, lo pueden usar todos y muy especialmente los de tenis y los de golf, deportistas de la talla de Rafa Nadal y Carlos Moyá lo han utilizado en sus sistemas de rehabilitaciones; también lo hicieron George (sic) McEnroe y Boris Becker.

Locutora: O sea, que sería un buen regalo.

Ramiro: Regalarlo... un buen regalo para alguien... si tenemos a alguien que esté un poquito desequilibrado o está mal, se encuentra mal, por supuesto: estamos regalando bienestar, más energía y menos estrés, y quien se sienta mal nos lo va a agradecer. ¡Ah!, y tengo que decirte, Begoña, que no es un "producto milagro": hay más de cien estudios realizados al respecto; en el último, concretamente, del British Medical Journal, lo pueden consultar en nuestra página, www.publipunto.com, que avalan esta terapia que utilizan millones de personas en todo el mundo.

Locutora: ¿Cuánto cuesta Harmony Zen?

Ramiro: Pues mira, su precio es de 120 euros, pero vamos a celebrar la llegada a España, después de venderse en más de dos millones de unidades en todo el mundo, tenemos una oferta sensacional, vamos a poner hoy veinticinco unidades a tan solo 69,95 euros. Por este precio puede ser suyo y disfrutar de todas sus ventajas. Usted va a recibir la pulsera Harmony Zen, consiste en juego de piedras semipreciosas para utilizarlas según tenga el día, todo ello en un estuche de lujo precioso, solo tiene que llamarnos al 902 180 190, 902 180 190, o entrar en nuestra nueva página web publipunto.com, la mayor teletienda de Europa. A los veinticinco primeros pedidos les haremos un regalo, un regalo sorpresa, esos veinticinco primeros pedidos, y si pagan con tarjeta de crédito los gastos de envío corren de nuestra cuenta. Ah, y por supuesto, entrega en veinticuatro horas, mañana lo tiene usted en su casa.

Locutora: Pues ya saben, 902 180 190 o publipunto.com. ¡Adiós, Ramiro!

Ramiro: Hasta luego, buen día.

Seguro que les suena, ¿verdad?

Publipunto es una de esas empresas (muchas empresas) que se aprovechan de la lentitud (por no decir completa inoperancia) de las autoridades a la hora de controlar el lucrativo mercado de los "productos milagro". Y si lo de las timopulseras holográficas (de las cuales, cómo no, Publipunto también tiene una) aún podría justificarse por la relativa novedad de esta moda, el caso de la Harmony Zen no: la transcripción de más arriba corresponde a la primera vez que yo escuché el anuncio, en una emisión de Onda Cero del 28 de mayo de 2009, que imagino no sería la primera, ni mucho menos. Ni la última, claro.

¿Y qué es eso de la Harmony Zen? Vamos a ver qué nos cuenta la web de Publipunto:


Empezando por el principio, a modo de introducción, dice la página que

Según un informe del Centro Nacional de Medicina Alternativa de Estados Unidos, la terapia Magnetica actúa pasivamente sin provocar dolor ni efectos secundarios, es auto-aplicable externamente en cualquier parte u órgano del cuerpo afectado. (sus campos penetran tocando desde fuera cualquier órgano), regula y estabiliza los niveles de pH. (cosa importantísima para la salud) elimina los excesos de polaridad tendenciosa en el organismo generada por la influencia de las emisiones electromagnéticas de aparatos electrodomésticos, ayuda a eliminar (limpiar) el colesterol y/o triglicéridos en arterias y venas. Se incrementa el flujo sanguíneo y mejora la capacidad de transportar oxígeno a las células, facilitando la recuperación de la salud.

Lo cual resulta absolutamente asombroso. Y digo absolutamente porque no solo me ha sorprendido a mí al leerlo, como supongo que también sorprenderá a los pardillos clientes de la pulsera cuando se topen con este texto. También sorprendería, con toda seguridad, a los responsables del Centro Nacional de Medicina Alternativa de Estados Unidos, que como se pueden imaginar, no dicen ninguna de semejantes cosas. De hecho, sus conclusiones son bastante más modestitas:

Hasta ahora la investigación científica no apoya firmemente la conclusión de que los imanes del tipo que sean puedan aliviar el dolor.

Los ensayos clínicos han arrojado resultados conflictivos. Existe una gran preocupación acerca de la cualidad y el rigor de los estudios llevados a cabo hasta la fecha, por lo que sería deseable que se realizasen estudios adicionales, mayores y de mayor calidad.

La Administración Federal de Medicamentos y Alimentación (FDA) no ha aprobado la comercialización de imanes con afirmaciones acerca de que tengan efectos beneficiosos para la salud (tales como “alivia el dolor de la artritis”).

Existen algunos ejemplos de uso de electroimanes en la medicina convencional. Por ejemplo, los científicos han comprobado que los electroimanes pueden ser utilizados para acelerar la curación de gracturas óseas que no están curándose bien. Más corriente aún es el uso de electroimanes para explorar áreas del cerebro. Sin embargo, la mayoría de los usos de imanes por parte de los consumidores para intentar aliviar el dolor están considerado como tratamientos alternativos, dado que este uso no ha sido comprobado científicamente.

Es importante señalar que aunque los resultados de algunos de los hallazgos de los estudios científicos han sido intrigantes, ninguna de las teorías o afirmaciones [acerca de su supuesto mecanismo de acción o propiedades terapéuticas] ha sido demostrado de forma concluyente.

De hecho, el punto 8 del informe muestra un fenómeno que seguramente resultará conocido a cualquiera que se haya interesado un poco por esto de las pseudoterapias: cuanto mejor es un estudio desde el punto de vista metodológico (y, por tanto, más fiable), menos positivos son sus resultados.

Dice también la web de Publipunto que

Además otras investigaciones publicadas en la revista British Medical Journal atribuyen beneficios a la magnetoterapia en pacientes con síndrome de fatiga crónica, estrés, migrañas o depresión.

Y el Ramiro de la emisión transcrita decía también, tras mentir con todo el morro afirmando que el cachivache "no es un producto milagro", que

hay más de cien estudios realizados al respecto; en el último, concretamente, del British Medical Journal, lo pueden consultar en nuestra página, www.publipunto.com, que avalan esta terapia que utilizan millones de personas en todo el mundo.

Lo cual es, de nuevo, asombroso para mí, para cualquier otro lector, y, cómo no, para el British Medical Journal. De hecho, yo no consigo encontrar ningún estudio en dicha revista aparte de este, en el que ciertamente sus autores llegaron a la conclusión de que

El dolor por osteoartritis de cadera y rodilla decrece cuando se lleva una pulsera magnética.

Lo cual sería una confirmación, al menos parcial, de las afirmaciones de Publipunto si no fuera porque los autores del estudio añaden justo a continuación que

Es incierto si esta respuesta se debe a efectos específicos o no específicos (placebo).

Y es que como cuentan los autores del artículo, el principal problema con el que se encontraron en su investigación era precisamente el del "doble ciego" para poder evaluar los efectos específicos de las pulseras (si es que los tienen) frente al placebo. El problema es bastante evidente: si al grupo de control se le hubiese proporcionado una pulsera sin imantar, los sujetos se hubieran podido dar cuenta del engaño simplemente comprobando que no atraía las llaves ni se pegaba a la nevera. Para evitarlo, los investigadores recurrieron a una pulsera placebo débilmente imantada, pero no les sirvió de mucho: sus datos muestran que los pacientes se dieron cuenta de todos modos.

Un estudio que, por cierto, encontré a través de PubMed; como pueden comprobar, diga lo que diga Ramiro en la web de Publipunto no hay nada ni remotamente parecido a un artículo del British Medical Journal (por razones obvias). De hecho, solo hay un artículo y no es precisamente científico que digamos; este:




Del cual no les transcribo nada porque, como pueden apreciar, sencillamente no se lee en absoluto y tampoco he sido capaz de encontrarlo en la edición en línea de La Razón (supongo que incluso medios como este tienen sus límites a la hora de lo que mantienen en línea y lo que prefieren relegar al olvido de la forma más discreta posible). Lo único que se puede apreciar es a Rafa Nadal, de quien también afirman en la web y la cuña radiofónica que usa la dichosa pulserita. Irónicamente, como pueden ver, en esta foto al menos aparece sin ella.

Pero quizá no tengamos por qué ponernos tan quisquillosos. Al fin y al cabo, recordarán que Ramiro dijo en su momento, justo tras afirmar que la pulsera esta no es un producto milagro (y dado que se trataba de una emisión radiofónica y no televisiva, no podemos constatar cuánto le creció la nariz al decirlo), que

hay más de cien estudios realizados al respecto

Así que seguro que la web nos dará las referencias de esos "más de cien", ¿verdad?

Exacto: no.

De hecho, en el apartado de "Estudios y publicaciones" de la web del producto, aparte del ilegible escaneo de La Razón (que, insisto, no soy capaz de leer, pero que más que un estudio científico me da la impresión de ser un publirreportaje de tercera) sólo se citan otras cinco. La primera es

MedlinePlus (Reuters Health, Fuente: Journal of Clinical Psychiatry) Wednesday, 16 de July de 2008   Pacientes con depresión que no responden a terapia farmacológica obtendrían alivio mediante varias aplicaciones de estimulación magnética, un tratamiento no invasivo que altera la actividad eléctrica del cerebro mediante el uso de campos magnéticos, demostró un equipo de científicos en Boston.El equipo dirigido por el doctor Alvaro Pascual-Leone, de Beth Israel Deaconess Medical Center, estudió los beneficios de aplicarles estimulación magnética transcranial reiterada (rTMS, por su sigla en inglés) a 16 pacientes con depresión que no respondían a la terapia estándar. Ellos sí respondieron a 10 días de tratamiento con rTMS.El equipo controló a los pacientes durante 4 años, en los que identificaron 64 ataques de depresión. La respuesta al tratamiento se definió como una disminución de un 50 por ciento o más del resultado en la HAM-D, indica el estudio.Cerca de la mitad de los pacientes respondió a la repetición de rTMS, informó el equipo en Journal of Clinical Psychiatry. La disminución promedio en la HAM-D fue del 64,8 por ciento.Las sesiones de rTMS se administraron con cinco meses de diferencia. Los pacientes tratados con rTMS permanecieron hasta  43 meses sin utilizar antidepresivos.El procedimiento fue bien tolerado y seguro durante el estudio, concluyó el equipo.

Si tienen curiosidad no hace falta que se vuelvan locos buscando en Medline, en Reuters Health o en la revista citada. En primer lugar porque ya lo he hecho yo, así que aquí tienen el "abstract" del artículo (de nada). Y, en segundo lugar, porque como es evidente la estimulación magnética transcraneana tiene la misma relación con las pulseritas de marras que la que pudiera tener yo con el arzobispo de Constantinopla, la cuña radiofónica de Ramiro con un artículo de Science o, en fin, la web de la Harmony Zen con lo que establecen nuestras leyes acerca de la información comercial honrada.

Web que, siguiendo en su línea, nos proporciona un nuevo motivo de asombro, pasmo y estupefación, porque la siguiente referencia es nada menos que

1930 “The Magnets and their wonderfull ability to help in the cure of various” Philippus Theopharastus Paracelsus von Hohenheim (médico suizo, químico y filósofo del siglo XVI). Abarca areas tales como epilepsia y fracturas de huesos.

Como ustedes saben leer muy bien (defraudando así las espectativas que sin duda se hizo quien redactó la referencia), se trata nada menos que de un texto de Paracelso. Que se murió en 1541, pero que para los vendedores de la Harmony Zen sin duda debe de estar de rabiosa actualidad, y en esto les doy un poco la razón: Paracelso sentó las bases de la charlatanería pseudomédica y, como vemos, en realidad no han cambiado tanto desde entonces.

La web nos obsequia a continuación con

1812 “Magnetic therapy for treatment of pseudoarthrosis” Dr. John Birch (Médico y cirujano londinense). Abarca el estudio de los falsos empalmes del hueso de la unión anormal entre las piezas del hueso.

Que al menos sí es real, y hasta tiene su interés. Aunque las referencias son difíciles de obtener, según parece este buen hombre fue un precursor en el estudio del electromagnetismo para el tratamiento de las fracturas óseas. Lo cual, de nuevo, tiene muy poquito que ver con las barbaridades que prometen los vendedores de la pulsera, de modo que aunque la referencia no tuviese ya cerca de dos siglos, tampoco serviría de gran cosa.

Y de menos aún sirven las dos que nos quedan. La primera,

1905 “Healing effect on rheumatic diseases, sciatica and neuralgia”. Dr. Kreft (Alemania). El informe también incluyó tratamientos acertados de espasmos y de convulsiones. 

más o menos por lo mismo:  tener que recurrir a citar a un desconocido "Dr. Kreft" en un estudio de hace más de cien años es como intentar vender un coche asegurando que su técnica viene avalada por los trabajos que hizo un ayudante de taller de carruajes durante la guerra ruso-japonesa. Lo cual no está mal del todo si tenemos en cuenta que la última de las referencias es nada menos que


1926 “ A Bi-Polar theory of living processes”, Dr. George Crile. Trabajo que discute el impacto de imanes en las células del cáncer.

George Washington Crile fue un médico y cirujano brillante, desde luego. Pero por desgracia también sostuvo teorías absolutamente disparatadas, que le llevaron a intentar resucitar a los muertos o a intentar curarlo todo, pero todo, todo, mediante denervación adrenal. Su teoría bipolar pertenece a esta segunda faceta, que podríamos llamar "lunática" con toda justicia si tenemos en cuenta que, al fin y al cabo, el buen señor cuenta hasta con un cráter lunar bautizado en su honor.

Y Publipunto. No hay más referencias, no hay más datos, salvo la carcajeante promesa de que, además, la Harmony Zen combina todas estas propiedades con la gemoterapia, incluyendo un bonito juego de piedras de colorines. Vamos, dos creencias mágicas por el precio de una.

En fin, que visto lo visto, uno empieza a dudar de la pulserita esta. Y no solo de que tenga esas propiedades terapéuticas y que pueda curar todas esas cosas que Ramiro, como avispado vendedor que es, nos contaba en la cuña radiofónica. Sí, ya saben, justo antes y después de decirnos, por si las moscas (sobre todo las legales), que

No tiene ninguna propiedad terapéutica ni cura ni, ni... pero...

...pero es que, como digo, estoy hasta empezando a dudar de que el campo magnético de la pulsera alcance esos 2600 gauss. En lo cual, como en tantas otras cosas, la Harmony Zen tampoco sería original...



Vamos, que esto no es nada nuevo. Como tampoco es nuevo que haya gente que pique en estos timos, o que las autoridades de consumo miren tranquilamente hacia otro lado.

Un panorama deprimente, ¿verdad? Menos mal que tenemos la Harmony Zen y paparruchas similares para curarnos la depre...


Nota: recopilando enlaces me he topado con esta interesante entrada de El Blog de Alberto sobre las pulseras. Conste.

22 de abril de 2010

Al fin, un riguroso experimento paranormal

Uno de los problemas que sufren quienes desean investigar lo paranormal (me refiero a investigar de verdad, no a imbestigar) es lo difícil que resulta la experimentación. Los fenómenos son bastante huidizos, hasta el punto de que los ovnis se aparecen normalmente cuando nadie parece tener la cámara de fotos del móvil a mano (o sí la tiene, pero no sirve de mucho como prueba), los cachivaches milagrosos no funcionan como prometen sus vendedores (o, directamente, no funcionan), y los adivinos... bueno, no adivinan. Bueno, sí que "adivinan", claro, igual que otros "contactan" con espíritus del Más Allá, "curan" mediante tratamientos ficticios o "leen" el destino en las estrellas. Pero todo ello de cara a la galería y, sobre todo, a sus clientes; a la hora de la verdad, cuando se someten a una investigación rigurosa y controlada, todos fallan estrepitosamente.

De hecho, entre los investigadores se suele hablar del efecto escéptico, que según ellos consiste en que la presencia de algún escéptico entre los observadores de un fenómeno paranormal inhibe el fenómeno, de manera que los medium no mediumnean, los sanadores no sanan, los zahoríes no zahorinean, y los videntes no ven ni tres en un burro. Claro que un estudio más cuidadoso de estos casos muestra que, en realidad, hay dos clases de efecto escéptico: el normal y el fuerte. El normal es el que acabamos de describir: llega Uri Geller al programa de Johnny Carson, se encuentra con que éste es tan escéptico que ha traído sus propias cucharillas sin dejar que Geller las manipule con antelación, y pasa lo que pasa. Y el fuerte es el que sucede cuando el individuo (en este caso, individua) dotado de supuestos poderes no sabe que hay un escéptico observándole... y claro, también pasa lo que pasa.

Para los creyentes, en fin, el efecto escéptico es un fenómeno tan misterioso y paranormal como cualquier otro. Para los escépticos, en cambio (y para cualquiera que dedique un par de neuronas a reflexionar sobre ello) la explicación es bastante más prosaica; y si no que se lo pregunten al millón de dólares de James Randi. Pero, sea como sea, todo el mundo está de acuerdo en que es un obstáculo insalvable para la investigación de lo paranormal, como podemos ver en ejemplos como este o este. O mediante este divertidísimo test que proponen en el blog de la doctora Aust.

De modo que, como decíamos, hasta ahora lo paranormal no puede disfrutar de los beneficios del potente método científico, que ha proporcionado a la Humanidad toda descubrimientos tan asombrosos como que cuanto más come uno menos hambre tiene, que después de todo el ajo puede que no nos proteja contra los vampiros, o que probablemente lo que sufría el pobre Gollum era un trastorno esquizoide de la personalidad. Y aunque la ciencia es la primera en reconocer sus propias limitaciones y que en algunos casos es necesario investigar más, no cabe duda de que sus resultados son mucho mejores que los que nos brindan la ufología, la parapsicología o la astrología.

Pero eso era hasta ahora, porque una interesante propuesta puede llevarnos, por primera vez, a la constatación experimental de una afirmación paranormal.

Les pongo en antecedentes. Como sin duda saben, según nos cuenta Rinzewind un clérigo iraní asegura que los últimos terremotos y catástrofes naturales se deben a la indecente forma de vestir de las mujeres. Por lo visto, Alá ha pillado un cabreo de tres pares de narices al ver que las mujeres, en lugar de enfundarse en un burka, prefieren las camisetas sin tirantes, los pantalones ajustados y las minifaldas, así que ha decidido castigarnos.

¿Han dejado ya de reírse? Vale, pues sigo. A primera vista semejante estupidez parece tan poco susceptible de comprobación experimental como tantas otras majaderías religiosas o, ya puestos, hasta seglares. Pero Jen McCreight no está de acuerdo, así que ha ideado someterla a prueba.


Su propuesta es muy sencilla: que el próximo 26 de abril las mujeres se vistan con su ropa más sexy o, por usar la terminología del Imán Sedighi, menos recatada, y observar el resultado.


El experimento, al menos desde mi punto de vista no ofrece más que ventajas. Y no solo por lo que alguno de ustedes está pensando, picarón, sino también porque permite poner a prueba dos hipótesis: si se produce alguna catástrofe natural sabremos que, efectivamente, Alá es tan mojigato como dice el Imán. Y si no se produce comprobaremos que el Imán es un completo imbécil, cuestión esta que, la verdad, creo que necesita muy poca demostración, pero todo sea por la ciencia.

Y aunque, por supuesto, nadie desea que se produzca un gran terremoto, teniendo en cuenta que últimamente Alá (o el amigo imaginario que ustedes prefieran) parece preferir las erupciones de volcanes de nombre impronunciable en lugares remotos, creo que como mucho nos arriesgaremos a que algún otro se ponga también a echar humo. Y aunque es cierto que la erupción del Eyjafjallajökull (sí, he copiado y pegado el nombre) está causando bastantes trastornos, creo que las ventajas del método empleado las compensa con creces. Además, qué narices, siempre se puede encontrar la manera de combinar el uso de lencería con la protección contra las nubes de humo y ceniza.


De hecho, no es el único experimento de este tipo que se puede hacer. Otro conocido majadero, Rush Limbaugh, ha dicho que la erupción del... bueno, del volcán islandés, se debe a la aprobación de la reforma sanitaria de Barak Obama. Sí, como se lo cuento y como lo pueden ver y oir ustedes mismos. De modo que también podemos proponer a nuestros políticos que aprueben medidas económicas o sociales de calado, y ver qué pasa. Seguro que Limbaugh no se ofende, ya que al fin y al cabo también ha protagonizado (involuntariamente) algún otro experimento interesantísimo.


En fin, como pueden ver se abre ante nosotros una nueva vía para incrementar nuestro conocimiento que no debemos en absoluto menospreciar. Ha habido algún caso anterior, es cierto, pero sin un adecuado diseño metodológico, de modo que no podemos saber si lo que nos contaba en su día Luis Alfonso Gámez sobre Pat Roberson, el telepredicador que aseguró en su día que el terremoto de Haití se debió a un pacto de los haitianos con el Diablo, se puede o no considerar confirmado por el hecho de que por lo visto sí que se ha producido recientemente una masiva venta de almas a Belcebú.

Así que aprovechemos ahora esta oportunidad y que el día 26 todas las mujeres se vistan con su ropa más picante. Y disfrutemos todos (especialmente algunos, digan lo que digan Evo Morales y sus pollos hormonados) del espectáculo de la ciencia.


Nota bene: normalmente suelo ser bastante cuidadoso con los enlaces, pero en este caso les recomiendo especialmente que los visiten todos. Merecen la pena.

Actualización a 26 de abril: La noticia en el Daily Mail y en la CNN.

21 de abril de 2010

Timopulseras: la lección de la OCU y la lección de Facua.

Puede parecer bastante extraño que, como contaba Kurioso el otro día, la OCU no tenga reparos en exponer públicamente el timo de las dichosas Power Balance, y casi al mismo tiempo otra gran organización de consumidores, Facua, anuncie que ha denunciado ante las autoridades de consumo a la empresa que comercializa un cachivache similar, Ion Balance. Extraño, entre otras cosas, porque ambas asociaciones tienen razón: la OCU al quejarse de la lentitud e ineficacia de los sistemas de control de este tipo de engañifas (ya lo decíamos también en su momento desde Círculo Escéptico), y FACUA en los argumentos jurídicos que avalan sus denuncias. Y aclaro: son los mismos que ponía yo por aquí hace unos días, pero no porque yo tenga nada que ver con FACUA ni ellos conmigo; simplemente porque esa es la realidad normativa que tenemos.

Tenía razón el Director de la OCU porque, lamentablemente, esos mecanismos legales no funcionan. En la mayoría de los casos las denuncias administrativas parecen ser ignoradas sistemáticamente, y en los pocos en los que se produce alguna sanción, esta resulta como mínimo ridícula. Por ejemplo, hace algunos días la Agencia Catalana de Consumo impuso una sanción a la empresa comercializadora de un brebaje llamado Alcohol Killer. El motivo fundamental de la sanción era, al parecer, que la compañía publicitaba el producto asegurando que posee una serie de propiedades... vale, sí, milagrosas entre las que destacaba la de reducir la concentración de alcohol en sangre de sus consumidores, incitando de este modo al consumo irresponsable de alcohol. Vamos, como esto que todos podemos seguir viendo en su web:



Para más coña marinera, la sanción económica impuesta es de 10.000 euros. Teniendo en cuenta que el brebaje se vende a 17 euros el pack de 6 latas de 250 cc, la multa supone el precio de algo menos de mil litros del producto. Que seguramente es lo que venden en un solo botellón, y de los pequeñitos.

En el blog de Kurioso, el Director de la OCU contaba también otro problema serio. Cito:

El tema de la publicidad es muy importante. Los medios no ayudan a fomentar esa credibilidad, recuerdo un estudio que presentamos un día para una cadena de televisión sobre la polémica de las ‘leches omegas’ y su enriquecimiento. Esa misma tarde llamó la redactora del programa a la OCU, casi llorando. Tenían que hacer un contra-comunicado donde, sin decir lo contrario, por lo menos se suavizara el contenido del desprestigio. Había llamado la casa comercial amenazando con retirar la publicidad a la cadena.

No es una anécdota aislada. Ponga la radio a cualquier hora y en casi cualquier emisora y probablemente se encontrará con algún anuncio de, por ejemplo, esta empresa



dedicada, como pueden ver, a la comercialización de todo tipo de productos, unos legítimos y otros, la mayoría, bastante cuestionables. Un día de estos les hablaré de alguno de los inventos (en el más estricto sentido de la palabra) que nos ofrecen.

Así que, claro, quien desee denunciar estos timos no es que no vaya a encontrar ayuda en muchos medios de comunicación; es que directamente se enfrentará a su hostilidad, porque su publicidad supone un buen pellizco de sus ingresos.

Un panorama como para desanimar a cualquiera, ¿verdad?

Pues no. Por supuesto que no.

En primer lugar, y en esto el Director de la OCU debería tomar ejemplo de Facua, las organizadores de consumidores existen, se supone, para defenderlos. Por difícil que sea. Ya sabemos que las autoridades de consumo probablemente no hagan nada (ahí tenemos, sin ir más lejos, el ejemplo de la Agencia Española de Medicamentos y la homeopatía), pero si las asociaciones se rinden antes siquiera de intentarlo, la verdad, no sé para qué las queremos. De hecho, estas situaciones podrían servir también para denunciar, de forma indirecta, esa inactividad de las autoridades de consumo.

Y, por otro lado, el problema de los medios "cautivos" de la publicidad tampoco es excusa. Al fin y al cabo, en el ejemplo que ponía el Director de la OCU no había ninguna denuncia administrativa de por medio, sino tan solo un estudio presentado, supongo, en rueda de prensa. Si las asociaciones de consumidores tienen que estar pendientes de que los medios de comunicación aprueben o no sus acciones, estamos en las mismas que antes: ¿para qué nos sirven? De hecho, desde un punto de vista cínico, probablemente pueda tener más repercusión en los medios la interposición de una denuncia contra la empresa que vende las pulseras Timo Balance ® que limitarse a mostrar un estudio que nos diga que no sirven para nada.

Porque hay un tercer factor que la OCU debería tener en cuenta (y que no sé si Facua ha incluido o no en sus cálculos, pero bien pudiera ser). Nos reímos mucho con esto de la timopulsera, y a veces pensamos que para comprarse semejante cachivache hace falta tener el cociente intelectual de un ladrillo caravista (me refiero, claro, a un ladrillo que hubiese recibido un fuerte golpe en la cabeza cuando era pequeño), pero no todos los que la llevan son unos completos majaderos, ni mucho menos. Los hay quienes lo hacen simplemente por moda... bueno, sí, esos también son majaderos. Pero además hay personas normales, incluso inteligentes, que las compran porque realmente creen que sirven para algo.

Y lo creen, sencillamente, porque solo han recibido propaganda directa (de los vendedores) e indirecta. De los famosos que llevan la pulsera, o de los medios que hablan de ella sin el más mínimo sentido crítico). O incluso de otros usuarios, convencidos de buena fe de la utilidad del chisme. Y no solo por el efecto placebo que pueda provocar, sino también por la forma en que los seres humanos evaluamos este tipo de cosas: al fin y al cabo, a todos nos gusta hacernos ilusiones, y además es muy difícil ser objetivo cuando uno se enfrenta al dilema de creer que algo hará el chisme o bien tener que admitir no solo que le han timado treinta y tantos euros (o cincuenta, o setenta...), sino que encima lo está proclamando a los cuatro vientos cada vez que sale de casa con su pulsera puesta.

La información rigurosa y crítica sobre estos timos es muy escasa, y por eso mismo merece la pena emprender cualquier medida que pueda ayudar a divulgarla. Incluyendo la interposición de denuncias administrativas. ¿Que van a ir a parar al mismo cajón sin fondo al que han ido tantas otras? ¿Que las autoridades, si hay suerte, las resolverán dentro de cinco o seis años, cuando las pulseras hayan pasado al olvido sustituidas por el timo de moda en ese momento? Pues sí, es lo más probable. Pero quizá así se pueda conseguir que alguna de esas personas que solo saben que "las usan los deportistas de élite", que la lleva un exconcursante de "Gran Hermano" que sale mucho en la tele o que a la vecina del tercero le sienta de maravilla, y que además ni son suscriptores de las publicaciones de las organizaciones de consumidores ni suelen visitar sus páginas web, oigan otra versión. Que esas organizaciones las denuncian como un timo, que los estudios han demostrado una y otra vez que sus efectos sobre el organismo son los mismos que los de atarse un cordón de zapato viejo a la muñeca, y que la cosa, tal vez, no sea tan bonita como se la intentan vender desde todos lados.

Que es, al fin y al cabo, lo que también intentamos hacer los escépticos. Los auténticos convencidos, quienes voluntariamente han decidido prescindir de su sentido crítico para creerse la superstición de turno, difícilmente van a entrar en razón por mucho que se les argumente. Y quizá tampoco lo consigamos con los indecisos. Pero, al menos, que sepan que no todo el mundo está dispuesto a tragarse esas cosas. Que sepan que muchas veces donde hay humo lo que hay es eso, solo humo.

Así que ya ven: la OCU nos ha dado una lección acerca de lo difícil que es hacer algo contra estos timos. Pero me quedo con la que nos proporciona Facua: por difícil que sea, por inútil que parezca, hay que intentarlo. ¿No les parece?

17 de abril de 2010

El remedio homeopático de la semana (V): ¡fabrique su propio remedio homeopático!

Perdón, perdón, perdón. Ya sé que llevo bastante retraso con esto del remedio homeopático de la semana, pero últimamente hemos tenido bastantes noticias homeopáticas y pensé que lo mejor era que todos nos tomásemos un descansito. Pero ahora, aprovechando que estamos nada menos que en la Semana Mundial de la Homeopatía, vamos a resarcirnos.

Y para resarcirnos como Hahnemann manda, hablaremos hoy no de uno, ni dos, ni tres. Ni siquiera de muchos. Vamos a hablar nada menos que de todos los remedios homeopáticos. Más aún: de infinitos remedios homeopáticos. Algo que probablemente resultaría imposible si estuviésemos hablando de medicinas de verdad, pero que en el mundillo de la homeopatía es poco menos que pan comido. Bueno, lactosa comida.

Pero hagamos antes un pequeño inciso. Como es sabido, muchos remedios homeopáticos se fabrican a base de diluir una sustancia hasta tal punto que desaparece por completo en alguno de los pasos intermedios del proceso. Una dilución a 30C, por ejemplo, es algo así como el estándar homeopático, pero lo cierto es que cuando la maquinita de preparar remedios, -o el técnico que golpea los tubos de ensayo contra una Biblia encuadernada en cuero- iba por el paso de 12C a 13C desapareció hasta la última molécula de la sustancia original, y a partir de ahí solo queda excipiente y una dosis creciente de enternecedora (por lo ingenua) fe.

Suele decirse que Hahnemann postuló este disparate porque no conocìa el Número de Avogadro. Y a lo mejor hasta es cierto (al fin y al cabo, Hahnemann y Avogadro fueron contemporáneos y es posible que el alemán no llegase a conocer los trabajos del italiano. Pero lo que sí sabía Hahnemann, como cualquier persona instruida de la época, es que la materia solo puede dividirse hasta un cierto límite, y que sus remedios sobrepasaban ese límite. Decía en su Organon que

Por medio de este procedimiento mecánico, con tal de que se realice metódicamente conforme a las enseñanzas anteriores, se efectúa un cambio en la droga, que en su estado natural o crudo se manifiesta sólo como materia, a veces como sustancia no medicinal; pero por medio de la dinamización cada vez más alta, finalmente se modifica completamente hasta poseer un poder medicinal no material; semejante al espíritu, por decirlo así. Esta fuerza, por cierto, en sí misma no impresiona nuestros sentidos...

Vamos, que no es que ignorase cómo es la realidad: simplemente es que le importaba un pito en tanto en cuanto no cuadrase con sus ideas.

Puede dar la impresión de que esta concepción del medicamento como algo cuyo poder reside en su supuesto "espíritu" es, parafraseando a Zwicky, perfectamente esférica. Vamos, que es igual de estúpida se mire por donde se mire. Y lo parece porque lo es, la verdad. Pero no podemos olvidar la capacidad que tienen algunos para sacarle la punta incluso a una esfera, de modo que, ya sin más preámbulos, aquí tienen ustedes el rel="nofollow">Combo Remedy Maker.



El fundamento del Combo Remedy Maker se basa precisamente en esa naturaleza "espiritual" de los remedios homeopáticos, aunque sus fabricantes han dado el salto desde la arcaica terminología propia de los principios del Siglo XIX hasta otra mucho más moderna, por lo menos por lo menos de mediados de ese mismo Siglo XIX, así que ahora hablan de "cualidades vibracionales". Para los inventores del cachivache (y supongo que también para sus cándidos clientes) estas propiedades pueden ser copiadas y transmitidas, de modo que lo que proponen es justamente eso: si ustedes ponen unas píldoras homeopáticas en el cacito de metal de la parte superior (o unas gotitas, si el remedio es líquido, en el frasco del lateral), el aparato es capaz de captar y almacenar en memoria esas vibraciones, que de este modo pueden ser luego proyectadas en unas píldoras o una porción de excipiente líquido "en blanco".

¿Qué les parece? Absolutamente genial, ¿eh? Los fabricantes llegan a asegurar que con este método se puede obtener un remedio con exactamente las mismas propiedades terapéuticas que el original, en lo que sin duda es la más sincera e incuestionable de las afirmaciones que hacen en su web.

Pero esperen, que esto es solo el principio. Como ustedes comprenderán, si las "vibraciones" pueden ser capturadas y almacenadas en la memoria del chisme, nada impide que almacene también las de otros remedios, ¿verdad? ¡Verdad! Así que si conectan el cacharro a un PC pueden ustedes, mediante el correspondiente sofware, seleccionar las sustancias originales, la potencia del remedio, la cantidad de píldoras y hasta su color y, ¡tachaaaaan!, la máquina les "potentiza" las correspondientes pastillitas de lactosa.

¿Cómo? ¿Que les parece poco? No se preocupen, que aún hay más. No contentos con eso, los fabricantes han dotado al invento de una sorprendente habilidad más: si usted le dice (de viva voz) qué remedio quiere y en qué potencia, el chacharro se lo hace. Más aún: si usted le dice simplemente lo que le duele, el chisme le elabora el remedido homeopático más adecuado. ¿No les parece casi milagroso?

Y, para finalizar, los inventores decidieron terminar de partirse el pecho... digo, de dar el do de pecho, con una funcionalidad aún más maravillosa. ¿Que a su niño no le gustan las pastillas? ¿Que la que se queja es su tía que vive en la otra punta del barrio y no le apetece acercarse a verla porque le suelta unos rollazos sobre su infancia que tiran de espaldas? ¿Que observa que, a pesar de llevar una Power Balance en su muñeca, su político favorito sigue comportándose como un majadero, pero no tiene confianza con él (ni, ya puestos, con sus escoltas) como para acercarse y decirle que se tome unas gotitas de sus milagrosos remedios? Pues no se preocupe, que el Combo Remedy Maker tiene la solución: simplemente coloque una foto o un cabello del paciente en el aparatejo, y el Combo Remedy Maker le diagnosticará sus males, calculará las "cualidades vibracionales" adecuadas para confeccionarle el remedio y, ¡oh maravilla!, se las enviará para curarle a distancia.

Y por solo 760 dólares de nada. Una maravilla, ¿verdad?

Pero quizá lo más grandioso de este milagro de la técnica es que no contradice ni uno solo de los postulados esenciales de la homeopatía. Si lo que caracteriza a los remedios homeopáticos es que, a pesar de haber diluído las sustancias activas hasta hacerlas desaparecer, conservan su poder medicinal inmaterial (en la terminología de Hahnemann) o la "memoria" que dejaron en el agua (en los intentos de dar una apariencia moderna al disparate), es evidente que esa "memoria" puede leerse, almacenarse, replicarse y hasta transmitirse a distancia. Y si muchas veces las prescripciones homeopáticas se basan en parecidos superficiales y hasta alegóricos, ¿por qué no pueden basarse sus diagnósticos en una simple fotografía? De hecho, algunas asociaciones o escuelas homeopáticas recomiendan el uso de este tipo de chismes (o, y perdón por la disgresión, happily promote bogus remedy makers).

Y es que, como pueden ver, seguimos comprobando lo mismo: que por mucho que nos acusen a los escépticos de ridiculizar a la homeopatía, es ella la que lo hace solita y sin ayuda...

16 de abril de 2010

La BCA contra Simon Singh: la victoria


Vale, voy atrasadísimo. Tengo pendientes un par de entradas casi terminadas, otra que tendré que animarme a escribir sobre mi participación del otro día en TeleCinco, y un par más sobre otros tantos fraudes pseudomédicos de los que me han informado (y si usted conoce alguno más, aquí al ladito tiene mi dirección de correo electrónico y de twitter para localizarme). Pero se quedan para más adelante, porque hoy estamos de celebración.

Como comentaba en la anterior minientrada de urgencia, la British Chiropractic Association, (cito de la nota de prensa que la BCA ha hecho pública hoy mismo),

habiendo considerado cuidadosamente su posición a la luz de la resolución del Tribunal de Apelación (1 de abril de 2010) (...) ha dedicido desistir de su demanda por libelo contra Simon Singh.

Lo que significa que, esta vez sí, Simon Singh ha ganado el pleito.

Como ya comentamos en su día (aquí, aquí y aquí, la Sentencia del Tribunal de Apelación dejaba el caso prácticamente zanjado, a la espera tan solo de que la BCA decidiera si recurría ante el Tribunal Supremo (con muy pocas garantías de éxito), seguía adelante con el procedimiento (con la perspectiva de una más que probable derrota) o, para variar, entraba en razón y desistía. Esta ha sido la opción elegida, según la propia BCA porque

la decisión [del Tribunal de Apelación] proporciona al Dr. Singh tal defensa que la BCA ha adoptado el punto de vista de que debe retirarse para evitar más costes legales para ambas partes.

En lo cual, por cierto, la BCA vuelve a mentir; en realidad las costas se incrementarían para una sola de las partes: para ellos. Si no recuerdo mal (escribo de memoria), lo que ya tienen que abonar a Simon Singh (unas 180.000 libras) supone prácticamente la totalidad de su presupuesto para este año.

Y eso son solo los costes económicos directos. Como hemos ido contando, la insensatez de la BCA y otras asociaciones quiroprácticas, por un lado, y la defensa de Simon Singh por parte de científicos, escépticos y defensores de la libertad de expresión, por otro, han supuesto que la quiropráctica británica se haya hundido de tal manera que algunos observadores llegan a pensar que será difícil que levante cabeza. Lo hará, me temo (todos conocemos la capacidad que tienen los patitos de goma para volver a salir a flote), pero le costará recuperarse de sus heridas. Recordemos que uno de cada cuatro quiroprácticos británicos está siendo sometido a investigación por su propio órgano regulador, el General Chiropractic Council.

En definitiva, la victoria no es solo de Simon Singh, sino también de los partidarios de la medicina científica frente a las pseudoterapias, y de la libertad de expresión frente a las grandes corporaciones. Una libertad, por cierto, que sigue necesitando del apoyo de todos.

No ha sido una victoria fácil, desde luego. No para Simon Singh, que recientemente anunciaba su decisión de abandonar su columna semanal en The Guardian por la falta de tiempo y el desgaste psíquico que le estaba suponiendo todo este asunto. Decisión que esperamos que reconsidere ahora; de momento aquí tienen la que publica hoy mismo comentando su victoria judicial.

Pero es una victoria que demuestra que los escépticos probablemente tengamos más fuerza que la que muchas veces creemos. Lo hemos podido comprobar, aunque a mucha menor escala, también en nuestro país.

Así que vamos a reflexionar sobre lo que podemos llegar a hacer, y sigamos adelante. Y, mientras tanto, vamos a celebrarlo. Por ejemplo, volviendo a leer el artículo que dio origen a todo este asunto, y que The Guardian, casi dos años después, ha vuelto a publicar en su edición de internet.

Que lo disfruten. Y recuerden: no solo es la BCA quien "happily promotes bogus treatments". Vamos a por los demás.

15 de abril de 2010

La BCA contra Simon Singh: ¡el final del caso!


Y sucedió. Según informan los abogados de Simon Singh, la British Chiropractic Association ha presentado hoy un escrito de desistimiento de su demanda.

Todavía no se conocen todos los detalles: la BCA aún no ha publicado su habitual nota de prensa, y hay que ver qué pasa con las costas que ha generado el proceso, respecto de las cuales Simon Singh decía el otro día que la asociación tendría que reembolsarle. Y, más a largo plazo, habrá que ver qué repercusión tiene todo esto en la quiropráctica británica, por un lado, y en la campaña de reforma de la ley inglesa sobre libelo, por otro. Pero, mientras tanto, ahí queda la gran noticia.

Actualización unos minutos más tarde: Ya hay nota de prensa de la BCA.


Segunda actualización: Respecto a la cuestión de las costas, los abogados de Simon estiman que podrá recuperar unas 180.000 libras. Otras 20.000 libras (aparte del tiempo, desgaste físico y mental, etc.) tendrán que correr de su bolsillo. El comentario, aquí y aquí.

11 de abril de 2010

Tomás y la Sábana Santa



Jerusalén, una semana después de la Pascua del año 33 (bueno, más o menos). Estancia principal de una casa. En ella hay un grupo de discípulos de Jesús, que se han encerrado por temor a represalias por parte de los judíos ortodoxos. En la pared del fondo, a la izquierda, cuelga una foto de Poncio Pilato. Un hombre está lanzándole dardos, con muy mala puntería. En el centro, en segundo término, otros cuatro hombres están sentados ante una mesa jugando al tute, con grandes gritos; uno de ellos es JOSÉ DE ARIMATEA, que va ganando. A la derecha, sentadas alrededor de una mesa camilla, hay seis mujeres vestidas de negro. Cuatro de ellas están haciendo calceta (con lana negra por el luto) y conversando animadamente. Otra, MARÍA, se sienta un poco apartada de las demás, en silencio. La sexta, MARÍA MAGDALENA, habla por el móvil con su agente acerca de reclamarle una cantidad por derechos de imagen a un tal Dan Brown (no obstante, si el presupuesto no lo permite puede prescindirse de las cuatro mujeres que hacen calceta, porque total, para lo que pintan las mujeres en los Evangelios...)

En el centro y en primer término está TOMÁS, completamente solo y hablando consigo mismo
.


TOMÁS: ¿Para qué puñetas diría yo aquello? Ahora todos me hacen el vacío.

(Se acerca al hombre que está jugando a los dardos. Este se aparta de él).

TOMÁS: Nada. Como si tuviera la peste. (Vuelve al centro y mira a las mujeres) Y lo de ellas es peor. Ya he pillado dos veces a María Magdalena poniendo chorizo en mi plato de lentejas. Hombre, reconozco que me pasé un poco cuando ella vino contando la historia del sepulcro vacío y yo le pregunté qué había fumado, pero hacerme pecar contra la Ley de esta manera ya es demasiado.

(Sigue paseando por el centro del escenario, murmurando cosas ininteligibles. De repente se oyen unos golpes hacia la derecha).

TODOS: ¡Los judíos! ¡Los judíos!

(Todos corren a esconderse; las mujeres bajo la mesa camilla, los hombres del centro bajo la mesa de cartas, y el de la izquierda tras la foto de Poncio Pilatos. TOMÁS mira hacia todas partes indeciso, comprueba que no queda ningún sitio donde esconderse, se encoge de hombros y se dirige hacia la puerta, a la derecha entre bastidores).

TOMÁS (mientras va hacia la puerta): Total, no creo que sean los judíos...

(Al cabo de un momento TOMÁS regresa junto con el DISCÍPULO SUDOROSO, que está así mismo, es decir, sudoroso por haber corrido mucho. Al verle los demás salen de sus escondites y se acercan a él, pero con cuidado de no rozar siquiera a TOMÁS).

DISCÍPULO PRIMERO: ¿Qué ha pasado?

DISCÍPULO SEGUNDO: ¿Qué has visto?

DISCÍPULO TERCERO: ¿Te han seguido?

MARÍA MAGDALENA (aún hablando por el móvil): Sí, al tal Baigent también...

DISCÍPULO SUDOROSO: No, no me han seguido. Bueno, sí, me seguían, pero luego resultó que era una viejecita que iba hacia la fuente por el mismo camino que yo. No, en realidad no nos están persiguiendo.

(Los discípulos y las mujeres ponen cara de desilusión).

DISCÍPULO PRIMERO: ¿Y qué se cuenta por ahí?

DISCÍPULO SUDOROSO: Hay muchos rumores...

DISCÍPULO SEGUNDO: ¿Sobre el Maestro?

DISCÍPULO SUDOROSO: No, sobre las carreras de cuádrigas. Por lo visto, cuando terminó la del otro día Poncio Pilato dijo "por mis cojones que esto lo gana un romano", y descalificó al judío que había ganado. La gente está muy cabreada, porque dicen que hay pruebas de dopaje y...

DISCÍPULO PRIMERO (interrumpiéndole): Ya, ya. ¿Y sobre la resurrección del Maestro?

TOMÁS: ¡Buf!

DISCÍPULO TERCERO (echándole a TOMÁS una mirada muy poco cristiana, ustedes ya me entienden): Eso, eso, dinos qué se dice sobre la resurrección del Maestro.

DISCÍPULO SUDOROSO (mirando al suelo y con un hilo de voz): Pues en realidad...

(De repente se produce como un gran relámpago, y aparece entre ellos JESÚS. Tiene un aspecto parecido al del Ché Guevara, pero con túnica blanca y sin boina y sin puro).

JESÚS: La paz sea con vosotros.

DISCÍPULO PRIMERO: ¡El Maestro! ¡Es el Maestro!

JESÚS (sin hacerle caso y volviéndose a TOMÁS): Tomás, acerca tu dedo y mételo en las heridas de mis manos, acerca tu mano y métela en la herida de mi costado, y no seas incrédulo sino creyente.

(TOMÁS, tembloroso, acerca sus manos pero es interrumpido por el DISCÍPULO SEGUNDO).

DISCÍPULO SEGUNDO: Un momento, un momento, ¿qué es eso de las heridas de tus manos?

JESÚS (mirándolo con cara de pasmo): Pues eso, que meta su dedo en las heridas de mis manos.

DISCÍPULO TERCERO: ¿De tus manos? Querrás decir de tus muñecas, ¿no?

JESÚS: Pues no, están en mis manos. Mira (enseñándoselas).

DISCÍPULO PRIMERO: No, no, perdona, el Maestro tenía las heridas en el espacio de Destot.

JESÚS: ¿El espacio de quién?

DISCÍPULO CUARTO: De Desdot.

JESÚS: ¿Y dónde está eso?

(Los discípulos callan un momento y se miran entre ellos).

DISCÍPULO PRIMERO: Pues... por ahí, en las muñecas.

DISCÍPULO TERCERO: Sí, definitivamente en las muñecas. Más o menos.

JESÚS: Pero yo tengo las heridas en las manos. ¿De dónde habéis sacado lo de las muñecas?

DISCÍPULO SEGUNDO: De la Sábana.

DISCÍPULO CUARTO: Sí, eso, de la Sábana.

JESÚS: ¿Qué sábana?

DISCÍPULO PRIMERO: ¿Cuál va a ser? Pues la Sábana Santa. Con la que envolvieron tu cadáver.

JESÚS (bastante desconcertado): Pero si a mí no me envolvieron con una sábana. Me vendaron.

DISCÍPULO SEGUNDO: No, fue con la Sábana.

JESÚS: No, fue con unas vendas. Yo estaba allí, ¿recuerdas?

DISCÍPULO CUARTO (bajando la voz): Bueno, sí, pero estabas más bien muerto...

JESÚS: Bueno, pues que os lo diga José de Arimatea, que también estaba. (volviéndose hacia JOSÉ DE ARIMATEA, que se ha apartado un poco de los demás, y elevando la voz): ¡Pepeeee! ¡Cuéntales cómo preparásteis mi cadáver!

JOSÉ DE ARIMATEA (sin levantar la mirada): Esto... te envolvimos en la Sábana, Maestro.

JESÚS: ¿Pero qué sábana ni qué puñetas? Recuerdo perfectamente que eran unas vendas. Además, cuando me desperté estaba todo envuelto en ellas y tardé un buen rato en desliarme. Seguro que las mujeres que me vieron resucitar se acuerdan. (Volviéndose hacia María Magdalena) María, díselo tú.

MARÍA MAGDALENA (tapando el micrófono del móvil con una mano): Dime, Jesusito de mi vida.

JESÚS (en voz baja): Mari, esas confianzas en público no, por favor. (Elevando de nuevo el tono): A ver, María, diles en qué estaba envuelto mi cadáver.

MARÍA MAGDALENA: Espera un momento. (Volviendo a hablar por el móvil): Oye, que dice Jesús que si estaba envuelto en una Sábana o en unas vendas. ¿Qué le digo?... Sí... Sí... ¿Y Javier Sierra qué dice?... ¡Ah, vale, que ese no cuenta!... Sí... Sí... Vale, un momento. (Volviéndose a Jesús): en una Sábana. Definitivamente era una Sábana. De lino.

JESÚS: Pero bueno, ¿es que os habéis vuelto locos? A ver, enseñadme esa sábana.

DISCÍPULO PRIMERO (mirando de reojo a los demás): es que... no la tenemos.

JESÚS: ¿Cómo? ¿Una reliquia tan importante y no la tenéis? ¡Ya sé: os estáis inventando todo! Hoy es uno de abril, ¿verdad?

(Los discípulos se miran entre sí sin decir palabra).

JESÚS: ¡Venga, venga! Si no es una broma, a ver, ¿dónde está la sábana de las narices?

(Los discípulos siguen callados. De repente, el DISCÍPULO PRIMERO pone cara de haber tenido una idea).

DISCÍPULO PRIMERO: Es que... la hemos prestado.

DISCÍPULO SEGUNDO: Eso, eso, la hemos prestado.

JESÚS: Vale, la habéis prestado. ¿Y a quién, si puede saberse?

DISCÍPULO PRIMERO: Esto... a... a... ¿al rey de Edesa?

DISCÍPULO SEGUNDO: Sí, sí, al rey de Edesa.

DISCÍPULO TERCERO: A ese mismo, sí. Ahora me acuerdo.

JESÚS: ¿Al rey de Edesa? ¿Aquel pelmazo que se empeñaba en que le mandase un retrato?

DISCÍPULO PRIMERO: Sí, es que seguía insistiendo en lo del retrato, y como no teníamos otra cosa a mano...

TOMÁS (que hasta ahora ha contemplado la conversación con cara de incredulidad): Pues yo no me acuerdo de eso.

(Los restantes discípulos callan un momento y se vuelven a mirar entre sí).

DISCÍPULO SEGUNDO: Bueno, es que... tuviste que ir a hacer un recado.

DISCÍPULO PRIMERO: Sí, eso, eso, te fuiste a comprar tabaco.

TOMÁS: Pero si yo no he salido de aquí ni un momento.

DISCÍPULO TERCERO: Sí, hombre, fue hace dos días. ¿Es que no te acuerdas?

TOMÁS: No, no me acuerdo. De lo que sí me acuerdo es de que hace dos días era sabbat, así que no pude haber ido a comprar tabaco. Además, desde hace ocho días me tenéis aquí encerrado para que no pueda decirle a nadie que dudo mucho que el Maestro haya resucitado.

DISCÍPULO PRIMERO: Pues mira, aquí lo tienes. Vivito y coleando.

DISCÍPULO SEGUNDO: Sí. Bueno, las heridas de las manos no están en su sitio, y la del costado tampoco, pero...

JESÚS: ¿Cómo que la del costado no está en su sitio? ¿Es que no la ves? ¡Mira, mira, mete la mano! Cabe entera, ya verás. Al principio da un poco de yuyu, pero...

DISCÍPULO CUARTO: No, Maestro, lo que dice mi compañero es que la herida debería estar al otro lado.

JESÚS: ¿Cómo que al otro lado? Pero si vosotros estábais allí y vísteis la lanzada.

DISCÍPULO PRIMERO: Sí, Maestro. Pero un forense dice que la imagen de la Sábana se formó en realidad en la cara externa, así que si la herida aparece en el lado izquierdo de la imagen del (pronunciando claramente las mayúsculas) Hombre de la Sábana, también debería estar en tu costado izquierdo y no en el derecho.

JESÚS: Pero bueno, esto ya parece cachondeo. Vamos a ver, si me hubieran envuelto en una sábana y se hubiera formado allí mi imagen, habría salido un churro. Completamente deformada. Una porquería, vamos.

(Los discípulos vuelven a mirarse entre ellos en silencio. El primero en hablar otra vez es, de nuevo, el DISCÍPULO PRIMERO).

DISCÍPULO PRIMERO: Bueno, suponemos que algún milagro la mantuvo lisa y planita sobre ti. Luego alguna energía...

DISCÍPULO CUARTO: Probablemente cuántica....

DISCÍPULO PRIMERO: Alguna energía probablemente cuántica impregnó milagrosamente la imagen.

DISCÍPULO SEGUNDO: Y las manchas de sangre.

JESÚS: ¿Sangre? (Volviéndose de nuevo hacia JOSÉ DE ARIMATEA): Pero vamos a ver, Pepe, ¿no me habíais lavado y todo eso?

JOSÉ DE ARIMATEA (mirando al suelo, como siempre): Estoooo... sí...

JESÚS (dirigiéndose a los discípulos): ¿Véis? Cadáver lavadito, nada de sangre, nada de manchas.

DISCÍPULO CUARTO: No, Maestro, no. La Sábana muestra claramente las manchas de sangre. En las heridas de las manos...

DISCÍPULO PRIMERO: ¡De las muñecas!

DISCÍPULO CUARTO: Eso, de las muñecas, y en las de los pies, y en las del costado, y hasta en el casquete de espinas.

JESÚS: ¿Casquete? Si era una corona.

DISCÍPULO CUARTO: No, era un casquete.

DISCÍPULO SEGUNDO: Semiesférico. Te cubría toda la cabeza.

JESÚS: No me vengáis con rollos. Era una corona. Me ceñía solo la frente. Lo recuerdo perfectamente, porque la tuve puesta. Y además os recuerdo que aún no estaba muerto cuando me la pusieron.

DISCÍPULO PRIMERO: Pues lo siento, Maestro, pero recuerdas mal. Era un casquete.

JESÚS: ¡Esto es el colmo! ¿Y qué más habéis visto en esa sábana?

DISCÍPULO SEGUNDO: Pues los leptones.

JESÚS: ¿Qué? ¿Qué leptones? Os recuerdo que mi monedero lo llevaba el cabrón de Judas.

DISCÍPULO PRIMERO: No, Maestro, se refiere a los leptones que te pusieron en los ojos para mantenerlos cerrados.

JESÚS: ¿Cómo? (Volviéndose de nuevo hacia JOSÉ DE ARIMATEA, que poco a poco ha ido deslizándose hacia la salida): A ver, Pepe, explícame eso. ¿Me pusiste monedas en los ojos? ¿Tú, con lo rácano que eres? ¿Y siendo esa una costumbre pagana?

JOSÉ DE ARIMATEA: Yo... yo...

DISCÍPULO PRIMERO: Maestro, quizá José no lo recuerde; ya sabes: la tensión del momento y todo eso. Pero en la Sábana se ven claramente unos leptones.

TOMÁS: ¡Ya! ¡Y también al Pato Donald!

DISCÍPULO PRIMERO: ¡Unos leptones! (Sacando un papel): ¡Mira, los tengo dibujados aquí! Hasta se lee claramente eso de "Tiberiou Caisaros"...

JESÚS: ¿Caisaros? ¿Con C?

(Los discípulos vuelven a callar, hasta que el DISCÍPULO SEGUNDO rompe el silencio).

DISCÍPULO SEGUNDO: Bueno, una errata de nada...

JESÚS: ¿Una errata? ¿En dos monedas?

DISCÍPULO CUARTO: Sí, bueno, ya sabes cómo está la mano de obra hoy en día.

JESÚS: Bueno, ya está bien. Esperadme un momento.

(Tras un nuevo fogonazo, Jesús desaparece. Los discípulos se miran entre sí, nerviosos).

DISCÍPULO PRIMERO (dirigiéndose a TOMÁS): Bueno, estarás satisfecho...

TOMÁS: ¿Yo? ¿Por qué?

DISCÍPULO SEGUNDO: Sí, ahora hazte el mártir. Pero si no fuera por tus malditas dudas no tendríamos esta escenita. "Hasta que no meta el dedo...", "hasta que no meta el dedo..."

DISCÍPULO TERCERO: Y al final lo que has metido es la pata.

TOMÁS: Yo solo...

(Se produce un nuevo fogonazo y aparece de nuevo JESÚS acompañado del OBISPO D'ARCIS, un personaje bajito y regordete, con cara de asustado).

JESÚS: Ya estoy aquí. Venga, Pierre, cuéntales.

OBISPO: Yo...

JESÚS: Sí, tú. Cuéntales.

OBISPO: ¡Señor! ¡Yo no soy digno!

JESÚS: Lo que no eres es rápido, que digamos. Venga, cuéntales lo que me has contado antes.

OBISPO: Pues... sucedió que cuando era yo obispo de Troyes, en el Año de Nuestro Señor de 1389...

DISCÍPULO PRIMERO: ¿Cómo? ¿1389?

DISCÍPULO CUARTO: Pero Maestro, ¿no habíamos quedado en que el Fin del Mundo iba a ser de aquí a la vuelta de la esquina, y que muchos de nosotros no conoceríamos la muerte y tal? ¿Cómo es que en 1389 el Mundo sigue existiendo?

JESÚS (callando con un gesto a los discípulos, que han empezado a murmurarse unos a otros): Bueno, bueno, ya hablaremos de eso en otro momento. Sigue, Pierre.

OBISPO: Sí, claro, Señor. Pues decía que siendo yo obispo de Troyes descubrí que los sinvergüenzas de la Colegiata de Lirey estaban mostrando a los peregrinos una sábana, diciéndoles que era la mortaja de nuestro Señ... la vuestra, Señor.

JESÚS: Sigue.

OBISPO: La sábana la pintaron en tiempos de mi antecesor, Henri de Poitiers, que descubrió al pintor y prohibió la ostentación de la falsa reliquia.

JESÚS: Hala, ya habéis oído. (Al OBISPO): Ya puedes irte.

OBISPO: ¡Gracias a Dios!

(Tras un nuevo fogonazo, el OBISPO desaparece).

JESÚS: De nada. (Dirigiéndose a los discípulos): Pues ya véis: más falsa que las historietas sobre el nacimiento de Zoroastro.

DISCÍPULO CUARTO: A propósito del nacimiento de Zoroastro, Maestro, se nos ha ocurrido una idea...

DISCÍPULO PRIMERO: Un momento, un momento, que aún tenemos que aclarar lo de la Sábana. A ver, Maestro, si lo que dices es cierto...

JESÚS: ¿Lo dudas?

DISCÍPULO PRIMERO: ¡No, Maestro, claro que no! Pero hay que tener la mente abierta. Decía que, si la Sábana es un fraude del Siglo XIV, ¿cómo explicas la sangre?

JESÚS: ¿Sangre? Pero si ya os he dicho que me lavaron...

DISCÍPULO PRIMERO: Sangrarías otra vez.

JESÚS: ¿Estando muerto?

DISCÍPULO SEGUNDO: Sea como sea, hay sangre. Y bien roja.

TOMÁS: ¿Roja? ¿Pero las manchas de sangre no se oscurecen al secarse?

DISCÍPULO PRIMERO: ¡Sangre! De hecho, se ha detectado la presencia de albúmina en las manchas rojas, prueba indiscutible de que son de sangre.

TOMÁS: ¿Albúmina? ¿Como la de la clara de huevo que se usa para hacer pintura roja?

DISCÍPULO SEGUNDO: ¡Calla, incrédulo!

JESÚS: ¡Esto es la leche! Ahora vuelvo.

(Desaparece otra vez con un fogonazo).

DISCÍPULO PRIMERO: Me parece, Tomás, que te estás pasando de negativista. Así no vamos a llegar a ninguna parte.

DISCÍPULO SEGUNDO: Sí. Si por ti fuera, la gente aún pensaría que lo de las bodas de Caná era agua.

TOMÁS: ¡Pero si era agua! ¡Yo mismo la probé!

DISCÍPULO PRIMERO: ¡Calla, idiota!

(Se produce un nuevo fogonazo y aparece otra vez JESÚS, acompañado del CIENTÍFICO, un tipo delgado, con gafas y vestido con bata blanca).

JESÚS: Venga, cuéntales.

CIENTÍFICO: Yo...

JESÚS: ¿Por qué os ponéis todos tan nerviosos cuando os digo que habléis? ¡Ni que estuviéseis viendo a un zombi!

CIENTÍFICO: Bueno, eso en cierto modo...

JESÚS: ¡Calla y cuéntales!

CIENTÍFICO: Bueno, hicimos una prueba a la sábana, y descubrimos que el lino que la forma fue cultivado hacia mediados del Siglo XIV.

JESÚS: ¿Véis?

(Los discípulos vuelven a callar un momento y se miran entre sí. Luego, el DISCÍPULO PRIMERO pone otra vez cara de habérsele ocurrido una idea).

DISCÍPULO PRIMERO: La prueba no vale.

CIENTÍFICO y JESÚS (al mismo tiempo): ¿Qué?

DISCÍPULO PRIMERO: Pues eso, que la prueba no vale. Falseásteis los resultados para desprestigiar la Sábana.

DISCÍPULO SEGUNDO: ¡Eso! Y además, el resultado era incorrecto porque no tuvísteis en cuenta la contaminación.

CIENTÍFICO: ¡Pero las muestras fueron lavadas a conciencia!

DISCÍPULO SEGUNDO: Seguro que no lo bastante.

CIENTÍFICO: ¡Claro que sí! Además, ¿sabes la cantidad de contaminantes que harían falta para desviar así el resultado? ¡Varias veces el peso de la sábana! ¡Y ni aun así llegaríamos al año 33!

DISCÍPULO TERCERO: Da igual. De todos modos, tampoco tuvísteis en cuenta que la fe de los creyentes genera un campo energético...

DISCÍPULO CUARTO: Probablemente cuántico...

DISCÍPULO TERCERO: Un campo energético probablemente cuántico que la rejuvenece.

DISCÍPULO PRIMERO: Además, ¿quién eres tú?

CIENTÍFICO: ¿Yo? Pues soy Doctor en Física y trabajo en datación mediante radioisótopos desde hace veinte años...

DISCÍPULO PRIMERO: Pero no eres Libby, ¿verdad?

CIENTÍFICO: ¿Willard Libby? No, claro que no...

DISCÍPULO PRIMERO: ¡Lo sabía! Libby dijo claramente que la prueba se había realizado de forma incorrecta.

CIENTÍFICO: ¡Pero si Willard Libby se había muerto antes de que hiciéramos la prueba!

(Los discípulos vuelven a callar un momento y se miran desconcertados. De pronto, el DISCÍPULO CUARTO sonríe y alza la voz).

DISCÍPULO CUARTO: ¿Lo ves? ¿Lo ves? ¿Qué más pruebas necesitas de que es un objeto milagroso? ¡El propio Libby se levantó de entre los muertos para proclamarlo ante todo el mundo!

(JESÚS mueve la cabeza en expresión de resignación y se vuelve hacia TOMÁS).

JESÚS: Nada, no tienen remedio. Cualquier día se inventarán hasta la estatura de los que me dieron de latigazos.

TOMÁS: No sé qué hacer. Están completamente chiflados.

JESÚS: Déjalos. Hace falta alguien más honrado, o por lo menos con más sesera. (Medita un momento y prosigue). Mira, cuando pase todo este follón vete a la ciudad, busca a un tal Pablo de Tarso y dile que se ponga al frente de todo este chiringuito. Estos (señalando a los discípulos) son capaces de hundírmelo.

TOMÁS: Vale, Maestro. Y lo de meter los dedos y la mano...

JESÚS: Bueno, déjalo. Que luego van al pan...

(Se produce un nuevo destello y JESÚS y el CIENTÍFICO desaparecen. Cae el telón).


EPÍLOGO: Han transcurrido unas semanas. La escena se desarrolla en la misma estancia. Están presentes TOMÁS y PABLO DE TARSO. PABLO muestra un aparatoso vendaje en la cabeza.


TOMÁS: Ya los has oído, Pablo. Se empeñan en que la gente crea toda esa historieta de la sábana...

PABLO: ...Que es evidentemente falsa. Sí, ya lo sé; a pesar del golpe que me di en la cabeza al caerme del caballo cuando lo asustaste al salir de tu escondite en el camino de Damasco, aún me funcionan un par de neuronas, y es todo lo que hace falta para darse cuenta de que la sábana es falsa. Pero por otro lado...

TOMÁS: ¿Qué?

PABLO: Digo que, por otro lado, si contásemos la historia de que el Maestro resucitó de entre los muertos y todo eso, ¿quién nos iba a creer?

TOMÁS: Bueno, todo el mundo. No somos la primera religión que lo dice.

PABLO: Sí, pero si contásemos con una prueba, como la sábana...

TOMÁS: ¿Estás sugiriendo que digamos que la sábana es auténtica? ¿Aunque sepamos que no lo es?

PABLO: ¡No, no! Lo que estoy sugiriendo es que no digamos nada, ni sí ni no, pero que actuemos como si lo fuera, mostrándola en ocasiones solemnes, rezando ante ella con recogimiento y devoción y todo eso.

TOMÁS: ¿Y colará? Seguro que hay gente que la pone en duda.

PABLO: Hombre, si nos presionan mucho podemos reconocer que probablemente sea falsa... o, mejor aún, que no se ha demostrado que sea auténtica; es más o menos lo mismo pero suena de otra manera, ¿verdad? Además, diciéndolo con la boca pequeña y añadiendo que de todos modos es un objeto de veneración muy querido para los fieles y tal...

TOMÁS: Pero... ¿a ti te parece que eso es honrado?

PABLO: ¿Y quién ha hablado de honradez? ¡Ay, menos mal que estoy yo aquí! A los discípulos os falta visión comercial...

(Telón)






FIN DEL ACTO PRIMERO