29 de abril de 2007

Antroposofía y salud

Hace unos días dediqué una entrada a un curioso manifiesto que alertaba acerca del peligro que, según sus promotores, corre la homeopatía a causa del Proyecto de Decreto regulador de la autorización, registro y condiciones de dispensación de los medicamentos. Para los promotores del manifiesto, el Decreto supondría la práctica desaparición de la homeopatía, puesto que obligaría a que los productos homeopáticos se sometiesen a una serie de requisitos -especialmente la acreditación de su efectividad- que en su opinión son imposibles de cumplir. Para mí, más bien se trata del miedo a que la Administración farmacéutica deje de hacer la vista gorda ante la impunidad con la que estos productos se venden actualmente como medicamentos, sin molestarse en cumplir los requisitos legales que, de hecho, son los mismos que prevé el Proyecto de Decreto; de hecho, el Proyecto reproduce la normativa actualmente vigente al pie de la letra.

La entrada ha dado lugar a un comentario (me temo que anónimo) al que me parece interesante replicar, pero por su extensión creo que es mejor hacerlo mediante una nueva entrada. Así que allá vamos.

Dice el comentario que

Lo primero que he de reconocer es la envidia que te profeso por tener tanto tiempo libre para poder tener un blog donde compartir tus reflexiones; ojala, yo lo tuviera ... Lamentablemente yo no tengo tanto tiempo como para poder contestar pormenorizadamente a tus comentario, pero por lo menos quisiera comentar algunas aspectos.


La precisión del anónimo comentarista acerca de su falta de tiempo libre es muy oportuna: sirve de justificación para la falta de argumentación que se observa en todo su comentario. Sin embargo, le animo a que intente sustraerse de esas tareas cotidianas que tanto le agobian e intente aportar al debate algo más enjundioso de lo que nos coloca. Por ejemplo, me dice que

Empleas la palabra superchería varias veces para definir a la antroposfía, considerándola un engaño y dices que no debería quedar impune su práctica con lo que elevas a delito su práctica. Las razones que esgrimes para ello son su nula efectividad.


Lo cual no es cierto. Como he dicho en más de una ocasión, el hecho de que este tipo de prácticas sean científicamente insostenibles o incluso éticamente reprobables no las convierte en delito. El mismo Tribunal Supremo ha venido a decir lo mismo en el caso que comentábamos no hace mucho. De hecho, este tipo de prácticas -y, más concretamente, las pseudoterapias antroposóficas- no tienen por qué constituir siquiera un ilícito civil. Los pacientes de este tipo de tratamientos no contratan un resultado, sino una actividad, y si no ha mediado ningún engaño el hecho de que su efectividad resulte nula no los convierte no ya en delictivos, sino ni siquiera en ilegales.

Sí que es cierto, por otro lado, que creo que sería conveniente que nuestro Ordenamiento Jurídico tipificara como delito el abuso de la credulidad y superstición. Pero ni siquiera en este caso estaría "esgrimiendo" la nula efectividad de las pseudoterapias, sino sólo el engaño que podría suponer su difusión entre un público mal informado.

Sigue diciendo nuestro anónimo comentarista que

He estado tentado de responder palabra por palabra lo que comentas, pero creo que no merece la pena hablarte de estudio como el “Parsifal” que acreditan a la medicina antroposófica como efectiva, más barata y mucho mejor para la prevención que la medicina alopática.


Y es una pena que no me hable de ese estudio, porque resulta que no dice tal cosa. El estudio se limita a concluir (cito de la referencia en Publimed) que "ciertas características del estilo de vida antroposófico, como el uso restrictivo de antibióticos y antipiréticos, están asociados con una reducción del riesgo de enfermedades alérgicas en niños". Lo cual no supone ni que la medicina antroposófica sea "efectiva", ni que resulte "más barata", ni que haya que considerarla "mucho mejor para la prevención" que ninguna otra. Simplemente que para reducir el riesgo de alergias en los niños probablemente haya que abusar menos de los antibióticos y antipiréticos, conclusión que seguro que hasta el más recalcitrante médico "alopático" suscribiría.

El comentario sigue diciendo que

Me supongo que no te llama la atención que sean los pacientes los que reclaman su derecho a poder contar con estas medicinas en España, como lo hacen en otros países de la Unión Europea. Para ti y tu mente estrecha es mucho más fácil calificarlos de piraos que quieren llenarse los bolsillos, no sé de que...


Pues no, ni me llama la atención ni los califico así. Cito lo que yo mismo decía en la entrada que comenta:

todo el mundo es libre de someterse a un tratamiento médico o bien confiar en el curanderismo pseudomédico que le dé la real gana, incluyendo la homeopatía o su variante más pintoresca, la "medicina antroposófica". O incluso no someterse a ningún tratamiento, que bien mirado viene a ser lo mismo que tomar potingues homeopáticos, pero al menos sale mucho más barato.


Lo decía y lo repito: todo el mundo es libre de someterse al tratamiento médico, pseudomédico, místico o imaginario que quiera. Y eso incluye el derecho de todo el mundo a tratarse con pseudomedicamentos homeopáticos, como nunca he negado.

El comentarista anónimo añade que

Afortunadamente vivimos en un país que permite tu libertad para decir lo que tu quieras calificando incluso de chamanes a médicos; la medicina antroposófica está únicamente practicada por médicos colegiados que luego de haber cursado su licenciatura amplían sus estudios varios años más en medicina antroposófica. Yo y los demás piraos de anthrosana nos limitamos a solicitar esta misma libertad para poder seguir curándonos con medicamentos de reconocido prestigio y financiados por el sistema público de sanidad en otros países tan lejanos al chamanismo como son Alemania, Suiza, Holanda, etc.


Y... Ahí está la cuestión, ¿no? En lo de "financiados por el sistema público de sanidad".

Pero me temo que ahí no puedo estar de acuerdo. Si bien todos los ciudadanos son libres de elegir el tratamiento, verdadero o ficticio, al que quieren someterse, el Estado no goza de esa libertad, ni mucho menos. Como dice la propia Ley de garantías y uso racional de los medicamentos y productos sanitarios, la función del Estado es

impulsar el uso racional de los medicamentos y en el que el objetivo central sea que todos los ciudadanos sigan teniendo acceso al medicamento que necesiten, cuando y donde lo necesiten, en condiciones de efectividad y seguridad.


Ni más, ni menos. No menos, porque el Estado tiene la obligación constitucional de proteger la salud de los ciudadanos, y esa protección incluye evidentemente la necesidad de definir qué se debe entender por medicamento y qué no lo es.

Y no más, porque el Estado no pasa de ahí. En ese Decreto que al parecer os molesta tanto el Estado no obliga a usar esos medicamentos; simplemente define qué condiciones deben reunir los productos que deban considerarse como tales, pero a partir de ahí cada cual es libre de usarlos o no.

Y esa libertad no queda coartada por el hecho de que el Estado no financie los productos supuestamente terapéuticos que no reúnan las condiciones necesarias para considerarlos como medicamentos (en el caso que nos ocupa, una condición tan elemental como el hecho de que se acredite que de verdad curan algo). La libertad que tenemos para someternos a pseudotratamientos sin validez científica no implica que el Estado, cuyos recursos son forzosamente limitados, tenga que financiarnos nuestras supersticiones y caprichos.

El comentarista sigue diciendo que

Comentar aquí la falacia de los ensayos clínicos y el nuevo dogma de la Medicina Basada en la Evidencia, muro con el que la Industria Farmacéutica está arrinconando a los principios activos válidos pero que no disponen de suficiente de cantidad de dinero para realizar ensayos clínicos, porque no se pueden patentar, me parece estéril.


Lo cual me parece curiosísimo, porque es el propio comentarista quien unos párrafos más arriba esgrimía el informe del Grupo Parsifal, que según sus propias palabras acredita "a la medicina antroposófica como efectiva, más barata y mucho mejor para la prevención que la medicina alopática". Amigo mío, ¿no estará usted incurriendo en ese dogma de la Medicina Basada en la Evidencia?

Por otro lado, eso de que los "principios activos válidos" (¿no se referirá más bien a sus fabricantes?) "no disponen de suficiente cantidad de dinero para realizar ensayos clínicos", ¿no resulta un poco falaz si tenemos en cuenta lo que sabemos sobre la situación financiera de la industria del pseudomedicamento homeopático?

En fin, que termina nuestro anónimo comunicante con una de esas frases para la historia, a saber, que

La grandeza de cualquier ciencia se puede medir siempre con la fiereza que emplean las mentes más estrechas para impedir que progrese lo que ellas no pueden comprender.


Y no es así. Más bien la grandeza de cualquier ciencia se puede medir por los resultados que obtiene a pesar de quienes se empeñan en sustituirla por viejas o nuevas supersticiones.

Y en ese sentido, la medicina "alopática" es la responsable de la calidad y espectativa de vida de la que disfrutamos. De hecho es incluso la responsable de que gocemos de la suficiente buena salud como para resistir el hecho de someternos a pseudotratamientos como los que preconiza la antoposofía.

No lo olvide, anónimo.

No lo olvidemos.

9 comentarios:

  1. Fernando: excelente entrada.
    La antroposofía tiene otra variante queno sé si hasta es más perjudicial que su pseudomedicina: las escuelas waldorf y montessori. Están basadas en el esoterismo de Steiner (el gurú de la antroposifía) y son las que recomiendan para los niños índigo.

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  2. La verdad que no estoy de acuerdo con mucho de lo que decís y menos estoy de acuerdo con el comentario sobre las escuelas Waldorf de Fernando pero cada uno es libre de opinar lo que quiera. Me parece que todos los extremos son malos, y que no tiene sentido defenestrar ni idolatrar ciertas cosas a menos que sean realmente malas para el hombre como algunos vicios o algunas conductas. Cada uno puede elegir como curarse y como educar a sus hijos. Mi hija no es una niña índigo pero va a una escuela Waldorf y nosotros y ella estamos más que satisfechos. Tal vez cada uno busca lo que necesita en ciertos ambitos. No sé que experiencia hayan tenido con respecto a estas escuelas o medicinas pero bueno todos tenemos la libertad de elegir. Ese es el mayor don que Dios nos dió: la Libertad. Saludos

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  3. Anónimo13:58

    Pues eso, si quieres llevar a tus niñas a ese sitio de esoterismo indemostrado cuando no peligroso o timador tu mismo con tus hijos, pero no con mi dinero.

    Por cierto dudo que dios de nada ya que es un invento de los hombres

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  4. Evidentemente hay todavía mucho intolerantes en este mundo, no estoy de acuerdo en atacar desmereciendo al otro. Es como los políticos que basan sus campañas en criticar lo que hacen el contrario en vez de decir que es lo que ellos pueden hacer por el bien del país. Iván, no sé que razones tenés para decir lo que decís pero acá en Argentina, donde yo vivo, a las escuelas las mantienen los padres y maestros y no el estado. No sé que es lo no demostrado para vos, ni lo peligroso, ni lo timador. Tampoco sé si me interesa porque no te conozco, así que... En cuanto a religión no tengo porque decirte nada, serán tus creencias y no las comparto. Así que no tiene mucho sentido dicutir por aquí.

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  5. Vale, yo estoy de acuerdo en que el mundo está lleno de intolerantes. Y estoy de acuerdo en que para debatir no hay que descalificar. Quizá se le pueda acusar al autor de este blog de verter sus opiniones con un poco de vehemencia de más... pero también tenemos que reconocer que tiene razón en una cosa: la ciencia es aquello que se puede demostrar por medio del método científico. Lo demás es superchería. Punto y final.

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  6. Queridos amigos:
    Me impresiona que existan personas que gratuitamente ataquen por atacar. No entiendo porqué tienen esa necesidad imperiosa de hacer notar que el otro está MUY equivocado, sin ser portadores de la verdad abosulta.
    Todos podemos estar muy equivocados. Caminar por este mundo con un sentido errado de todo, pero lo importante es que cada uno sea fidedigno a lo que cree correcto o verdadero.
    En qué te molesta la educación Waldorf?, qué te han hecho?.
    Amigos no seamos ODIOSOS en nuestros comentarios!.
    Soy educadora Waldorf y sólo me trato con medicina Antroposófica y jamás he tenido problemas, pero yo no camino por la vida criticando a los que no pueden levanterse sin una aspirina en el cuerpo. Allá ellos!

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  7. Anónimo5:06

    la educacion waldorf, la antroposofia como muchos otros caminos son elecciones que el ser asume y como eleccion es propia y ni el ni los otros pueden decir cual camino es el correcto, lo correcto es el respeto al otro y a dejar que cada uno pueda caminar cuando en su andar no esta atropellando a los demas y creo que este no es el caso de la antroposofia y como ocurre en todos los lugares , no es la filosofia o las religiones son aquellos que las practican y las desvirtuan.

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  8. Anónimo23:06

    EXpero que la alopatía mejore tu eSpectativa de vida, porque es mejor tener el nombre de Yamato, que el de Yamuero.
    Es verdad que la talidomida mejoró la calidad de vida de muchos nonatos.
    De todas maneras creo que se debe respetar la libertad de elección de terapia y que cada uno debe elegir libremente como debe vivir o morir.
    No se puede cuestionar el avance de la farmacología en el siglo XX, su control de enfermedades contagiosas, pero no por ello es menos cierto que posee muchas sombras.

    Fdo. El Anónimo

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  9. Anónimo21:02

    Stimpy: soy argentina y me averguenza tu ignorancia. A la escuela pública y a los maestros los mantiene el estado con los impuestos que TODOS pagamos.
    A la gran mayoría de las privadas también, injustamente, las subvenciona el Estado. Si además, los padres eligen una institución privada, están pagando un servicio, no manteniéndola.

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