Lo que más llama la atención, es que la gente que tiene varios años de Universidad y que una cree que "piensa", cae fácilmente ante ese lenguaje pseudo-científico, compra cremas, pastillas o yogures y jura que se está quitando años, achaques, dolores, manchas o lo que sea, y la cantidad de medicamentos falsos y verdaderos, las mezcolanzas de pastillas de todos los colores que las personas ingieren, provocan enfermedades difíciles de revertir...Esto de que nos gobierna don dinero es terrible, porque nadie le pone el cascabel al gato y no hay gobierno que se atreva a prohibir estos negociados, cuando ahorrarían varios millones en salud, si se atrevieran.
Gabriela tiene muchísima razón. He conocido personas de gran cultura y sólida formación, tanto científica como humanística, sensatas, inteligentes, con muchísimo sentido común... pero que caen en la trampa de la jerga pseudocientífica de la homeopatía, de los suplementos alimenticios y demás sustancias milagrosas habidas y por haber, cuando es suficiente con el sentido común y cuatro números a nivel de primaria para darse cuenta de las mentiras y palabrerías que se esconden detrás de estas cosas.
Lo que más llama la atención, es que la gente que tiene varios años de Universidad y que una cree que "piensa", cae fácilmente ante ese lenguaje pseudo-científico, compra cremas, pastillas o yogures y jura que se está quitando años, achaques, dolores, manchas o lo que sea, y la cantidad de medicamentos falsos y verdaderos, las mezcolanzas de pastillas de todos los colores que las personas ingieren, provocan enfermedades difíciles de revertir...Esto de que nos gobierna don dinero es terrible, porque nadie le pone el cascabel al gato y no hay gobierno que se atreva a prohibir estos negociados, cuando ahorrarían varios millones en salud, si se atrevieran.
ResponderEliminarGabriela tiene muchísima razón. He conocido personas de gran cultura y sólida formación, tanto científica como humanística, sensatas, inteligentes, con muchísimo sentido común... pero que caen en la trampa de la jerga pseudocientífica de la homeopatía, de los suplementos alimenticios y demás sustancias milagrosas habidas y por haber, cuando es suficiente con el sentido común y cuatro números a nivel de primaria para darse cuenta de las mentiras y palabrerías que se esconden detrás de estas cosas.
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