25 de febrero de 2010

El traje nuevo del Emperador: un final alternativo

ACTO III




DRAMATIS PERSONAE:


- EL EMPERADOR
- SUS CORTESANOS (NOBLES, DAMAS, CABALLEROS, DIGNATARIOS Y UN BUFÓN)
- EL PUEBLO
- UN NIÑO

(La acción tiene lugar en las calles de la capital, engalanadas para un gran desfile con guirnaldas, flores, banderines y una pancarta que pone "John 3:16". Al alzarse el telón EL PUEBLO está alineado a lo largo del fondo, esperando el desfile. Entra en escena por la izquierda EL EMPERADOR, montado en un unicornio rosa. Saluda a derecha e izquierda mientras el pueblo le aclama y vitorea. Siguen al Emperador SUS CORTESANOS, a pie. Algunos de ellos llevan, sobre sus suntuosos vestidos y refulgentes armaduras, chalecos multibolsillos, y unos pocos se visten con una bata blanca. Sigue al séquito imperial el bufón, también con chaleco. EL NIÑO está situado hacia la derecha, entre el pueblo).




EL PUEBLO: ¡Viva, viva, bravo, viva el Emperador!

(EL EMPERADOR sigue saludando con una sonrisa tonta en la cara)


EL PUEBLO (entre los vítores): ¡Qué traje más suntuoso! ¡Es extraordinario! ¡Y qué bien le sienta!

(EL EMPERADOR llega hasta el centro del escenario mientras siguen los vítores)


NIÑO (saliendo de entre la multitud y señalando al EMPERADOR con el dedo): ¡Pero si no lleva ropa!

(Se hace un gran silencio. El EMPERADOR deja de saludar, se queda mirando al niño y al cabo de un par de segundos pierde su sonrisa. Recuerde el actor que no debe perderla del todo, porque más adelante se la tendrá que poner otra vez).


NIÑO (sin dejar de señalar al EMPERADOR): ¡Sí, mirad, el Emperador está desnudo!

(Murmullos desconcertados entre el público)


PRIMER CORTESANO CON BATA BLANCA: ¡Pero qué dices, niño! ¿Cómo te atreves a opinar, si no eres sastre? ¡No tienes ni idea de los principios de la trajeología!

(Murmullos de aprobación entre los demás cortesanos)


NIÑO: ¿Pero es que no lo véis? ¡No lleva ropa!

PRIMER CORTESANO CON CHALECO MULTIBOLSILLOS: ¿Qué sabrás tú de la ropa? Cuando lleves 30.000 kilómetros recorridos investigando toda clase de avistamientos de prendas de vestir, como yo, podrás opinar.

SEGUNDO CORTESANO CON CHALECO MULTIBOLSILLOS: ¡Sí, eso!¿Qué sabrás tú, que seguro que no has movido el culo del sillón?

NIÑO: Pero es que va desnudo de verdad. ¡Mirad, se le ve hasta la colita!

(EL EMPERADOR, tras otro segundo o dos de vacilación, empieza a poner cara de preocupación)


TERCER CORTESANO CON CHALECO MULTIBOLSILLOS: No le hagáis caso, Majestad. Como Presidente de la Sociedad de Estudios Imperiales Paraatuendológicos SIEP puedo dar fe de que váis completamente vestido. Precisamente tengo por aquí unas psicofonías... (tanteándose los bolsillos del chaleco).


SEGUNDO CORTESANO CON BATA BLANCA (mirando de reojo al TERCER CORTESANO CON CHALECO MULTIBOLSILLOS): Además, los metaanálisis demuestran que la tela mágica que han empleado los sastres recuerda perfectamente los lujosos materiales con los que estuvo en contacto (agita ante EL NIÑO un montón de papeles, pero procurando que éste no pueda leerlos).

PRIMER CORTESANO CON BATA BLANCA: ¡Exactamente! Es algo cuántico.

PRIMER CORTESANO SIN CHALECO NI BATA: Además, el trígono entre Saturno, Plutón y Nibiru, según se mira, a la derecha, marca siempre los grandes acontecimientos de pompa y boato, como el desfile de la Emperatriz Robustiana I que en realidad tuvo lugar en 1734 y no en 1736 como dice la historiografía oficial, o la Gran Gala Benéfica de 1756, que en realidad se celebró en 1755, o...

NIÑO (Gritando): ¡Pero es que está desnudo!

SEGUNDO CORTESANO SIN CHALECO NI BATA: Quizá deberíamos hacer una encuesta. El resultado nos dirá si el Emperador va vestido o desnudo.

PRIMER CORTESANO CON CHALECO MULTIBOLSILLOS: Eso, eso. (Señalando al PUEBLO) Hay multitud de avistamientos del traje nuevo del Emperador. ¿Es que dudas de ellos?

SEGUNDO CORTESANO CON CHALECO MULTIBOLSILLOS (Acercándose a una señora del PUEBLO y señalándola con el dedo): Fíjate bien. Esta pobre mujer no tiene estudios, ni educación, ni sabe hacer la O con un canuto. ¿Crees que sería capaz de inventar una historia tan elaborada?

SEGUNDO CORTESANO CON BATA BLANCA: Sí, sí, mis compañeros tienen razón. Yo tengo un montón de evidencias anecdóticas que demuestran que el traje existe. (Saca otro fajo de papeles y se lo da al niño. Este vacila antes de cogerlo) Puedes quedártelas si quieres, a mí me costaron muy poco. En realidad valen menos que el papel en el que están escritas...

NIÑO: Pero...

TERCER CORTESANO SIN CHALECO NI BATA: ¡Pero nada! Se trata de un traje confeccionado con ricas telas elaboradas según la ancestral sabiduría oriental, y siguiendo patrones que fueron conservados secretamente por los Caballeros Illuminatti del Templo Salomónico del Priorato de Sión. Y seguro que tu negativa se debe a que estás a sueldo de las Hermandades Secretas que quieren suprimir las visiones alternativas de la Historia.

PRIMER CORTESANO CON CHALECO MULIBOLSILLOS (Apañándoselas para pronunciar las mayúsculas): Sí, y de la Gran Conspiración Para Ocultar al Mundo la Verdad.

PRIMER CORTESANO CON BATA BLANCA: Y te has vendido a los intereses de las grandes empresas textiles.

NIÑO: Pero...

CUARTO CORTESANO SIN CHALECO NI BATA (A los demás): Dejádmelo a mí. (Inclinándose y hablando con ese tono bobo con el que hablan los adultos a los niños, pero en voz alta para que todo el mundo le oiga) Mira, pequeño, entiendo que te pueda parecer que el Emperador va desnudo, pero debes respetar las opiniones y creencias de los demás. (Incorporándose y dirigiéndose al EMPERADOR) No le hagáis caso, Majestad. Prosigamos con el desfile.

(El EMPERADOR recupera su sonrisa tonta y la comitiva se pone de nuevo en marcha. El Pueblo vuelve a vitorear al Emperador).


NIÑO (con voz cada vez más ahogada por los gritos de la multitud): ¡Pero si el traje no existe!

EMPERADOR (Al pasar frente al NIÑO, volviéndose hacia él): Pues a mí me funciona.

PRIMER CORTESANO CON BATA BLANCA (Ídem): ¡Infórmate antes de hablar, es importante! Negacionista!

PRIMER CORTESANO CON CHALECO MULTIBOLSILLOS (Ídem): ¡Debunker!

TERCER CORTESANO CON CHALECO MULTIBOLSILLOS (Ídem): ¡Detractor!

PRIMER CORTESANO SIN CHALECO NI BATA (Ídem): ¡Camisa negra de la moda!

BUFÓN DE LA CORTE (Dando saltitos y cabriolas, y sacando la lengua al NIÑO): ¡MEO! ¡MEO! ¡MEO!

(La comitiva, encabezada por el EMPERADOR con su culete al aire, hace mutis por la derecha).


TELÓN.


Nota Bene: Esta historia es puramente ficticia, pero cualquier parecido con personajes o situaciones reales no es pura coincidencia.

24 de febrero de 2010

El parlamento británico retrata a la homeopatía.

Busquen ustedes todas las entradas que he dedicado a la homeopatía en el blog. Hay unas cuantas, y bastante críticas, ¿verdad?

Bueno, pues nada comparado con el informe del Comité de Ciencia y Tecnología del Parlamento Británico sobre la homeopatía.



Les pongo en antecedentes. El Comité de Ciencia y Tecnología inició hace algunos meses una investigación encaminada a determinar cuál debería ser la política del Gobierno británico con respecto a la homeopatía. El Sistema Nacional de Salud de Gran Bretaña viene financiando los tratamientos homeopáticos desde su creación, en 1948, y el Comité quería evaluar la conveniencia o no de seguir pagándolos. Otro de los aspectos a tratar era la cuestión del régimen de autorización, etiquetado y venta de los remedios homeopáticos, sobre la cual, por cierto, hablamos por aquí hace poco. Y para ello, claro, lo primero que había que determinar es si la homeopatía cuenta o no con evidencias científicas suficientes a su favor.

Para ello el Comité abrió un período de presentación de alegaciones escritas seguido por dos sesiones orales, celebradas el 25 y el 30 de noviembre pasados, en las que diversos expertos contestaron a las preguntas de los parlamentarios. Expertos entre los que había defensores de la homeopatía, por supuesto, pero teniendo en cuenta que las asociaciones farmacéuticas y médicas británicas no son como las de aquí, la mayoría mantenía una postura abiertamente escéptica.



Por si eso fuera poco, como sabemos, durante las sesiones los teóricos defensores de la homeopatía metieron la pata hasta el fondo. Fue el caso de Paul Bennett, el representante de la cadena farmacéutica Boots que reconoció ante el Comité que su empresa vende productos homeopáticos sin que les conste en absoluto su efectividad, simplemente porque el público los demanda, pero no fue ni mucho menos el único.

En fin, que entre eso y el minucioso trabajo del Comité, no es raro que el resultado del informe sea demoledor, como comentó en primicia en nuestro país Luis Alfonso Gámez, y como han recogido algunos medios de comunicación con posterioridad. De hecho, creo que todos ellos se han quedado cortos.

El informe empieza evaluando las evidencias científicas acerca de la homeopatía, llegando a la conclusión obvia de que se trata de una técnica muy poco creíble. En efecto, como dicen los miembros del Comité, el principio de que "lo similar cura a lo similar" resulta muy cuestionable por cuanto se trata de una

sobreextrapolación: no es una buena práctica cientifica concluir que porque alguna sustancias sean dañinas en dosis altas y beneficiosas en dosis bajas, todas las sustancias se comporten del mismo modo [párrafo 51].

Tampoco es razonable, dicen

amontonar "síntomas" en categorías independientemente de su causa fisiológica. Por ejemplo, hay muchas clases diferentes de estimulantes -cafeína, nicotina, anfetaminas- pero los procesos metabólicos por los que provocan estimulación son diferentes. El principio de lo similar cura a lo similar pasa por alto esta complicación, sosteniendo que cualquier clase de estimulante puede, en dosis suficientemente bajas, contrarrestar el insomnio. Pero el insomnio puede deberse a distintas causas, como el dolor, cambios hormonales, problemas fisiológicos o "jet lag", así como al uso de estimulantes. Tratar los síntomas e ignorar las causas no es una buena práctica médica [párrafo 52].

El principio de la dilución tampoco sale muy bien parado. El informe recuerda que la propia Fundación del Príncipe para la Salud Integral (organización que no califico como "magufa" por el respeto y veneración que me inspira el futuro monarca inglés, claro) dijo en sus alegaciones escritas que

Cualquier mecanismo de acción basado en la dilución extrema es implausible, y considerado como insostenible por la mayoría de los científicos que trabajan en este campo [párrafo 48].

A estas consideraciones los diputados añaden algunas acerca de lo vago que es eso de la "sucusión" (párrafo 57, en lo que parece casi una cita de cinéfilo) y, por supuesto, la cuestión de que

Incluso si el agua pudiera retener una memoria de las sustancias que tuvo disueltas previamente no conocemos ninguna explicación de cómo los gránulos de azúcar comúnmente empleados en la homeopatía puedan retener dicha memoria [párrafo 60].

El informe también dedica unos cuantos párrafos a la investigación de las evidencias acerca de la eficacia y efectividad de la homeopatía, llegando a la impepinable conclusión de que

Desde nuestro punto de vista, las revisiones sistemáticas y metaanálisis demuestran de forma concluyente que los productos homeopáticos no funcionan mejor que los placebos [párrafo 70; las negritas, en esta y las restantes citas, son del original].
Una cuestión respecto a la cual, por supuesto, discrepan los partidarios de la homeopatía, que presentaron una serie de estudios científicos que supuestamente avalarían su superior eficacia respecto al placebo. Pero sin convencer demasiado a los miembros del Comité, que comentan al respecto que:

Lamentamos que los partidarios de la homeopatía, incluso en las alegaciones que remitieron para nuestra investigación, decidieran basarse en, y poner en práctica, una aproximación selectiva a la tratamiento de la base de evidencias, dado que esto puede confundir o inducir a error al público, los medios y los políticos [párrafo 73, las cursivas son mías].
Lo cual, dicho en román paladino, quiere decir que el Comité también se dio cuenta de que los homeópatas habían, ejem, tergiversado un poquito sus datos...

Naturalmente, a la vista de todas estas consideraciones no es extraño que, como hayan destacado los medios, el Comité recomiende que el Sistema Nacional de Salud británico deje de financiar los tratamientos homeopáticos. Pero la cosa va más allá: visto lo visto, el Comité considerra que

Ya se han realizado suficientes estudios sobre la homeopatía y existe abundante evidencia que demuestra que no es eficaz. La competencia por la financiación en investigación es muy fuerte, y no vemos cómo podría justificarse investigar aún más sobre la homeopatía en detrimento de otras prioridades [párrafo 77].

Anticipándose a las críticas, los miembros del Comité también se refieren a otros dos grandes bastiones erigidos en defensa de la homeopatía: el efecto benéfico de los placebos

El objetivo central de la medicina es hacer que las personas se sientan mejor. Aunque los placebos pueden ser efectivos en el alivio de los síntomas (por ejemplo, el dolor), no pueden tratar la causa subyacente de esos síntomas (por ejemplo, un hueso roto). Existe el riesgo de que un paciente cuyos síntomas mejoren tras un tratamiento homeopático (por el efecto placebo o porque el síntoma hubiera mejorado de todos modos) retrase la búsqueda de un diagnóstico médico adecuado para futuros síntomas que pueden o no deberse a una enfermedad subyacente grave [Párrafo 105]. 

y la libertad de elección de tratamiento:

Estamos de acuerdo con el profesor Ernst y la Real Sociedad Farmacéutica de Gran Bretaña (RPSGB). Para que la elección del paciente sea realmente libre, debe haber sido adecuadamente informado de forma que entienda las implicaciones de los tratamientos. En el caso de la homeopatía, esto requiere sin duda una explicación de que la homeopatía es un placebo. Si no se hace así, la libre elección del paciente no tiene sentido. Si se hace, la efectividad del placebo -es decir, de la homeopatía- puede reducirse. Pero sostenemos que la prescripción de homeopatía dentro del Sistema Nacional de Salud, en realidad, reduce en lugar de incrementar la libertad de elección informada del paciente [párrafo 101].

Lo cual, por otra parte, también nos dice que la Real Sociedad Farmacéutica de Gran Bretaña no se parece en nada a la de aquí.

También en relación con la cuestión de la libre elección de tratamiento, el Comité estudió la situación legal de los productos homeopáticos en Gran Bretaña. Hay que tener en cuenta que los actuales sistemas de licencias permiten que los productos homeopáticos se vendan como medicamentos sin haber acreditado en absoluto su eficacia como tales. Sin embargo, como señala el Comité, el hecho de que un producto haya obtenido licencia para venderse como medicamento implica, para el consumidor, la suposición de que las autoridades sanitarias han evaluado su seguridad, calidad, y eficacia. Dado que los productos homeopáticos no necesitan demostrar nada de eso para llegar al mercado como medicamentos, el Comité indica que

Nos preocupa que los productos homeopáticos estuvieran, y continúen estando, exentos del requeisito de aportar evidencias de su eficacia y se les haya permitido mantener sus Product Licences of Right. Recomendamos que no se renueve ninguna PLR de productos homeopáticos a partir de 2013 [párrafo 121]

Lo cual requiere una explicación. En Gran Bretaña, la entrada en vigor de diversas leyes relativas a la autorización de comercialización como medicamentos de los productos homeopáticos supuso que se permitiera continuar la venta de los autorizados con anterioridad, sin más. Estas licencias (PLR) eran provisionales, y deberían haber sido revisadas, pero el propio Gobierno ha reconocido al Comité que no ha sido así. La nueva legislación, que entró en vigor en 2006, prevé la revisión de esas licencias a lo largo de un período de siete años que finalizará el 1 de septiembre de 2013.

Y si esto les suena, se equivocan, créanme: aquí nadie se ha planteado ningún plazo para revisar nada.

Pero volvamos al informe. Si resulta que los productos homeopáticos son simples placebos, por un lado, y si permitir su venta como medicamentos supone de hecho engañar a los consumidores, ¿cuál es la solución? Para el Comité

Aunque la disponibilidad en farmacias de productos homeopáticos podría ser interpretada por los pacientes como una acreditación de su eficacia, desde nuestro punto de vista no tendría sentido la retirada de los productos homeopáticos de las farmacias. Muchas farmacias venden numerosos productos sin efectividad acreditada, y en todo caso los productos homeopáticos se pueden adquirir por Internet. Consideramos que la manera adecuada de enfocar la venta de productos homeopáticos es eliminar cualquier indicación médica y cualquier acreditación implícita de su eficacia por parte de la MHRA [el equivalente británico de nuestra Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios] -salvo en los casos en que se hayan seguido los mismos estándares de acreditación de eficacia que los medicamentos convencionales-, y hacer constar explícitamente en la etiqueta que no hay evidencias científicas que demuestren que los productos homeopáticos funcionen por encima del efecto placebo [párrafo 146].

De hecho, el Comité va aún más allá al indicar que

Es inaceptable que la MHRA otorgue licencias para productos placebo -en este caso gránulos de azúcar- otorgándoles en parte la categoría de medicinas. Incluso prohibiendo las indicaciones en las etiquetas, el hecho mismo de obtener una licencia de la MHRA otorga directamente credibilidad a un producto. La licencia abre el camino para su comercialización en farmacias, y consecuentemente la impresión del placiente acerca de la credibilidad de la homeopatía se ve reforzada. Nuestra conclusión es que ha llegado el momento de romper esa cadena y, dado que los regímenes de licencias de la MHRA han suspendido en esta investigación, la MHRA debe retirar sus regímenes de licencias para los productos homeopáticos [párrafo 152].

Eso, en cuanto a las autoridades. En lo que respecta a los farmacéuticos,

Dado que el punto de vista de la RPSGB es que "no hay ninguna evidencia científica o clínica que avale a la homeopatía", el único asesoramiento que pueden dar los farmacéuticos es que estos productos son placebos. Los farmacéuticos deben asegurarse de que los pacientes con síntomas que puedan requerir investigación y tratamiento médicos no crean que un remedio homeopático es efectivo más allá del efecto placebo. La propia RPSGB ha definido a los farmacéuticos como "científicos en comercios", y por tanto tiene una especial responsabilidad a la hora de asegurarse de que los farmacéuticos proporcionen asesoramiento científicamente correcto a los pacientes [párrafo 144].

Ante lo cual, por cierto, la RPSGB se apresuró a remitir a sus asociados este documento. Comparen esto con lo que nos cuenta Carlos Chordá en La Ciencia es Bella y, si pueden, contengan las lágrimas.

En fin, este es mi pequeño resumen del documento. Veremos en qué se queda a la hora de la verdad; recordemos que se trata tan solo de una serie de recomendaciones al Gobierno y al Parlamento, y por desgracia sabemos muy bien que apoyar una superstición suele ser electoralmente más rentable que oponerse a ella. Pero el informe tiene aún más valor precisamente por eso mismo: a pesar de tener unas elecciones a la vuelta de la esquina, los miembros del Comité no se han andado con medias tintas y han dejado bien clarito qué es y cómo debe regularse la homeopatía.

Y no estaría de más que nosotros intentásemos que nuestros parlamentarios (y nuestros médicos, y nuestros farmacéuticos) hicieran algo por el estilo...

La BCA contra Simon Singh: la apelación

A estas alturas supongo que los lectores del blog estarán más que informados de los avatares del caso de la British Chiropractic Association contra Simon Singh. Como recordarán, la cosa empezó con la publicación en The Guardian de aquel artículo en el que Singh decía que


You might think that modern chiropractors restrict themselves to treating back problems, but in fact they still possess some quite wacky ideas. The fundamentalists argue that they can cure anything. And even the more moderate chiropractors have ideas above their station. The British Chiropractic Association claims that their members can help treat children with colic, sleeping and feeding problems, frequent ear infections, asthma and prolonged crying, even though there is not a jot of evidence. This organisation is the respectable face of the chiropractic profession and yet it happily promotes bogus treatments.

I can confidently label these treatments as bogus because I have co-authored a book about alternative medicine with the world’s first professor of complementary medicine, Edzard Ernst. He learned chiropractic techniques himself and used them as a doctor. This is when he began to see the need for some critical evaluation. Among other projects, he examined the evidence from 70 trials exploring the benefits of chiropractic therapy in conditions unrelated to the back. He found no evidence to suggest that chiropractors could treat any such conditions.

Siguiendo lo que por lo visto es una costumbre del gremio, la BCA decidió declinar la oferta del periódico para contestar con otro artículo, y en su lugar decidió interponer una demanda por libelo contra Simon Singh, en lo que fue el principio de una larga serie de estrepitosas meteduras de pata que han puesto a la BCA, y a la quiropráctica británica en general, al borde de la desaparición.

De hecho, en toda esta historia solo ha habido un revés serio para Simon Singh: la decisión del Juez Eady acerca del sentido de la frase "happily promotes bogus treatments". Una decisión muy controvertida, como vimos en su día, pero que podría resultar decisiva dado que el propio Eady era el Juez encargado de juzgar el caso, de modo que los abogados de Singh decidieron formular una apelación, inicialmente rechazada por Eady pero finalmente permitida por los Tribunales superiores.

Bien, hoy se ha celebrado la vista de la famosa apelación, y aunque aún no se conoce la decisión del Tribunal, la impresión que ha dejado es bastante buena. De hecho Jack of Kent, es decir, el abogado Allen Green, titula su crónica "Un buen día en los Tribunales", y en un todo mucho menos formal Crispian Jago cuenta que

Siendo virgen en los Tribunales no pretendo ser capaz de leer los pensamientos y las intenciones de los tres jueces del Tribunal de Apelación, pero como partidario de la ciencia, la razón y el pensamiento crítico, ciertamente a mí me sonó muy positivo.

Y no es extraño que le sonase positivo. Como cuenta Jack of Kent, que por supuesto es la mejor fuente posible sobre este tema, la primera parte de la vista consistió en una sólida defensa de la postura de Simon Singh, que fue escuchada con atención por un impresionante Tribunal compuesto expresamente para la ocasión por tres de los más importantes magistrados británicos. El caso tiene suma importancia, y no solo por sus implicaciones acerca de la libertad de expresión, sino también por otras cuestiones más técnicas relativas al alcance de las competencias de los distintos Tribunales Británicos.

Pero lo mejor, con mucho, ocurrió durante la sesión de la tarde, cuando tomó la palabra la abogada de la BCA. Y es que su intervención fue constantemente interrumpida por los magistrados, que no terminaban de entender por qué la BCA prefirió demandar a Simon Singh en lugar de aprovechar la oferta del periódico y publicar una réplica citando sus evidencias científicas. O a lo mejor, claro, es que lo entendían perfectamente. Otras preguntas giraron en torno a los motivos por los que la BCA se sintió ofendida por el artículo, algo que los magistrados tampoco parecían entender. O, de nuevo, también entendían perfectamente.

Como también entendieron perfectamente a la abogada cuando pusieron sobre la mesa el uso de la palabra "bogus", un término difícil de traducir pero que podríamos equiparar a "falso", "ficticio", "irreal"... La abogada replicó que acusar a la BCA de promover tratamientos "falsos" es tan ofensivo como si alguien le acusara a ella misma de llevar ante los tribunales un caso "ficticio", a lo que los jueces replicaron que quienes realmente están facultados para decidir si un caso es o no "falso" son ellos mismos, del mismo modo que quienes pueden apreciar si un tratamiento médico lo es son los científicos. Frase muy significativa teniendo en cuenta que eso es precisamente lo que es Simon Singh.

En fin, como alerta Jack of Kent y cualquiera de los que ya hace tiempo que hemos perdido esa "virginidad judicial" de Crispian Jago, ni este acoso y derribo a la abogada de la BCA ni la brillante contrarréplica de la defensa de Simon Singh permiten predecir nada con seguridad. La decisión del Tribunal, que aún tardará varias semanas en ser oficial, puede ir por cualquier lado. Pero leyendo esas y otras crónicas no cabe duda de que, en efecto, ha sido un buen día en los Tribunales.

Excepto para la BCA, claro. Pero ellos ya están acostumbrados.


Actualización a 2 de marzo: Jack of Kent ha publicado íntegramente la transcripción del acta de la vista oral. El documento puede resultar bastante farragoso, pero contiene algunas perlas interesantes.

21 de febrero de 2010

Los Amantes de Teruel: ni "Diego" ni "Isabel"

Pues aquí me tienen, con varios amigos disfrutando este fin de semana en Teruel de las Bodas de Isabel de Segura, y yo comprobando que, a pesar del comentario de algún creyente, mi sobredosis de Oscillococcinum ni siquiera ha servido para inmunizarme contra el catarro.



Es una pena, porque las fiestas no solo son francamente divertidas, sino que se celebran en Teruel, y conozco pocas ciudades tan agradables como aquella, no ya por su entorno sino sobre todo por su gente. Si no la conocen aún pásense por allí, que merece la pena.

De hecho, los turolenses son tan encantadores que casi pasa uno por alto el hecho de que, para recrear la leyenda más famosa de su ciudad, hayan montado un espectáculo que gira en torno a la historia de Isabel de Segura y Diego de Marcilla. La leyenda es, desde luego, dudosa, pero los personajes son sencillamente inexistentes. Porque, fueran o no reales, los Amantes de Teruel no se llamaban así.



La propia web de la Fundación Bodas de Isabel nos da una pista al contarnos que

Sabemos que a principios del S. XIII, dos jóvenes, hijos de familias nobles de la Villa de Teruel, pasaron de jugar juntos a enamorarse sin remedio. Ella, Isabel, era la única hija de la familia Segura. Él, Diego (o Juan) sólo era el segundón de los Marcilla y heredaría poco más que un caballo. Supieron pronto que era un amor imposible, así eran las cosas.

¿Han visto el curioso paréntesis? Lo de "Diego (o Juan)" no implica que la pobre Isabel de Segura no supiera a ciencia cierta si estaba saliendo con un chico o con otro distinto. De hecho, la Wikipedia nos aclara bastante más las cosas al decirnos que

La historia o leyenda de los Amantes de Teruel cuenta la historia de amor entre dos jóvenes turolenses, Isabel de Segura y Juan Martínez de Marcilla, conocido a partir de las recreaciones del teatro barroco como Diego [las cursivas son mías].

¿Qué, la cosa está ya clara? Bueno, pues vamos a desaclararla.

La leyenda, en el bastante ajustado resumen de la Wikipedia, viene a decir que

En los primeros años del siglo XIII vivían en la ciudad de Teruel Juan de Marcilla e Isabel de Segura, cuya temprana amistad se convirtió pronto en amor. No querido por la familia de Isabel, debido a que carecía de bienes, el pretendiente consiguió un plazo de 5 años para enriquecerse. Así pues, partió a la guerra y regresó a Teruel justo cuando había expirado el plazo. Para entonces, Isabel ya era esposa de un hermano del señor de Albarracín. Pese a tal hecho, Juan logró entrevistarse con Isabel en su casa y le pidió un beso; ella se lo niega y el joven muere de dolor. Al día siguiente se celebraron los funerales del joven en San Pedro; entonces, una mujer enlutada se acercó al féretro: era Isabel, que quería dar al difunto el beso que le negó en vida; la joven posó sus labios sobre los del muerto y repentinamente cayó muerta junto a él.



Se trata de una leyenda bastante antigua, desde luego, pero no es fácil determinar exactamente cuándo surgió. Hasta ahora, las menciones más antiguas que se conocen son, como mucho, de mediados del siglo XV, es decir, al menos doscientos años después de la época en la que supuestamente sucedieron los hechos. Y, peor aún, estas menciones son también un siglo más tardías que el Decameron, en el que Bocaccio cuenta aquella historia según la cual

Girólamo ama a Salvestra; empujado por los ruegos de su madre va a París, vuelve y la encuentra casada; entra a escondidas en su casa y se queda muerto a su lado, y llevado a una iglesia, Salvestra muere a su lado.

La historia, como ven, es idéntica, y ese siglo en el que precede a las menciones a la leyenda turolense podría ser un mazazo definitivo para ésta, si no fuera por un detalle interesante: las referencias más primitivas a los Amantes de Teruel ya identifican al chico como Marzilla (en la Triste deleytaçión, datada entre 1458 y 1467) o Marcilla (en el Cancionero de Herberay des Essarts, de 1463). Y lo cierto es que la documentación histórica de Teruel identifica a las familas de los Marcilla y los Segura como presentes en la ciudad precisamente en la época en la que supuestamente se desarrolla la historia, los primeros años del Siglo XIII. Existe también un documento de 1402, conocido por una transcripción notarial de 1795, mediante el cual el rey Martín I de Aragón otorga Declaración de Nobleza en favor de Martín Martínez de Marcilla, vecino de Teruel y descendiente de los Marcilla de dicha localidad, y por otros documentos consta la permanencia de los Martínez de Marcilla en Teruel durante algunas generaciones más. Si la leyenda turolense fuese una simple adaptación del cuento de Bocaccio resultaría bastante llamativo que se hubiese identificado a los Amantes como miembros de esas familias, máxime cuando al menos una de ellas seguía viviendo en la ciudad en la época en la que se habría producido esa hipotética adaptación. De modo que, acogiéndose a este argumento, los partidarios de la autenticidad de la leyenda sugieren que tal vez lo que ocurrió fue justo lo contrario, que Bocaccio la conociera y la emplease para escribir su relato. Algo de lo que no hay evidencias, pero recordemos aquello de que "la ausencia de evidencia no es evidencia de ausencia".

Sea como sea, la leyenda no habría pasado de ser eso, una leyenda, si no fuera por la aparición, en 1619, de los cuerpos momificados atribuidos tradicionalmente a los Amantes. El descubrimiento está documentado básicamente por el protocolo levantado por el Notario Juan Yagüe de Salas, que hoy en día se conserva en el Archivo Histórico Provincial de Teruel, y que hace muy pocos años se ha visto confirmado por el hallazgo de las actas del proceso seguido a los responsables de la exhumación.

Fotografía tomada de La Cueva del Pájaro Azul

El suceso se ha contado de diversas maneras, algunas incluso correctas. Personalmente, por lo que deduzco de la documentación, pienso que la cosa debió ocurir más o menos así: Yagüe de Salas, que además de Notario era un gran aficionado a la leyenda de los Amantes, hasta el punto de que había publicado recientemente una "Epopeya trágica" en la que narraba la historia, contó en su Protocolo que

en el archivo pequeño de dicha ciudad [Teruel], de que tengo yo una llave, donde hay diversas escripturas y papeles a que se les da entera fe y crédito, he hallado un papel escrito de letra antigua del tenor siguiente, a saber es, en una hoja engrudada.

El "papel de letra antigua" era otra acta notarial, fechada en 1555, que contenía una transcripción de la

Historia de los amores de Juan Martínez de Marzilla y Isabel de Segura

y que narra a continuación que

labrándosse una capilla antigua en la yglesia de Sant Pedro, donde dichos Juan Martínez de Marzilla y Isabel de Segura estaban y están sepultados hoy día, cavando hallaron sus cuerpos en dos atahúdes o cajones de madera que estaban juntos en una sepultura y enteros, sin cassi nada tener gastado de sus cuerpos; y ella tenía todos los dientes y los ojos, que sacándola le sacaron el uno.

Aclara Yagüe de Salas que el documento se encontró el 13 de abril de 1609. Y justo cinco días después los racioneros de la Iglesia (evidentemente convencidos por Yagüe, aunque sin permiso de sus superiores) procedieron a desmontar la capilla de San Cosme y San Damián, en la cual encontraron los cadáveres en un estado que el Protocolo de Yagüe describe de forma bastante prolija y no sé si macabra o cómica. O ambas cosas.

Resumiendo, el Protocolo contiene tres partes cronológicamente diferenciadas:

- Una en la que Yagüe da cuenta del hallazgo del "papel de letra antigua" y de la exhumación de 1619.

- Otra en la que transcribe el acta notarial de 1555 que cuenta la primera exhumación,

- Y otra en la que transcribe la "Historia de los amores", transcrita a su vez en el acta de 1555 pero muy probablemente anterior.

Historia que dice así:


Año mil ducientos y diez y siete. Fue juez de Teruel don Domingo Zeladas. He pues dezimos de males y guerras, bueno es digamos de amores, no fictos, mas verdaderos.

En Teruel era vn joven clamado Juan Martínez de Marcilla, de tenor vint dos años. Enamorosse de Sigura, fija de P.º Sigura. El padre non tenía otra, he era muy rico. Los jóuenes se amauan muy mucho, en tanto que vinieron a faula. E dixo el jouen cómo la desseaua tomar por muller; he ella respusso que, ciertament, el desseo de ella era aquel mateix; empero que supiés que nunca lo faría, sino que su padre y madre se lo mandassen. La hora él la quiso más. Fízolo dir a su padre. Su respuesta fue que, ciertament. él era muy bien pagado del jouen e que venía bien [rasgado]do empero que él no tenía valientes riquezas, e que su padre tenia otros fijos, quen mas no le poría heredar, e que él daría a su fija treinta mil sueldos, he que aprés tenia toda la su cassa, assi que no lo faría. E al jouen fue bien contado, el cual dixo a la doncella que pues su padre no lo menospreciaba sino por los dineros, que si ella lo quería esperar cinco años, que él iría a treballar agora por mar, agora por tierra, en do huuiés dineros. A fin, de nueuas ella se lo prometió. Porque la historia es larga de contar, revolviéndose contra moros estos cinco años, ganó pasados cient mil sueldos. La doncella en este tiempo fue muy acusada del padre que tomás marido. Su respuesta della era esta: que votado hauía virginidad entra que fues de XX años, diziendo que las mulleres no deuían cassar finque pudiesse regir su cas[roto]. El padre, como aquel que la amaba, quíssola complacer. Cumplidos los cinco años, el padre le dixo: fixa, mi desseo es que tomes tu conpanía. Ella, vidiendo que el tiempo de los cinco años era passado he no hsabía res del enamorado, dixo que le placía. Tantost el padre la despossó, e a poco tiempo fizieron las bodas, el el otro [...] arriba [...]

Y aquí, decía el documento de 1555

falta, por haberse perdido, una hoja del libro donde estaba esto escrito, y es contar el modo que él tuvo para entrar en casse ella y ponerse tras el lecho para hablalle y dezille lo que se sigue, y prosigue

Dato, de nuevo, muy interesante, porque parece acreditar que, en efecto, lo transcrito es un documento anterior a aquella acta de 1555, cosa por otra parte bastante evidente por el estilo del texto.

La historia sigue diciendo que:

He dixo béssame que me muero, he ella respusso no placia a Dios que yo faga falta a mi marido. Por la passión de Jesuchristo vos supllico que vos aconhortéis con otra, que de mí no fagáis cuenta. Pues a Dios no ha placido, no place a mí. He él dixo otra vegada: Béssame que me muero. Respusso: No quiero. He la hora cayó muerto. Ella, que lo vidia como si era de día por la gran lumbre de la cambra, tomósse a temblar, he despertó al marido diziendo que tant roncaua que le facía miedo, que contasse alguna cosa. He la hora [...] por orden sus amo [...] he de cómo [...]iro era muerto. Dixo el marido: ¡O maluada, he por qué no lo bessaua! Respusso ella: Empero no hizo falta a su marido. Ciertament no, dixo él, antes es digna de lohor. La hora dixo: Leuantaduos, que a Juan Martínez, que agora ha venido tan rico, trobaréis muerto zaga el lecho. He él, todo alterado, leuantosse; he no sabía qué fiziesse. Dezía: Si las gentes lo saben que aquí ha muerto, dirán que yo lo he muerto y seré puesto en gran confussión. Acordaron que se esforcassen entramos, he que lo lleuasen a cassa de su padre. Ellos lo fizieron con grant affán, que no fueron sentidos. El cuitado del padre, que no sabí su fijo do era, toda aquella noche no durmió ni se spujó. Como fue el alua, abrió la finestra he vido a su fijo tendido a la puerta. Hechados grandes chillidos, to[...] buscáuale cómo lo hauían muert[...] he no trouauan golpe. A la final, no uuo otro remeydo sino soterrarlo. He como era de gran mano he tenía mucho dinero, fiziéronle gran fiesta de conpanías y clérigos. La jouen cayole gran pensamiento de quánto la quería he quánto hauía fecho por ella, he que por no quererlo bessar era muerto. Acordó de irlo a bessar antes que lo soterrasen, e tomó su honesta companya, se fue a la yglesia del señor sant Pedro, que allí lo tenían. Las mulleres honrradas leuantáronse por ella. Ella no curó de más sino de [roto] al muerto, he escobiyole la ca[roto] apartando la mortaja, bessolo tan preto que allí esclató. Y estaua queda que no cayó. Las gentes, que vidían que ella, que no era parienta, assí estaua sobre el muerto, fueron algunas parientas por dirle que se tirás[roto] vieron que era muer[roto] Venido a no[...]a del marido, he la hora, dauant todos quantos hauía, contó el casso según ella se lo hauía contado. Acordaron de soterrarlos juntos en vna sepultura. Los actos que aquí se fizieron fueron muchos, enpero aquí se ha puesto tan breue como veyéys.

Este es, en fin, el relato más antiguo que se conoce de la leyenda, que por el estilo (bueno, y quizá también por el deseo de remontarla lo más posible en el tiempo) los estudiosos datan como de alrededor del Siglo XIV, lo que la pondría en competencia directa con el cuento de Bocaccio.

Otros, en cambio, son mucho más escépticos, hasta el punto de que se ha llegado a afirmar que probablemente se tratase de un "falso" inventado por el propio Yagüe. Su principal argumento es que en 1616 (o sea, tres años antes de la redacción de su Protocolo) el propio Yagüe publicó en Barcelona una "Epopeya Trágica de los Amantes de Teruel", versión teatralizada de la leyenda. La historieta del Protocolo sería, según estos críticos, un invento para promocionar su obra. En realidad, esta tesis se apoyaba sobre todo en la inexistencia de fuentes que confirmasen la realidad de lo narrado en el Protocolo, y el hecho de que el mismo Protocolo no era conocido directamente, sino solo a través de copias o menciones posteriores. Sin embargo, la aparición del Protocolo original en 1958, y la de las ya mencionadas actas del proceso a los racioneros de San Pedro en 2004 (si no me equivoco), restan bastante fuerza a estas objeciones. Por otro lado, si bien es cierto que Yagüe había publicado su "Epopeya Trágica" poco antes de la redacción de su Protocolo, también es cierto que en el "papel de letra antigua" que transcribió en 1619 aparecen bastantes detalles contradictorios con su propia versión teatral de la leyenda.

Como, sin ir más lejos, los nombres de los Amantes, que es a lo que íbamos. Como hemos visto, en la narración más antigua el chico se llama Juan Martínez de Marcilla, no Diego ni Juan Diego, y mucho menos Diego Garcés de Marcilla, como lo llamó Yagüe de Salas en la "Epopeya Trágica". La "Relación anónima" de 1586, por otra parte, lo llama Juº Martínez de Marcilla, abreviatura que como todo el mundo sabe significa "Juan". Bueno, todo el mundo excepto Iker Jiménez, para quien significa en realidad "Francisco", como sabemos.

Y lo de la chica es peor: aunque el nombre de Isabel, que también utiliza Yagüe, aparece en el acta de 1555 transcrita por el Notario, la narración se limita a llamarla Sigura, fija de Pedro Sigura, sin que quede constancia de que se llamase Isabel, Robustiana, Emily-Elizabeth o vaya usted a saber qué.



A pesar de ello, sin embargo, la tradición literaria siguió llamándolos preferentemente "Diego" e "Isabel", llegando incluso a extremos tan estrafalarios como el de Hartzenbusch, que en su drama Los Amantes de Teruel bautiza al muchacho nada menos que como Juan Diego Martínez Garcés de Marcilla o Marsilla. Según parece, Hartzenbusch se documentó a fondo para elaborar su obra, pero no se preocupó demasiado en discriminar las fuentes fiables de las que no lo eran tanto, y simplemente cogió un poco de cada una de ellas. De hecho parece que una de las que más empleó fue la Memoria Genealógica de 1780, con la que el caballero Joseph Thomás Garcés de Marcilla, con más desparpajo que rigor, emparenta a su linaje con reyes, nobles... y con el Amante, al que llama Diego Garcés de Marcilla.

Hasta que llegamos a nuestra época, a la celebración de las Bodas de Isabel de Segura, y a los relatos desgarrados en los que se cuentan las cuitas de los Amantes. A los cuales, si realmente existieron, no sé cómo les sentará la cosa, porque tiene narices que, después de sufrir su trágica historia, la posteridad les recuerde por un nombre, Isabel, que no sabemos si era el de ella, y por otro, Diego, que sí sabemos que no era el de él. En fin...

18 de febrero de 2010

La silla vacía (otra vez)

Esto empieza a ser una costumbre...

Me explico. Recordarán que, hace ya algún tiempo, me invitaron a participar en un programa de La 1 de TVE para debatir con una vidente. De hecho aquí pueden vernos en compañía de la presentadora (Inmaculada Galván, un encanto).



No, no les falla la vista. Aquí pueden ver a los que acudimos al debate, o sea, a mí. La vidente, Estrella Santos... bueno, declinó participar cuando se enteró de que no iba a estar solita en el plató. Y, por si se lo preguntan, no lo adivinó, no: se lo dijeron cuando la llamaron de producción para concretar la hora a la que le mandaban el coche.

Eso fue hace un tiempo. Esto otro, en cambio, ocurrió el pasado día 16, también en La 1, en La Mañana, y también para hablar sobre videntes. Esta vez, eso sí, no estuve solo. Vean, vean:


De izquierda a derecha estamos María José Navarro, Fernando Ónega, Mariló Montero, un servidor de ustedes y Lola Carretero, acompañados de los videntes que quisieron acudir al programa. O sea, ninguno.

Lo que sucedió es... bueno, antes vamos a entrar un poco en antecedentes.

La idea del debate surgió por esta noticia: la detención en Seseña de un matrimonio de supuestos santeros, sanadores o lo que sea, acusados de un delito continuado de estafa. Como ven, según la Guardia Civil estos individuos localizaban a empresarios con problemas económicos (y si además también tenían problemas familiares, mejor), les convencían de que sus males se debían a algún tipo de maldición, y previo pago de sus servicios les hacían las correspondientes "limpiezas" espirituales y, sobre todo, económicas. Por lo visto, para ayudar a que sus víctimas se decidieran a seguir contratando sus servicios, aprovechaban la visita para colocar manos negras de cera, papelitos con el nombre del estafado o sus familiares y otros objetos tenebrosísimos con los que les metían miedo para que volvieran a llamarles.

Como ya saben los habituales del blog (y si no, se lo recuerdo), es muy difícil que casos como este lleguen a ser considerados por los tribunales como verdaderas estafas, fundamentalmente porque se considera que parte de la responsabilidad recae sobre las víctimas, ya que, como dice el Tribunal Supremo, 

El engaño realizado, la ostentación de poderes mágicos, paranormales, con capacidad para influir en futuras relaciones personales y evitación de accidentes, puede ser calificado de insuficiente, pues el error del perjudicado no aparece causado por el agente en la medida en que aquél [la víctima] creía en dichos poderes y realizó disposiciones desde sus creencias ajenas a la conducta del acusado.

En este caso está claro que las víctimas recibieron una "ayudita" por parte de los estafadores, como hemos visto, pero aun así, y vuelvo a citar al Supremo,

Se considera que no existe estafa cuando el sujeto pasivo acude a médium, magos, poseedores de poderes ocultos, echadoras de cartas o de buenaventura o falsos adivinos, cuyas actividades no puedan considerarse como generadoras de un engaño socialmente admisible que origine o sean la base para una respuesta penal. En estos casos se considera que el engaño es tan burdo e inadmisible que resulta inidóneo para erigirse en el fundamento de un delito de estafa.

Ya he comentado en otras ocasiones que discrepo de esta interpretación. Para el Tribunal Supremo, el engaño es burdo si tenemos

en cuenta el grado de conocimiento medio de una sociedad que, como sucede en el caso presente, vive ya en el siglo XXI.

Pero el problema es que en realidad ese "grado de conocimiento medio" incluye, desgraciadamente, la creencia en tonterías paranormales, que generalmente se presentan como algo perfectamente creíble. Y como ejemplo basta ver el final de la nota de Europa Press sobre el timo de Seseña, cuando nos dice que

La Guardia Civil recuerda que, en muchos casos, sobre todo cuando hay interés económico, las personas que dicen tener poderes especiales para solucionar problemas económicos o de salud, pueden ser estafadores por lo que recomienda asesoramiento bien antes de abonarles cantidad alguna y denunciarlos en caso que se sospeche haber sido víctima de estos individuos.

Vuelvan a leer: en muchos casos los adivinos, videntes y demás pueden ser estafadores. ¿Y en otros no? Y ya puestos, ¿cómo se asesora uno? Supongo que si topamos con un vidente que nos demuestra que ha acertado la combinación de la primitiva cinco o seis veces seguidas tendremos algún fundamento para confiar en él, pero si no...

En fin, que ese era el tema del debate, y eso era más o menos lo que iba a plantear. Con la ventaja, además, de que iba a contar con la presencia de una de las víctimas, circunstancia que me temo resulta bastante excepcional; por vergüenza, por miedo (hay que tener en cuenta que en el fondo muchas víctimas de este tipo de supercherías siguen siendo supersticiosas, y temen venganzas esotéricas por parte de los estafadores) o por lo que sea, el caso es que raramente cuentan su caso en público y ante unas cámaras.

En el debate, además, iba a estar presente un santero. Eso decía el santero, claro.

Y sin embargo ahí tienen el panorama: tres periodistas que mantienen una actitud muy escéptica respecto a este tipo de cosas (bueno, si ven el vídeo -a partir del minuto 32, más o menos- verán que uno se atrevió a defender a los curanderos "de pueblo", pero con poco éxito, la verdad) y, para postre, yo, que a estas alturas seguro que sabrán también lo que pienso respecto a estos timos. Ni víctima, ni santero, ni nada de nada.

¿Qué es lo que ocurrió? Pues un poco de todo.

Para empezar hablemos de la víctima, de cuyo nombre no quiero acordarme. Este caballero había sido estafado por los detenidos (o eso decía), pero resulta que él mismo... también es vidente, sanador y demás cuentos. Claro, al enterarse de esto en producción decidieron sabiamente no traerlo al programa, entre otras cosas porque el debate probablemente hubiese quedado reducido a citar un refrán...

Lo del santero fue distinto, aunque también tiene su guasa. Según me contaron, el individuo había insistido en presentarse en el programa con su, digamos, "uniforme de trabajo". Lo cual tiene cierto atractivo desde el punto de vista televisivo, claro. Lo malo es que luego se enteraron en producción de que el uniforme de trabajo del muchacho incluía un llamativo letrero con su nombre y señas de contacto. Y ya están las cosas bastante morenas con lo de la publicidad en TVE como para encima permitir que un charlatán la coloque gratis...

Eso en cuanto a la víctima y el santero. En cuanto a la "nada de nada", me enteré de que por lo visto también habían llamado a otro ilustre personaje del gremio: Estrella Santos. Sí, esa Estrella Santos.

Lo cual me habría gustado mucho, de verdad. Recordarán cómo descubrí en su día que la rimbombante Asociación Mundial de Videntes, Tarotistas y Parapsicólogos no era Mundial, sino nacional. Y, por la pinta, yo diría que le sobra el plural y que su masa social está compuesta casi exclusivamente por la propia Estrella Santos.




Y quizá recuerden también que no hace mucho descubrí también, por casualidad, que la Asociación comparte nombre, domicilio y hasta objeto social con la A. Mundial de Videntes Tarotistas y Parapsicólogos SL




Lo cual no deja de ser curioso, aunque tengo la sospecha de los Ministerios del Interior (del que depende el Registro de Asociaciones) y Hacienda (del que depende la Agencia Estatal de Administración Tributaria) emplearían otro término para calificar el caso...

En cualquier caso, el debate hubiese sido una buena ocasión para preguntar a esta señora sobre este tema. Pero me dio plantón por segunda vez. ¿Casualidad? ¿O quizá haya que pensar que, después de todo, la vidente esta sí que tiene algún poder de adivinación?

Evidentemente, no he podido averiguarlo. Pero tal vez la próxima vez...

13 de febrero de 2010

Productos homeopáticos y fitoterapéuticos: si se cumpliera la ley...

En estos días en los que parece que a las "medicinas alternativas" les llueven piedras (y lo que se avecina, ya verán, ya), la última noticia por el momento es la decisión de la Asociación Nacional de Autoridades Regulatorias de Farmacia de Canadá por la que recuerda a sus afiliados que no deben vender productos farmacéuticos, de "medicina natural" o de homeopatía, que no cuenten con la correspondiente autorización por parte de las autoridades sanitarias.

Es una decisión que, la verdad, uno no sabe si calificar como ejemplar o simplemente de Perogrullo: lo mínimo que cabe esperar de un producto vendido en farmacias es que cuente con una autorización administrativa, que acredite no ya su eficacia terapéutica (puesto que, como hemos comentado ya varias veces, a muchos productos homeopáticos no se les exige que demuestren que sirvan para nada a la hora de autorizar su venta como "medicamentos"), sino algo tan simple y elemental como es su seguridad.

Pero, ejemplar o de Perogrullo, de lo que no cabe ninguna duda es que la decisión es insólita, a la vista de cómo está el mercado. De hecho, tengo la sospecha de que si las autoridades españolas se decidieran también a cumplir la Ley las farmacias se quedarían medio vacías.

¿Qué? ¿Que soy un exagerado? Vamos a verlo.

Por supuesto, no voy a ponerme a comprobar todos y cada uno de los productos homeopáticos o fitoterapéuticos que se venden en farmacias. Entre otras cosas porque, según una fuente que supongo estará bien informada en este tema, y cito textualmente, "actualmente hay disponibles más de ocho millones de medicamentos homeopáticos". Y no sé cuántos "naturales" habrá por ahí, pero me imagino que también bastantes.

Así que voy a ocurrir a algo tan simple como un muestreo. Por ejemplo, en la página de la campaña Homeopatía Sí, que continúa su esforzada recogida de firmas para intentar impedir que los productos homeopáticos tengan que cumplir la legislación vigente, nos encontramos con que en un lado se muestran los logotipos de doce empresas que la apoyan.



De modo que me voy a limitar a escoger alguno de los productos que comercialicen para ver si están autorizados o no (y, ya puestos, si son o no autorizables, que esa es otra).

Empezaremos por Weleda, que no tiene nada que ver con las famosas pizarras blancas, sino con una línea de productos cosméticos y otra de nada menos que medicina antroposófica. Que, para quien no lo sepa, viene a ser como la medicina homeopática, pero echándole aún mas rollo místico.



Pues bien; si echamos mano a su catálogo en pdf veremos que incluye una larga serie de lo que denomina sin ningún rubor "medicamentos". Cojamos uno al azar:

Complejo 362



Como ven, la cosa se compone de Argentum metallicum y Carbo betulae, que podríamos traducir como plata y carbón vegetal, respectivamente, si no fuera porque como ambos están diluidos a 30D la traducción más correcta sería nada y nada. De hecho, el catálogo comenta en su página 113 que

establecer la equivalencia entre CH10 y D20 es ya un error fundamental. Para las diluciones altas, las equivalencias deben hacerse en función del número de las dinamizaciones efectuadas:

CH9-12 -- D12
CH15 -- D15
CH30 -- D30


También indica en su página 112 que

La dinamización en medio líquido se realiza de forma manual. Además, en el caso de los metales, para su dinamización se tiene en cuenta un calendario astronómico.


Lo cual para los creyentes en la antroposofía supongo que será una garantía de calidad, aunque confieso que a mí, al leerlo, lo único que me ha garantizado es una carcajada.

En fin, a lo que íbamos: ¿está autorizado o no este producto? Pues buena pregunta, porque en la base de datos Vademecum no aparece ni por "argentum", ni por complejo 362". De hecho, ya puestos, ni siquiera aparece "Weleda" como titular de algún medicamento allí registrado.

Con lo que me ahorro tener que buscar otros productos de este fabricante, claro.

Ahora bien; si estos productos no están autorizados, ¿son al menos autorizables?

Volvamos al Complejo 362 este. Si seguimos mirando la "ficha" que proporciona la propia empresa, nos encontraremos con esto:

Forma farmacéutica.- Ampollas inyectables 1ml, vía subcutánea, caja de 12 unidades
Excipiente.- Solución salina 9/1000
Posología y modo de administración.- Adultos: Inyectar 1 ampolla por vía subcutánea lo más cerca posible de la zona afectada en días alternos e ir espaciando en la medida que ceden los síntomas, hasta 2 inyecciones semanales. En niños utilizar media ampolla.
Contraindicaciones.- En la actualidad no existen datos disponibles que permitan establecer contraindicaciones.
Advertencias y precauciones de uso.- En la actualidad no existen datos disponibles que permitan establecer advertencias y precauciones de uso
.

Con lo cual tenemos que:

- No sería posible legalizar esto como medicamento homeopático sin indicación terapéutica aprobada, entre otras cosas porque este régimen simplificado se aplica solo a productos cuya forma de administración sea oral o externa.

- Y no sería posible legalizarlo como medicamento homeopático con indicación terapéutica porque, por lo que dice el propio fabricante, no dispone de datos imprescindibles como las contraindicaciones, reacciones adversas o precauciones de uso.

A lo largo del catálogo surgen otros obstáculos para la legalización de estos productos. Por ejemplo, el Complejo 312 consta de apis mellifica (o sea, abejitas de miel), belladonna y eucalyptus globulus a 2D, es decir, una concentración cien veces mayor de lo autorizado para los productos sin indicación terapéutica específica (y, si no estoy equivocado, al menos diez veces mayor que la máxima concentración autorizada para los remedios homeopáticos, con o sin indicación terapéutica). En otros casos el grado de dilución llega a ser de un decimal o incluso se mezclan diluciones homeopáticas con extractos de plantas, lo que de nuevo impediría la autorización del producto por otro cauce que no fuera el de un medicamento de los de verdad.

Así que, de momento, los productos de Weleda se quedarían fuera de los estantes de las farmacias.

Pasemos a otro fabricante. DHU ibérica se dedica también a esto de la homeopatía, pero un pequeño muestreo de su web también nos pone en un compromiso. La composición de Passiflora Pentarkan 66, por ejemplo, nos muestra que contiene una mezcla de extractos de plantas y una dilución homeopática de zinc a 6D. Vamos, que de eso de "medicamento homeopático" que dice en su etiqueta, nada de nada.



En cuanto al Vademecum, también en este caso guarda un respetuoso silencio.

Como también lo hace con Munostrim, un producto que por lo visto aumenta las defensas inmunitarias (de nuevo, eso dicen) y en el que de nuevo nos encontramos con una mezcla de principios activos y diluciones, con la salvedad de que en este caso sus potencias son tan solo D1, D2 y D3, lo cual por sí solo ya le impediría ostentar esa advertencia de "medicamento homeopático" que también tiene en su etiquetado.



Así que DHU también se nos queda fuera de juego.

¿Y qué hay de Dr. Reckeweg? A ver si lo adivinan. Sí, lo adivinaron: exactamente lo mismo: inyectables, diluciones inferiores a lo permitido, ausencia del Vademecum...

Bueno, vamos a probar con Heel... Aquí tenemos más suerte: Traumeel sí que aparece en Vademecum.es. No los otros tres productos que anuncia en su web (Lymphomyosot, Nux vomica-Homaccord y Berberis-Homaccord), pero teniendo en cuenta que están indicados como tratamiento detoxificador, no creo que tenga demasiada importancia: si el problema es imaginario, ¿qué más da que los remedios tampoco tengan demasiada consistencia real?

Sea como sea, el Traumeel, como decíamos, sí que aparece, y la eficacia de Vademecum.es nos permite incluso acceder a los datos de la autorización de comercialización... que en este caso son como un jarro de agua fría (aunque dinamizada, obviamente). Según la base de datos

Este medicamento se comercializa de acuerdo a lo establecido en la Disposición transitoria sexta del Real Decreto 1345/2007.


Disposición que muy resumidamente nos dice que los productos homeopáticos que ya intentaron colarse al amparo de la Disposición Transitoria Sgunda del Real Decreto 2208/1994 deberán adecuarse a este nuevo Decreto. O dicho de otro modo: que los productos que ya estaban en el mercado antes de 1994 y que intentaron conseguir la autorización de venta en aquella época, ahora deben intentarlo otra vez.

¿Por qué? Pues porque aún no la tienen.

Comentario este que, por cierto, nos permite despachar de un plumazo a otro de los fabricantes de la lista, nada menos que Boiron. Recordarán que, a raíz de elegir al Oscillococcinum como uno de mis "remedios homeopáticos de la semana", descubrí con sorpresa (bueno, en realidad no tanto) que no contaba con la correspondiente licencia de comercialización. Bueno, pues por lo que dice la propia Boiron, eso mismito sucede con todos y cada uno de sus productos. Reproduzco:

Los medicamentos homeopáticos que comercializamos actualmente se presentaron a registro en 1995 como contemplaba el RD 2208/1994. Al día de hoy todos ellos están pendientes de la evaluación por parte de la Agencia Española del Medicamento, y por tanto sin registro definitivo.


Y, también por tanto, sin licencia de momento.

En la mismita situación se encuentran los productos que vende Homeolab, que por lo menos ha tenido la delicadeza de actualizar un poco su información legal:

Medicamentos acogidos al R.D.2208/1994 de 16 de noviembre. Posteriormente acogidos a la disposición transitoria sexta del Real Decreto 1345/2007.


Y si quieren seguimos. La web de Heliosar Spagyrica, por ejemplo, es la mar de maja, y no deja de tener su gracia que se autoproclamen continuadores de la labor de Paracelso, pero sus productos también resultan unos completos desconocidos para Vademecum.es. Como pasa con los de Ibérica de Homeopatía, SL, Laboratorios Praxis, Laboratorios Lehning o Phyto-ESP, en los cuales, por cierto, también aparecen diluciones inferiores (o, si lo prefieren, concentraciones superiores) a lo permitido para los productos homeopáticos sin indicación terapéutica.



En fin, que si no he echado mal las cuentas, el único que me queda es Soria Natural, que es el único laboratorio que, siempre según Vademecum.es, cuenta con productos autorizados. Concretamente con seis, aunque ninguno de ellos pertenezca a su línea de productos homeopáticos.

De modo que ese es el panorama que he encontrado, simplemente con esas pocas empresas y sin entrar en el aún más ancho y proceloso mundo de los tratamientos "naturales": a la espera de comprobarlo (y, por supuesto, voy a intentar comprobarlo) ni uno solo de sus productos homeopáticos parecen contar con autorización administrativa para su venta.

En algunos casos la culpa, o buena parte de la culpa, es de las autoridades sanitarias, que desde 1994 no se han dignado a conceder las oportunas autorizaciones. Aunque, a la vista de que muchos de los productos que he ido comprobando resultan de difícil o imposible legalización, ni con aquel Decreto ni con el actualmente vigente, mi impresión es más bien que no se atrevieron a denegarlas.

En otros, la verdad, no tengo ni idea: repito que por lo que he podido ver muchos, muchísimos productos no son legalizables, ni siquiera con las generosas condiciones que la legislación establece para los remedios homeopáticos, pero tampoco sé si eso (y la evidente dejadez de la Administración) han llevado a que alguno de los laboratorios ni siquiera se haya molestado en rellenar la solicitud de registro. Ya veremos qué voy averiguando.

Pero, en cualquier caso, vuelvo al principio. ¿Se imaginan la que se armaría si una empresa farmacéutica intentase comercializar un medicamento de los de verdad sin haber obtenido antes la autorización? Supongo que se le echaría todo el mundo encima, y con toda la razón.

Y sin embargo, con los productos homeopáticos y fitoterapéuticos parece que no hay problema. La etiqueta de "naturales" les da una especie de patente de corso que aparentemente tiene su justificación, ya que, al fin y al cabo, muchos de ellos no producen ningún efecto real, ni positivo ni negativo. Pero solo aparentemente: como hemos visto, en otros muchos casos se venden como homeopáticos productos que sí contienen extractos de plantas, o principios activos y hasta metales tóxicos tan poco diluidos que sí que pueden resultar perjudiciales para la salud.

Y aunque en la mayoría de estos "remedios" las fantasías homeopáticas sobre la potenciación se encargan de que los ingredientes activos hayan desaparecido sin dejar el menor rastro, sigue estando presente el problema del control de su correcta elaboración. Con lo cual no quiero decir que tengamos que sospechar nada sobre ninguna de esas empresas, claro, pero es que los controles que la legislación establece para la elaboración de fármacos no se basan en la sospecha de que Pfizer o Bayer nos la vayan a meter doblada, sino en la precaución necesaria para evitar en Pfizer o Bayer (o Boiron, vaya) cometan un error en la fabricación de un lote, se les cuele una partida de agua contaminada, o tengan cualquier incidencia que luego repercuta en la salud de los consumidores de sus productos. Incidencia entre las cuales también está, claro, la eventualidad de que nos la metan doblada.

De hecho, recordemos que hace algún tiempo comentábamos que la Agencia Española del Medicamento retiró en su día del mercado tres productos homeopáticos de los Laboratorios Biótica debido a una alerta acerca de posibles reacciones adversas. Y, ya que estamos, recordemos también que para dicha retirada la Agencia se limitó a acordar la denegación de la autorización que los laboratorios habían solicitado en 1995. Como esto ocurrió en 2008, una simple operación aritmética nos dice que los productos estuvieron en el mercado nada menos que trece años sin contar con autorización administrativa.

En fin, que como ven una medida como la de la Asociación Nacional de Autoridades Regulatorias de Farmacia de Canadá no solo es legalmente impecable, sino absolutamente necesaria, especialmente para proteger a los consumidores de este tipo de productos.

Pero, como ven también, tenía yo razón en mi apreciación: si se aplicase aquí las farmacias se quedarían medio vacías. ¿O no?


Actualización a 15 de febrero de 2010: Tras una laboriosa búsqueda en la base de datos de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, tengo que hacer una rectificación a lo anterior: en realidad son siete y no seis los productos de Soria Natural que aparecen como autorizados. Por lo demás los datos son los mismos.

Por caridad, ¿alguien sabe de algún "medicamento homeopático" que tenga autorización para venderse como tal?

12 de febrero de 2010

Sí, su superstición puede servir también para una buena causa

Esta tarde hemos dedicado la edición semanal de "Ciencia Abierta", nuestro rebautizado programa de radio, a los transgénicos. Ya saben, esas cosas que, si uno hace caso a los apocalípticos ecologistas, son auténticas invenciones del mismísimo Mefistófeles con las que por lo visto nos vamos a cargar el mundo mundial y parte del extranjero. Bueno, eso salvo que en vez de propaganda prefiramos buscar información (de la de verdad) para saber realmente de qué va la cosa.

Y eso es, naturalmente, lo que hemos hecho en el programa, con la ayuda de José Miguel Mulet. Espero subir el audio de aquí a unos días.

La charla con José Miguel ha sido realmente interesante, y nos ha permitido conocer realidades tan prometedoras como el arroz dorado (aunque para otros, por supuesto bien comidos y, a juzgar por el contenido del artículo, posiblemente mejor bebidos, sea también algo salido de las calderas de Pedro Botero), la verdadera contribución al cuidado del entorno de este tipo de organismos, o incluso sus múltiples usos, muchos de ellos poco conocidos o incluso insospechados. Por ejemplo; seguro que conocen esto:



Bueno, yo tampoco, pero esto seguro que sí:



Lo que no se conoce tanto es que ambos billetes (y los de denominaciones intermedias) se elaboran con algodón en buena medida de origen transgénico.

Bien. El caso es que volvía yo del programa dándole vueltas a esto, y también a la moda de que municipios, provincias y hasta Comunidades Autónomas completas se declaren "zonas libres de transgénicos". Pueden ver de qué va eso, por ejemplo, en esta web de Ecologistas en Acción, organización que ya en otras ocasiones nos ha demostrado su rigor y fiabilidad.

Y entonces es cuando se me ha ocurrido la idea, que con gusto someto a su consideración.

Supongamos que montamos una ONG, pongamos "Escépticos sin Fronteras", que enfocase su labor humanitaria en un doble sentido. Por un lado, para que esos municipios, provincias y Comunidades puedan mantenerse realmente "libres de transgénicos" nos ofreceríamos a recoger gratuitamente todos los billetes presentes en la zona. Hasta podríamos empezar con alguna de esas vistosas ceremonias que tanto gustan a las autoridades de toda orientación, en la que simbólicamente nos hicieran entrega del contenido de sus carteras para dar ejemplo a la ciudadanía.

Y luego destinaríamos ese dinero (que por supuesto sería un buen pico) a ayudar a los más desfavorecidos. Pero a los más, más desfavorecidos de verdad. Por ejemplo, todos recordamos el terrible terremoto de Haití, pero lo que no resulta tan sabido es que entre las muchas organizaciones que han acudido en ayuda de los afectados se encuentran cosas como Homeópatas sin fronteras, Acupuntores sin fronteras y otra larga serie de entidades del mismo pelaje, que culminan nada menos que con la Iglesia de la Cienciología.

Así que nosotros financiaríamos a otras organizaciones humanitarias (pero de las auténticas) para que se ocupasen de que los así tratados recibieran a continuación medicamentos y tratamientos médicos, pero de los verdad.

Con lo cual, además, cumpliríamos un noble objetivo más: la distribución de riqueza, desde los más ricos y tontos hasta los más pobres y, encima, chuleados.

¿A que es una buena idea?


Bueno, y ahora fuera de bromas: transgénicos o no, donen lo que puedan.