29 de agosto de 2010

Más ciencia en vacaciones: el museo del San Bernardo

Y ya que hablábamos de ciencia, vacaciones, Suiza y La Aldea Irreductible, vamos a plantear una adivinanza. ¿Qué tienen que ver la última foto de esta entrada de Irreductible con estas otras?




Pues bastante. Westminster se encuentra muy lejos de Martigny, es cierto, y su catedral no se parece ni por asomo a este antiguo cuartel reconvertido en museo, pero los perros San Bernardo no solo son los mejores amigos de los viajeros perdidos en la montaña, o de los amantes del brandy, o del hombre (y el niño)


Resulta que también son los mejores amigos de Darwin.

Y es que la evolución del perro San Bernardo, impulsada no por la selección natural, sino por la selección artificial de los criadores, es una excelente muestra de cómo una serie de factores externos pueden potenciar el desarrollo o la desaparición de rasgos morfológicos. La historia del perro San Bernardo es todo un curso de Darwinismo acelerado.

Lo cual, para una raza que toma su nombre de un santo, no deja de ser además una deliciosa paradoja, ¿verdad?

Ciencia en vacaciones: la relatividad en acción en la Jungfrau

Si usted (como yo) es de los que difícilmente escalarán nunca el Everest o el Annapurna e incluso tiene que pensárselo dos veces antes de subir tres o cuatro tramos de escaleras, sepa que no tiene por qué renunciar al sueño de subir a una gran montaña. Por un precio, eso sí, nada módico, el ferrocarril de la Jungfraujoch lleva noventa y nueve años transportando turistas hasta las cumbres de la Jungfrau, en Suiza.


El ferrocarril se detiene a 3454 metros de altitud, que no está nada mal, pero tras un corto paseo y un vertiginoso trayecto en ascensor se puede ascender hasta el observatorio instalado en la cumbre del Sphinx, a 3571 metros.

El observatorio permite contemplar un fantástico panorama del glaciar Aletsch, así como desafiar al vértigo y al viento que sopla siempre a estas alturas.


Pero aparte de las vistas (bueno, y de una tienda de relojes y un chiringuito que sirve copas de champán a precio de oro líquido), los turistas también pueden contemplar esto:


Este curioso artefacto es un contador de muones, instalado por el Laboratorio de Física de Altas Energías de la Universidad de Berna, y que funciona emparejado con un detector idéntico emplazado en Berna. De hecho, junto al detector una pantalla nos indica los resultados comparados de ambos aparatos:


La web de la Universidad de Berna ofrece una excelente explicación del experimento. Muy resumidamente podríamos decir que el impacto de los rayos cósmicos en las partículas atmosféricas provocan una cascada de nuevas partículas, entre ellas numerosos muones.

Entre Berna y el Sphinx hay unos sesenta kilómetros en línea recta, una distancia muy reducida en relación con la extensión de la superficie del planeta, por lo que cabe suponer que los muones detectados por uno y otro habrán sido generados por los mismos impactos de rayos cósmicos. Sin embargo, como puede apreciarse, desde Berna (a la izquierda) se han detectado muchos menos que desde el Sphinx (a la derecha). La diferencia se debe, obviamente, a la altitud: el detector de Berna se encuentra a 542 metros sobre el nivel del mar, mientras que la cumbre del Sphinx, como decíamos, sube hasta 3571 metros.

Solo que hay un, digamos, pequeño problema: la desintegración de los muones. A pesar de que son considerados como partículas "de vida larga", este término tiene muy poco que ver con lo que consideramos como tal en la vida macroscópica: la vida media de los muones es de 2,2 microsegundos, es decir, 0,0000022 segundos. Aun viajando a la velocidad de la luz, un muon solo podría recorrer unos 660 metros antes de desintegrarse. De modo que, en principio, el detector de Berna (a más de tres mil metros por debajo del del Sphinx) no debería captar ninguno.

Y aquí es donde entran Einstein y su famosa Teoría de la Relatividad Especial. Viajando a la velocidad de la luz (o casi) los muones experimentan una dilatación del tiempo respecto a nosotros, observadores en reposo. La vida media de los muones sigue siendo de 2,2 microsegundos, pero a esa velocidad relativista sus microsegundos son, desde nuestra perspectiva, más lentos que los nuestros, hasta el punto de que muchos de ellos tienen tiempo de llegar hasta Berna y provocar un chispazo en su detector antes de desintegrarse.

Y sí, lo han adivinado: teniendo en cuenta este factor la diferencia entre el número de muones que deben detectarse en Berna y el Sphinx es la que efectivamente se produce. Otro tanto para Einstein.


Notas: 
- Dedicado con cariño a la iniciativa Momentos de Ciencia en Vacaciones, de La Aldea Irreductible.
- Si ustedes tienen curiosidad por ver cómo va el recuento, este enlace ofrece los resultados de ambos detectores (puestos a cero cada día), así como las imágenes de las webcam asociadas.
- Y si a pesar de todo prefieren verlo en persona, les contaré un truquito para que el viaje no les resulte tan caro: el 12 de octubre los españoles podremos comprar dos billetes por el precio de uno. Los billetes son para adultos, pero incluyen el derecho a viajar con dos niños menores de 15 años gratis. Y si no les viene bien esa fecha y preferirían otra, mándenme un email ;-)


22 de agosto de 2010

El remedio homeopático de la semana (VIII): el teléfono móvil

Ya sabemos todos que uno de los grandes males de este mundo es la radiación electromagnética, especialmente la emitida por los teléfonos móviles, que es capaz de provocar en las personas expuestas a su maléfico influjo... bueno, mucho miedo. De hecho, las protestas que genera cualquier intento de instalar una antena de telefonía móvil solo son comparables a las que habría si de repente el barrio se quedase sin cobertura, y la presencia de este tipo de instalaciones desencadena terroríficas secuelas físicas en los habitantes de la zona. Y todo eso sin necesidad de enchufarlas siquiera.

En fin, que los teléfonos móviles son una cosa tan mala, malísima, que no sé cómo los venden sin cuernos ni rabo. Y menos mal que en alguna ciudad han tenido la precaución de obligar a sus fabricantes a advertir del nivel no ya de radiación, sino de radiactividad que emiten, que no es lo mismo pero suena aún más malo (al menos, para los de Europa Press, que ya sabemos el rigor que se gastan en estas cosas).

Pero como todos sabemos hay una rama de la pseudomedicina que no tiene el más mínimo problema a la hora de emplear con fines curativos las sustancias más peligrosas. De modo que aquí tienen, para solaz y pasmo de todos ustedes... (ahora tienen que ir a este enlace, pulsar el botón para potenciar el efecto dramático y volver rápidamente)

El remedio homeopático a base de teléfono móvil.


Pero vamos por partes. Probablemente al leer eso habrán pensado ustedes que el procedimiento de elaboración del mejunje empieza con algo como esto:


Para luego proceder a la dilución y sucusión del polvillo hasta que ya no quede ni, ejem, su recuerdo.

Pero no, la cosa es más sencilla. Como ya sabemos, para crear un producto homeopático no hace falta contar con un objeto físico, sino que puede hacerse simplemente con sus emanaciones, radiaciones o efluvios.  Bueno, y hasta sin ellos. De hecho, por lo visto incluso basta con escribir el nombre del remedio en un papelito y echarlo al agua para crearlo, lo cual sale ciertamente más barato que lo del vídeo. Pero bueno, también sale baratillo el método empleado, que consiste en lo siguiente:


Pedimos su colaboración a dos usuarios moderados de teléfonos móviles. Se entregó a cada uno de ellos una botella con cuatro gramos de lactosa adosada al teléfono móvil, y se tomó nota del número y la duración de las llamadas. También se les pidió que evitaran dejar el móvil y la lactosa adosada cerca de cualquier otra [fuente de] interferencia, como televisores, hornos microondas, etc.

Teléfono 1:
Modelo: Eriksson [sic] GH337
Digital
Operador: Cellnet
Exposición total a llamadas: 5 minutos.

Teléfono 2:
Modelo: Nokia 5.1
Digital
Operador: Orange
Exposición total a llamadas: 2 horas y 16 minutos.

Se mezclaron cantidades iguales del polvo de lactosa expuesto y se trituraron hasta 3C de acuerdo con las notas a pie de página del parágrafo 270 de la sexta edición del Organon. Se continuó la potentización en forma líquida hasta 30C.


Y a continuación se llevó a cabo la


¿Que qué es eso de "proving"? Pues como su nombre indica se trata de un ensayo, consistente en la ingestión de la sustancia original (o del remedio preparado con ella) por una serie de voluntarios sanos para observar el efecto que produce en ellos. Solo que, evidentemente, no es un ensayo normal, sino homeopático, de modo que se concentra no tanto en los efectos físicos (que como pueden imaginar son psicosomáticos o puramente inexistentes) sino en los "mentales": emociones, pensamientos que les vienen a la cabeza o incluso sueños, que son alegremente atribuidos al espíritu terapéutico del remedio.

Y, por cierto, si al leer eso de que se trata de observar los efectos que produce el remedio en individuos sanos les ha venido a la cabeza alguna de las excusas que los homeópatas esgrimieron para intentar justificar el "fracaso" de nuestro placebocidio... bueno, es que tienen buena memoria.

Sea como sea, aquellas "experiencias", debidamente recopiladas y sistematizadas (también a la peculiar manera de la homeopatía, claro) permiten elaborar una serie de "indicaciones terapéuticas" del potingue. Todo lo cual se reúne en un bonito documento que, sorprendentemente, no pretende en absoluto hacer reír.

Aunque en casos como este lo logre plenamente.

Y como el documento original, además de tratarse de un archivo de Word, está en inglés y cuenta con nada menos que cincuenta páginas, me limitaré a hacerles un rápido resumen. Aunque, claro, si tienen ustedes espíritu masoquista curiosidad, siempre pueden descargárselo aquí.

Pero vamos al grano. Según el escalofriante testimonio de las sujetos de prueba (que eran todas mujeres), el remedio despeja la mente y fortalece el intelecto:


Siento una gran claridad mental en el trabajo esta mañana.

Conduciendo a casa desde el trabajo vi un pueblo que nunca había notado antes.

Me siento alerta y responsable al despertarme.


O no:


Encuentro muy difícil concentrarme. Tecleo mal, y encuentro dificultades para pulsar las teclas correctas.

He llamado a mi supervisor. Me ha costado mucho encontrar las teclas de los números que tenía que marcar. He tenido que recitarlos en voz alta.

Confusa. He llamado "coliflor" a un pepino.

De hecho, el remedio puede producir despiste y torpeza incluso antes de empezar a tomarlo:

A punto de tomar el remedio. Pánico momentáneo: ¿dónde está el remedio? Encuentro la botella, quito la tapa. Los gránulos están atascados y no puedo sacarlos de la botella. 

Pero no todo van a ser malas noticias. Por ejemplo, el remedio mejora el humor:

Durante el almuerzo he tenido un ataque de risa, que se convirtió en una sucesión de risitas que no pude controlar. 

Risa tonta. ¡Es todo tan divertido! 

O no:

Me he vuelto muy sensible y un poco llorona.

Me he sentido muy deprimida esta tarde, con ánimo casi suicida, pero mejor por la noche y tras tomar alcohol. 

De hecho, incluso puede volver a las pacientes más hurañas y gruñonas:

Fin de semana del college. Me he encontrado yéndome a la fila del fondo, en apariencia para apartarme del sol, pero en parte porque quería esconderme.

Conforme avanzaba el fin de semana me sentía más y más en mi propio planeta. Me sentía muy sola.

Y hasta racistas:

Sentimientos de intenso odio hacia las razas [distintas a la suya, claro] y los extranjeros. No era cosa de su color, simplemente me disgustaba todo. 

O no:

Me siento más preparada de lo normal para expresar mis opiniones.

Siento más confianza en mí misma. Cuando hablo con gente de fuera de mi familia siento que estoy diciendo las cosas que debo decir en lugar de comentarios tontos. Estoy disfrutando de esta sensación.

Al marcharme de la fiesta besé y abracé a esa mujer con la que solo había intercambiado cuatro o cinco frases, a pesar de que había allí muchas personas a las que conozco mejor. Me he dado cuenta de que necesito conectar con la gente, comunicarme a un nivel más significativo.

 Y claro, con tanta necesidad de comunicación no es raro que pasen cosas como que

Sigo teniendo destellos visuales de axones y dendritas [sic], y un gran teléfono marrón colocado en un ángulo de 45 grados. Hay un montón de botones, y sé que he grabado en él todos los números de teléfono de la gente que conozco, y me da miedo pensar que se borren.

Las pacientes se sienten irritables:


Gran estallido de cólera esta mañana. He lanzado platos contra la pared. Estaba fuera de mí por la rabia. 

O no:

Me siento muy calmada con mis niños. Muy bonito. Solo puedo describirlo como calma y autoconfianza, como si tuviera más control sobre mí.

 El remedio causa retraso en la regla:


El mes empezó ocho días tarde.

O no:

El período se adelantó seis días.

Dolores musculares:

Siento un extraño dolor agudo en mi pierna derecha, justo sobre la rodilla, en el músculo.

O no:

He notado que el músculo de mi pantorrilla izquierda ya no me duele. Me dolía desde 1984. 

Y, en fin, pérdida de sueño:

Conseguir dormir resultó muy difícil. No me siento muy descansada esta mañana.

O no:

Dormí increíblemente bien anoche, muy profundamente. Me siento razonablemente descansada. 


Como recordarán, según los principios de la homeopatía el remedio cura en un enfermo los mismos síntomas que produce en una persona sana. De modo que si experimenta usted alguno de aquellos síntomas, o de estos otros:


Me lavé los dientes en el cuarto de baño equivocado.

Me siento muy consciente de la forma de mi cabeza.

Extraña sensación en el molar inferior izquierdo.

Me pica un punto de la piel, en la zona de las costillas inferiores, a la derecha, tras darme una ducha caliente.

He tenido ganas de tomar cohcolate recientemente, cosa que no suele pasarme.

He notado que mi orina tiene más color de mermelada [sic] que lo habitual.

O no:

Algo está mal pero no sé qué.

O incluso si experimenta otros, ejem, "síntomas":

Siento la sensación de que no quiero seguir estando constreñida o ligada legalmente a otra persona.

Ya sabe: los puede solucionar con un poco de radiación de teléfono móvil a 30C.

O no:

Le conté a mi marido lo que estaba pasando y los síntomas desaparecieron.

 ¡Dos sorbos de vino tinto y todos los síntomas de la cabeza han mejorado!


Nota: Conocí este "ensayo", por llamarlo de alguna manera, gracias a Rob Hinkley. En cuanto a la idea, también por llamarla de alguna manera, de crear remedios homeopáticos escribiendo el nombre en un papel y echándolo al agua, me facilitó el enlace Kash Farooq, que por cierto también está realizando su propia recopilación de remedios estrafalarios. Visiten sus blogs, que merece la pena.

15 de agosto de 2010

Consiga el empleo de sus sueños: hágase homeópata

Nota: esta entrada no es mía, sino de David Briggs, publicada originalmente en su blog Anomalous Distraction, pero creo que merece la pena traducirla y compartirla públicamente. Ya lo verán, ya.





Una historia del Daily Express ha estado rondando por twitter, acerca de la decisión de la delegación del Sistema Nacional de Salud en Tayside de despedir a quinientos trabajadores, y a pesar de ello mantener una oferta de empleo para un homeópata con un sueldo anual de 68.000 libras.


Hablando de esto con mi esposa Natalie durante la comida, ella me sugirió que me propusiera a mí mismo para el cargo. Incuso sugirió que quizá cualquier escéptico que dispusiera de treinta minutos libres debería también solicitar el puesto.


Dado que el salario es casi el doble de lo que gano actualmente, y solo requiere cubrir dos sesiones por semana, pensé "Demonios, ¿por qué no?" Tayside es una zona boscosa muy bonita.


Los detalles de la solicitud pueden encontrarse aquí, y yo he enviado mi formulario a recruitment.tayside@nhs.net.


Como guía compartiré con ustedes mi "declaración en apoyo de la solicitud":




Aunque no tengo una preparación médica formal, creo que estoy perfectamente capacitado para el trabajo de dispensar píldoras de azúcar a pacientes incautos en nombre del Sistema Nacional de Salud de Escocia. Mi preparación científica a nivel de doctorado y mis seis años y medio de experiencia postdoctorado implican que conozco un montón de palabrejas científicas y biomédicas con las que puedo engatusar a los pacientes, como "biomimetismo médico", "hormesis postcondicional", "entrelazamiento cuántico" y "efecto placebo".

Mi título de bioquímica implica que estoy familiarizado con tonterías como la constante de Avogadro, pero dado el salario extremadamente atractivo que ofrecen (al menos en comparación con la remuneración de la investigación científica) estoy seguro de que puedo ser convencido para pasar por alto el hecho de que los remedios homeopáticos con potencias superiores a 12C contienen exactamente cero moléculas de cualquier ingrediente activo.

Los trabajos originales de investigación que he publicado implican que estoy familiarizado con los trabajos sobre homeopatía y los muchos metaanálisis y revisiones sistemáticas realizados sobre ellos. El hecho de que su conclusión sea que la homeopatía no es más efectiva que un placebo administrado de forma similar no me preocupa si a cambio puedo aprovechar la excelente pesca de salmón típica de la región de Tayside. De hecho, dado que el puesto solo requiere que el aspirante seleccionado atienda dos sesiones por semana, debo imaginar que tendría mucho tiempo para permitirme el lujo de pescar.

En conclusión, aunque puedo ser un aspirante atípico para este puesto, estoy dispuesto a rendir al máximo para proporcionar a los pacientes la mejor atención sanitaria que el Sistema Nacional de Salud pueda ofrecer. Reenviándolos a un médico que no les prescriba inútiles pastillas de azúcar pagadas con el dinero de los contribuyentes.


Cruzo los dedos.




Dicho sea de paso, tampoco estaría mal que los escépticos de otros países hiciésemos este tipo de cosas. Como decía el propio David en Twitter, lo peor que nos puede pasar es que nos preseleccionen para una entrevista, ¿no?



PS: David Colquhoun, a quien quizá conozcan como autor de esta estupenda Guía para pacientes de la medicina mágica, también dice que se apunta...

13 de agosto de 2010

El extraño caso del espíritu que sí dijo dónde estaban las joyas

Ocurrió no hace muchos años. La tía Marta había desaparecido, y sus sobrinos (no tenía hijos) recogían los enseres de la casa en la que había vivido de alquiler. Pero faltaban sus joyas.

-¡Las joyas, no encuentro las joyas!- le contaba por teléfono Ángeles a Luisa, otra de las sobrinas.

-Calma, Ángeles, calma. ¿Has buscado bien?

-Sí, he buscado por todas partes, pero no aparecen.

-¿Has mirado en la cómoda? Detrás de los cajones de arriba hay tres compartimentos secretos. ¿Has mirado allí?

Y como ya habían dado de baja el suministro eléctrico de la casa añadía:

-Vete por la mañana, que le da el sol y podrás encontrarlos mejor.

Pero Ángeles no le hacía ningún caso. Se limitaba a seguir diciendo

-¡Las joyas, las joyas!

Al día siguiente ocurrió lo mismo. Ángeles llamaba por teléfono e insistía una y otra vez en que las joyas no aparecían, mientras Luisa le daba toda clase de explicaciones:

-Mira en la cómoda de la habitación del fondo. Quita los tres cajones de arriba, y abre los compartimentos secretos de detrás. Seguro que están allí.

La escena se repitió diariamente durante más de una semana. Había que ver la cara de Luisa mientras le repetía a su prima

-¡La cómoda, la cómoda! ¡Los compartimentos secretos!

Sin que ella le hiciera el menor caso.

Al menos, de un modo consciente. Porque sucedió que un día Ángeles llamó con voz de triunfo. ¡Por fin había encontrado las joyas! Y este fue más o menos su relato:

Estaba acostada en la cama, pensando dónde podrían estar las joyas, cuando de repente se me apareció la tía y me dijo 

-¡La cómoda, la cómoda!

Me levanté, fui a casa de la tía, entré en la habitación del fondo, saqué todos los cajones de la cómoda y los vacié para ver si estaban allí, pero no las encontré. Y entonces vi un rayo de luz que iluminaba el fondo de la cómoda y pensé "¿habrá algún compartimento secreto?" Y busqué tras los cajones de arriba y ¡allí estaban las joyas!

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Hace unos días, Mauricio-José Schwarz hablaba en El Retorno de los Charlatanes de Más Allá de la Vida, el último programa-engendro de Telecinco en el que, como dice Mauricio en su entrada, se mezclan la telebasura rosa y esotérica. Hay muy poco que añadir a lo que dice Mauricio (algo sí, pero se quedará para otra ocasión), pero al leer la entrada me hizo gracia que comentase que

Y así se va engañando gente por el mundo, manipulando sus sentimientos, haciéndoles creer que están en contacto con seres queridos que ya han muerto, enviando mensajes más bien generalistas y bobos, como "está muy orgullosa de ti" y sin jamás dar un dato real como "dice que el candelabro de oro incrustado de diamantes lo enterró junto al olmo viejo de la hacienda de Pepiño", información que sí sería impresionante y desafiante.

Porque, como ven, en esta ocasión la difunta sí que envió un mensaje en el que explicaba claramente dónde estaban las joyas.

O eso creyó y sigue creyendo Ángeles, que es, como Luisa y la pobre tía Marta, una persona real. Y también es real la historia, de la que fui testigo directo: no he cambiado nada más que sus nombres, y más por cortesía que por otra cosa. De hecho, si consigo recordar dónde la archivé colocaré por aquí una foto de la famosa cómoda. Y es una pena no poder poner una foto de la cara de Luisa cuando insistía una y otra vez en que las joyas debían estar allí (que, por otro lado, se pueden imaginar perfectamente) y, sobre todo, cuando su prima le llamó para decirle lo que "le había dicho" su difunta tía (expresión que, por el contrario, es absolutamente inimaginable).

Eso en cuanto a la historia. En cuanto a la moraleja, se la dejo a ustedes. Pero si una mañana temprano creen escuchar una voz de ultratumba diciéndosela, recuerden: probablemente es solo que ha quedad muy, muy clarita. ¿Verdad?