-¡Las joyas, no encuentro las joyas!- le contaba por teléfono Ángeles a Luisa, otra de las sobrinas.
-Calma, Ángeles, calma. ¿Has buscado bien?
-Sí, he buscado por todas partes, pero no aparecen.
-¿Has mirado en la cómoda? Detrás de los cajones de arriba hay tres compartimentos secretos. ¿Has mirado allí?
Y como ya habían dado de baja el suministro eléctrico de la casa añadía:
-Vete por la mañana, que le da el sol y podrás encontrarlos mejor.
Pero Ángeles no le hacía ningún caso. Se limitaba a seguir diciendo
-¡Las joyas, las joyas!
Al día siguiente ocurrió lo mismo. Ángeles llamaba por teléfono e insistía una y otra vez en que las joyas no aparecían, mientras Luisa le daba toda clase de explicaciones:
-Mira en la cómoda de la habitación del fondo. Quita los tres cajones de arriba, y abre los compartimentos secretos de detrás. Seguro que están allí.
La escena se repitió diariamente durante más de una semana. Había que ver la cara de Luisa mientras le repetía a su prima
-¡La cómoda, la cómoda! ¡Los compartimentos secretos!
Sin que ella le hiciera el menor caso.
Al menos, de un modo consciente. Porque sucedió que un día Ángeles llamó con voz de triunfo. ¡Por fin había encontrado las joyas! Y este fue más o menos su relato:
Estaba acostada en la cama, pensando dónde podrían estar las joyas, cuando de repente se me apareció la tía y me dijo
-¡La cómoda, la cómoda!
Me levanté, fui a casa de la tía, entré en la habitación del fondo, saqué todos los cajones de la cómoda y los vacié para ver si estaban allí, pero no las encontré. Y entonces vi un rayo de luz que iluminaba el fondo de la cómoda y pensé "¿habrá algún compartimento secreto?" Y busqué tras los cajones de arriba y ¡allí estaban las joyas!
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Hace unos días, Mauricio-José Schwarz hablaba en El Retorno de los Charlatanes de Más Allá de la Vida, el último programa-engendro de Telecinco en el que, como dice Mauricio en su entrada, se mezclan la telebasura rosa y esotérica. Hay muy poco que añadir a lo que dice Mauricio (algo sí, pero se quedará para otra ocasión), pero al leer la entrada me hizo gracia que comentase que
Y así se va engañando gente por el mundo, manipulando sus sentimientos, haciéndoles creer que están en contacto con seres queridos que ya han muerto, enviando mensajes más bien generalistas y bobos, como "está muy orgullosa de ti" y sin jamás dar un dato real como "dice que el candelabro de oro incrustado de diamantes lo enterró junto al olmo viejo de la hacienda de Pepiño", información que sí sería impresionante y desafiante.
Porque, como ven, en esta ocasión la difunta sí que envió un mensaje en el que explicaba claramente dónde estaban las joyas.
O eso creyó y sigue creyendo Ángeles, que es, como Luisa y la pobre tía Marta, una persona real. Y también es real la historia, de la que fui testigo directo: no he cambiado nada más que sus nombres, y más por cortesía que por otra cosa. De hecho, si consigo recordar dónde la archivé colocaré por aquí una foto de la famosa cómoda. Y es una pena no poder poner una foto de la cara de Luisa cuando insistía una y otra vez en que las joyas debían estar allí (que, por otro lado, se pueden imaginar perfectamente) y, sobre todo, cuando su prima le llamó para decirle lo que "le había dicho" su difunta tía (expresión que, por el contrario, es absolutamente inimaginable).
Eso en cuanto a la historia. En cuanto a la moraleja, se la dejo a ustedes. Pero si una mañana temprano creen escuchar una voz de ultratumba diciéndosela, recuerden: probablemente es solo que ha quedad muy, muy clarita. ¿Verdad?
A veces pienso que hay gente que merece ser enganiada, son timos tan basicos...
ResponderEliminarJusto, gente asi pide a gritos ser engañada y que ninguno haga lo mas minimo por protegerlos o sacarles de su error... ¡¡es que es para gritarle, idiotaaaaa, que llevo una semana diciendotelo!!, pero no, mejor creer en que a tia se le aparecio...
ResponderEliminarFernando, supongo que igual no te sorprendiste por conocer a las personas implicadas, pero es para quedarse con la cara a cuadros.
No, Iván, reconozco que no me sorprendió ni lo más mínimo ;-)
ResponderEliminar"el último programa-engendro de Telecinco" ¿Que tienen de malo los programas de humor? Yo por lo menos me río mucho con Cuarto Flipenio. ;)
ResponderEliminarBueno, le hablen al tío Randi del tema, que está más quemado que el palo de un churrero.
¡Saludos!
Pienso lo mismo, en la Nave del Misterio deberian especificar cuantos de sus seguidores los visualizan como tal, y cuantos como la Nave de la Risa...
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