Se suele decir que a alguien "se le apareció la Virgen" cuando tiene un golpe inesperado de suerte, un "milagro" que le salva de algún apuro. No sé si Amparo Cuevas pasaba por un apuro en 1980, pero lo que sí está claro es que "se le apareció la Virgen": el patrimonio del tinglado montado a raíz de las supuestas apariciones marianas de El Escorial suma nada menos que ciento sesenta y dos (sí, ciento sesenta y dos) inmuebles e ingentes cantidades de dinero amablemente "donadas" por los acólitos, además del trabajo "voluntario" de muchas personas víctimas del montaje sectario.
Hace unos días la Asociación de Víctimas de las Supuestas Apariciones de El Escorial consiguió que el Juzgado de Instrucción número Cuatro de San Lorenzo de El Escorial admitiera a trámite una querella contra la vidente y otras trece personas, acusadas de delitos de estafa, asociación ilícita, detención ilegal y coacciones. Hoy se ha producido la declaración como imputada de Amparo Cuevas, cuya explicación acerca de los hechos es, como no podría ser de otra forma, que no retiene a nadie contra su voluntad, que todo lo que ha recibido lo ha sido por donaciones voluntarias y absolutamente libres, y que nunca ha engañado a nadie. Vamos, que "se le apareció la Virgen".
Ya hablamos aquí en su día acerca de las dificultades para conseguir que los responsables de este tipo de chiringuitos (aunque en este caso la palabra se quede corta) acaben siendo condenados por estafa. Y ya veremos qué ocurre con los otros delitos, porque aunque en algún caso la querella parece estar sólidamente respaldada, el hecho de que esta mujer lleve cerca de veintiocho años con su montaje sin que nadie la haya molestado dice muy poco en favor de nuestro sistema de protección a las víctimas de estos engaños. Esa es, precisamente, la razón principal por la que desde Círculo Escéptico hemos puesto en marcha la campaña por el control del mercado esotérico.
Pero por supuesto seguiremos con mucho interés el caso, y ojalá se resuelva favorablemente para las víctimas. Y en cuanto a la tal Amparo Cuevas... bueno, si quiere que se le siga "apareciendo la Virgen", vale.
Pero que la vea a través de unas rejas.
Nota: sí, ya sé que en el enlace a la página de la Asociación de Víctimas se habla de ciento treinta y dos propiedades, y yo hablo de ciento sesenta y dos. Pero no es un error.
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