Por supuesto, la vida de Steve Jobs no puede considerarse más valiosa que la del pequeño Luca Monsellato, por citar solo dos de los ejemplos más recientes de víctimas de las pseudomedicinas, pero su caso probablemente llegue más lejos en la opinión pública; al fin y al cabo, Jobs era un personaje famoso en el mundo entero y Luca era tan solo un niño de tres años que tuvo la desdicha de tener un padre idiota (y otro día veremos cómo de idiota).
Así que es lógico que, de entre las muchas víctimas de accidentes vasculares provocados por la manipulación quiropráctica (el llamado "chiropractic stroke"), el único caso que tenga todas las papeletas para aparecer en los grandes medios sea el de Hércules. O, bueno, el de quien durante muchos años interpretó el papel de Hércules, el actor Kevin Sorbo.
Como cuenta el propio Sorbo, en 1997 comenzó a experimentar unos extraños síntomas en su brazo izquierdo: entumecimiento, dolor, hormigueo... Y aunque al principio no le dio demasiada importancia, un mal día empezó a notar un fuerte dolor poco más abajo del hombro.
Así que acudió a su quiropráctico habitual.
Sorbo cuenta que
After an examination, he told me I had a lot of tightness in my neck and shoulder. Then he cracked my neck, which he had never done before, saying he felt the manipulation would help alleviate some of the tension.
Tras examinarme me dijo que tenía mucha rigidez en el cuello y el hombro. Entonces me hizo crujir el cuello, cosa que nunca había hecho, diciendo que creía que la manipulación ayudaría a aliviar parte de la tensión.
Cuando volvía a casa, Sorbo empezó a experimentar síntomas como visión borrosa, embotamiento y un zumbido en los oídos. Y a la mañana siguiente se despertó con el habla pastosa y casi incapaz de andar.
Finalmente los médicos determinaron que había sufrido un aneurisma y tres trombosis, cuya causa evidentemente se desconoce. Pero teniendo en cuenta que era una persona joven y sana y que el único factor de riesgo presente es el haber recibido de forma habitual tratamientos quiroprácticos, no es raro que las sospechas apunten hacia ellos. De hecho, el suyo era el típico cuadro que presentan los pacientes con daños arteriales provocados por la manipulación quiropráctica.
Sorbo, que cuenta el episodio en su autobiografía, tuvo la fortuna de recuperarse, pero otros no han tenido tanta suerte. Y lo peor es que se arriesgaron a sufrir esas consecuencias por someterse a una terapia que, por mucho que les guste a nuestros políticos, en realidad no sirve para nada. Aunque, eso sí, es muy "natural", muy "alternativa" y muy cachipiruli.
Y hasta sobrenatural. Y no solo porque te pueda enviar al otro mundo con un crujido de vértebras.
Lo dicho, no os dejéis crujir el cuello. Y acudid a profesionales de verdad.
ResponderEliminarPor desgracia, Mr. Sorbo tuvo la mala pata de vivir en un país donde la quiropráctica es legal y está muy asentada, gracias a las relaciones de su antiguo presidente, Ronald Reagan, con la Joshua Bartlett Palmer, hijo del creador de la quiro.
http://estonotienebuenapinta.blogspot.com/2011/07/frase-de-la-semana.html