7 de agosto de 2007

La Justicia, JJ Benítez y Forrest Gump

Una de las frases memorables de la película Forrest Gump es aquella según la cual "tonto es el que hace tonterías". Una frase que ha calado hondo porque en realidad no sólo lo pensaba la madre de Forrest Gump, sino todo el mundo: quien hace tonterías es evidentemente tonto, igual que quien miente es un mentiroso, quien tergiversa las cosas es un tergiversador, y así sucesivamente.

Y resulta que no es así.

A veces las cosas simples, incluso aquellas tan simples como esos silogismos a lo Forrest Gump, se vuelven mucho más complicadas cuando pasan por el tamiz de la Administración de Justicia, y más o menos eso es lo que ha ocurrido con la sentencia que ha condenado a Luis Alfonso Gámez a indemnizar a J. J. Benítez por haber vulnerado el derecho al honor del ufólogo.

El propio Luis Alfonso lo cuenta estupendamente aquí o aquí, y en ese sentido poco hay que añadir: los artículos de "Magonia" referentes al "investigador" navarro consisten básicamente en explicaciones detalladas -y perfectamente justificadas- sobre cómo Benítez contaba otra vez el cuento de las Piedras de Ica, realizaba afirmaciones descabelladas acerca de la desaparecida civilización de la Isla de Pascua o narraba la más que desacreditada historieta de los supuestos contactos extraterrestres de los dogones. La sentencia considera que Luis Alfonso empleó expresiones lesivas contra el derecho al honor de Benítez cuando explicó que "Planeta Encantado" llegaba a embrollar las cosas hasta el punto de hablarnos de que Jesús se sentó en el Coliseo romano décadas antes de que el edificio fuera construido, o que existió -que existió realmente, no sólo en la imaginación de Benítez- una relación comercial entre Europa y América antes del descubrimiento del Nuevo Mundo. Luis Alfonso contó cómo Benítez sigue defendiendo contra toda evidencia la autenticidad de la Sábana Santa de Turín o la avanzada tecnología del Arca de la Alianza. Y Luis Alfonso mostró públicamente la marca del platero que manufacturó el anillo al que Benítez atribuye un origen extraterrestre.

Luis Alfonso exponía -y demostraba- que sólo manipulando las evidencias puede afirmarse, como hace Benítez, que los bereberes tuvieron contacto con extraterrestres, o que las pirámides egipcias fueron obra de seres procedentes de Orión. Y Luis Alfonso, en fin, contaba que las historias de Benítez sobre ruinas lunares no sólo carecen de base alguna, sino que las "pruebas" que presentó Benítez son más falsas que un euro de cartón.

Hasta ahí la historia tiene poco de extraordinario. El Dossier Planeta Encantado de Magonia desmontaba con rigor los cuentos que contaba Benítez en su serie, pero su nivel de crítica no iba mucho más allá de la que se podía ver incluso en ambientes magufos, donde la serie pseudodocumental contribuyó a terminar de hundir el prestigio del ufólogo incluso entre los más crédulos. En este sentido fueron especialmente devastadores los efectos del episodio "Mirlo Rojo", en la que se mostraban al público como "imágenes inéditas" una simple animación digital.



Aquello cayó como un jarro de agua fría sobre los admiradores que aún conservaba Benítez, que entendieron -igual que Luis Alfonso, igual que todo el mundo- que Benítez había presentado la recreación informática insinuando que se trataba de imágenes reales que mostraba por primera vez al público. Buen ejemplo de ello es la reacción de alguien tan denodadamente crédulo como Paco Padrón, en cuya web aún puede leerse a propósito de "Mirlo Rojo" que

Y ahora viene la parte más compleja de la emisión de aquel capítulo titulado “Mirlo Rojo” y, especialmente, las “imágenes inéditas” de la filmación censurada sobre las ruinas lunares. Muchos creyeron que eran reales. Otros, no; especialmente los que están familiarizados con la informática, con la recreación digital de imágenes. Este periodista fue asaetado con llamadas o correos electrónicos. Todos querían saber si aquella filmación era real o una simulación informática. Al parecer, el propio Juan José Benítez, a través de su hijo, Iván, ha manifestado que, efectivamente, se tratan de imágenes recreadas, basadas en la auténtica película que él conserva. Ahora soy yo el que pregunta: ¿Por qué no se emitió la película original? ¿Por qué no se advirtió que, efectivamente, se trataba de una especie de montaje digital? Estas mismas preguntas se las he efectuado al propio Juan José. De momento no he obtenido respuestas a las mismas. Que conste que no dudo que mi amigo Benítez tenga esa cinta original. Pienso que algún motivo –que desconozco en la actualidad- tendrá para no difundir tales secuencias entregadas, en su momento, por el citado “Mirlo Rojo”. Siempre he defendido a Juan José. Conozco, desde hace más de veinticinco años, su sinceridad, honradez y entrega hacia estos temas. Insisto: a lo mejor, en su momento, dará respuesta a estos molestos interrogantes. Estamos deseando ver esos catorce minutos de imágenes reales. Estimo que es la mejor manera de descubrir si nos están engañando, si nos ocultan hechos tan importantes como esos secretos lunares.


Algún tiempo más tarde el propio Padrón añadía que

Ya cerrado este artículo, recibo, por correo electrónico, la siguiente contestación de Juan José Benítez: -“Querido Paco: Por razones de índole personal no he contestado a nadie sobre lo que me preguntas. Por tratarse de ti, te diré lo siguiente: la información de “Mirlo Rojo” es correcta. Fue contrastada durante años. Estoy seguro que “Mirlo Rojo” dijo la verdad. Otra cuestión es lo que dicen y escriben los intoxicadores de siempre. La película existe. La información es correcta. Como te decía, por razones, personales o de seguridad personal, no puedo hacer más declaraciones, de momento.”


Padrón no hacía ningún comentario, ni siquiera para resaltar lo absurdo de que Benítez asegure que no puede "hacer más declaraciones, de momento" por razones "de seguridad personal": si la historieta de Benítez tuviese alguna verosimilitud, el hecho de haberla contado sería más que suficiente para poner en entredicho su "seguridad personal", y mostrar la verdadera filmación no añadiría nada a ese riesgo, pero al menos le permitiría salvar algo de su prestigio, tan maltrecho ya (maltrecho por la labor de los detractores pagados por los servicios de inteligencia, claro).

En fin, que todo indica que Padrón se murió -o abandonó este plano dimensional, como prefieran- sin ver ni la supuesta filmación original, ni tampoco una explicación medianamente convincente por parte de Benítez. Y no es el único, ni mucho menos, de modo que no es raro que incluso buena parte del maguferío hispano (con la siempre refrescante excepción de Bruno Cardeñosa) haya aplicado también el silogismo de Forrest Gump. Ya saben: si Benítez mostró pruebas falsas para apoyar su historia sobre las ruinas lunares, o tergiversó la interpretación de los frescos de Tassili, o nos coló como extraterrestre un anillo de lo más terrestre, es que...

Y es este "es que..." el que motiva la condena de Luis Alfonso Gámez. La sentencia, sin duda, habrá provocado oleadas de placer entre los seguidores de Benítez (y también, por supuesto, entre quienes sin serlo han hecho del enfrentamiento con los escépticos una cuestión personal en la que todo vale), pero una lectura del fallo muestra que el Juez del Juzgado de Primera Instancia número Cinco de Getxo no considera que Luis Alfonso falte en modo alguno a la verdad al explicar los montajes de Benítez. No le desautoriza en lo más mínimo, hasta el punto de que ni siquiera ha ordenado la retirada o no difusión de los textos. El Juez se limita a decir que algunas de las expresiones empleadas por Luis Alfonso lesionan el derecho al honor de Benítez, pero simplemente por el carácter objetivamente vejatorio de esas expresiones.

Vamos, que según la decisión judicial la madre de Forrest Gump puede explicar con pelos y señales cuáles son esas tonterías, pero no exponer la conclusión de que quien las hace es tonto. Eso ya es lesivo para el derecho al honor del... del que hace tonterías, vaya.

Otro día hablaremos con más detalle de esa Sentencia cuyo sentido no compartimos, pero contra la que no vamos a armar contra ella una pataleta de colegial; intentaremos exponer por qué se ha equivocado el Juez empleando criterios jurídicos no paranormales (pero tranquilos, los paranormales también los comentaremos).

Pero ahora nos quedaremos con Forrest Gump. Con la otra frase memorable de la película (es que en realidad sólo se me ocurren dos).

A raíz de la condena a Luis Alfonso se ha producido un curioso fenómeno que seguramente no previó Benítez cuando tuvo la ocurrencia de publicar la sentencia en su página. Como cuenta el propio Luis Alfonso, no sólo está recibiendo numerosas muestras de solidaridad, sino también apoyos activos que permiten y permitirán (porque muy pronto habrá interesantes novedades, ya lo verán) dar a conocer más ampliamente la calidad de las "investigaciones" del propio Benítez y de muchos de sus colegas. "Magonia" bate récords de visitas, el dossier sobre "Planeta Encantado" ha alcanzado una difusión impensable y, en fin, la sentencia no ha acallado las críticas a los métodos de Benítez, sino que ha permitido difundirlas más y mejor.

Y lo que queda. Si a Forrest Gump le decían aquello de

¡Corre, Forrest, corre!


Probablemente Benítez, al ver los efectos de la caja de Pandora que él mismo ha abierto, haya pensado algo por el estilo...

8 comentarios:

  1. Anónimo1:00

    ¿Y tu eres abogado? Me recuerdas a Bruno con lo de la juez y la violación.

    ¿Por que condenaron a LAG? según leo en la sentencia es más o menos por insultar y no por otra cosa y vas y sueltas un tocho que nada tiene que ver con la sentencia, a LAG lo condenaron por insultón y el resto y sus verdades es secundario y para un juicio nuevo, así que a denunciar a Benítez por mentiroso, pero este juicio iba sobre otra cosa creo.

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  2. ¿Y tú has leído la entrada? Porque, la verdad...

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  3. Anónimo1:58

    ¿Crees siquiera que ha leido la sentencia y menos aun entenderla?, habra realizado una lectura paraanormal y se queda con lo que se han quedado todos los magufines y acolitos escocidos, "que ta condenao que ta condenao" y no aprecian que no esta condenado por el FONDO, sino por las FORMAS (y eso ya es bastante ridiculo).

    En fin que a rabiar a rabiar.

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  4. Bueno, Iván, es que después de haber leído (se supone) un párrafo que dice

    "Otro día hablaremos con más detalle de esa Sentencia cuyo sentido no compartimos, pero contra la que no vamos a armar contra ella una pataleta de colegial; intentaremos exponer por qué se ha equivocado el Juez empleando criterios jurídicos no paranormales (pero tranquilos, los paranormales también los comentaremos)".

    va y dice que si el rollo no tiene nada que ver con la sentencia y que si soy abogado.

    Pudiera ser una rabieta, claro, pero también pudiera ser que no haya leído la entrada o que, habiéndola leído, no la haya comprendido. De modo que vamos a confiar una vez más en la casi infalible navaja de Hanlon.

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  5. Anónimo2:32

    Claro que esta todo leido pero resulta chocante que ahora vas a sacar un yo contra el mundo estilo Amoros. ¡Corre, Forrest, corre! ¿a quien se le decia esto?

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  6. Uffff!!! Menos mal que se me ha ocurrido volver a echar un vistazo a todos los post que has publicado tan de golpe... He estado a punto de preguntar al final de todos ellos que dónde se había metido el anónimo y qué opinaría de todo esto. Por suerte, he tropezado con estos seis comentarios anteriores y me he ahorrado hacer el ridículo preguntando lo evidente. Gracias por la información, como siempre.

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  7. Anónimo5:58

    Señores, la sorpresa se la llevaran otros... Nadie que tenga una cinta original de la NASA puede estar muy tranquilo, y menos diciendo que la posee. La NASA -por si no lo saben- en el 2006 confirmo que le faltan 13 mil horas de peliculas originales. Todas las de los Apolo y otros viajes. Averiguen... y luego saquen conclusiones. Cualquier periodista con una prueba tan irrefutable en la mano pero que no puede difundir la unica forma de sacar provecho de su primicia es haciendo una copia por su cuenta, pero gatillar antes que lo haga otro, o no?

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