Hay personas a las que los extraterrestres controlan la mente. Ya, ya sé que eso no es verdad, pero ellos están absolutamente convencidos de que es así, y viven sumidos en el pánico ante la intrusión de los marcianos. Es una situación angustiosa, y supongo que a nadie sensato se le ocurriría que la forma de informar sobre este problema es dar la razón a estos enfermos y animarlos a que sigan usando sus gorros de papel de aluminio, ¿verdad?
Pues o yo me equivoco o en la redacción de ABC hace falta una buena inyección de sensatez, porque eso mismo es lo que han hecho al hablarnos de una dolencia similar a la de las víctimas de los hombrecillos verdes: el "Síndrome de hipersensibilidad electromagnética".
El artículo, cuyo título ya lo muestra como candidato a entrar de cabeza en Malaprensa, empieza muy fuerte:
No es todavía, o al menos según establece la Organización Mundial de Salud, una enfermedad con carácter oficial.
Muy fuerte y sin dar una. Porque resulta que la Organización Mundial de la Salud sí que ha estudiado profusamente la "hipersensibilidad electromagnética" y la reconoce oficialmente... pero como enfermedad psicosomática. Y es que, aunque el artículo siga diciendo que
La ausencia de estudios impide conocer datos relativos al nivel de incidencia y los efectos sobre la salud de eso que algunos ya conocen y llaman «electrosensibilidad»
Lo cierto es que sí que existen esos estudios, y además son un puñado. Lo que ocurre es que sus resultados son abrumadores en el sentido de descartar que los pacientes sufran una verdadera sensibilidad a los campos electromagnéticos. En esta revisión, por ejemplo, concluye que
En resumen, la investigación reciente no indica que la calidad de vida en relación con la salud resulte afectada por la exposición a campos electromagnéticos de radiofrecuencia en nuestro entorno diario. Más aún, ninguno de los estudios muestra que los individuos que aseguran padecer hipersensibilidad electromagnética fuese más susceptible a los campos electromagnéticos de radiofrecuencia que el resto de la población.
Conclusión que comparten revisiones sistemáticas como esta o esta otra, que se centra en los llamados "estudios de provocación", en los que los pacientes son sometidos a campos electromagnéticos sin que lo sepan, o bien creen estar sometidos a campos electromagnéticos sin que realmente lo estén. El resultado es bastante contundente: las personas supuestamente sensibles solo "notan" los campos electromagnéticos (o sufren los síntomas que dicen que les provocan esos campos) cuando creen que están siendo sometidos a ellos aunque no sea verdad, y no notan los campos ni sufren esos síntomas cuando creen que no están presentes, aunque sí lo estén.
Toda esta información, evidentemente, está al alcance de Inma Zamora, la firmante del artículo de ABC, pero por lo visto no se ha molestado en consultarla. ¿Para qué, si ya tenía a mano a los expertos?:
Expertos respecto a los cuales, por supuesto, la redactora tampoco parece haberse asesorado mucho. Una simple visita a su página web (a la que de hecho enlaza el artículo) ya nos muestra claramente por dónde van los tiros:
Vamos, que ABC ha ido a recabar información a una empresa cuyo negocio consiste en detectar esa contaminación peligrosísima y vender "soluciones" a los afectados, como las telas con las que se cubre la mujer del vídeo que ilustra la noticia, y que tanto recuerdan al gorrito de papel de aluminio.
Es el caso también de otro "experto", del que incluso se reconoce abiertamente que vive de eso:
Y también del doctor Fernández Solá, que según el oráculo de Google es especialista en el diagnóstico y tratamiento de enfermedades dudosas o que ningún otro médico parece descubrir, y que repite la cantinela de que no hay estudios por culpa, cómo no, de la malvada industria:
La industria productora de campos electromagnéticos, se entiende. La otra, la productora de diagnósticos y protecciones de pacotilla en cambio debe ser buenísima, y de hecho se ha prestado a asesorar a la redactora de una forma totalmente desinteresada, ¿verdad?
ABC no es el primer medio que pica en esta historia del yo te diagnostico el peligro gordísimo que corres y te vendo el remedio para solucionarlo. Ni mucho menos. Incluso algún organismo público se ha tragado la historia con plumas y todo. Pero si los datos científicos demuestran que el único efecto nocivo comprobado que tienen esos campos electromagnéticos es el provocado por el miedo hacia ellos, creo (y no soy el único) que habría que pedir a los medios un poco más de responsabilidad a la hora de informar sobre estas cosas, ¿verdad?
P.S.: Por cierto, la foto del gorrito de aluminio proviene de este impresionante estudio que demuestra que el papel de aluminio no solo no protege de las ondas electromagnéticas, sino que amplifica algunas de ellas, poniendo a sus usuarios en manos de los gobiernos/extraterrestres/gobiernos y extraterrestres juntitos que pretendan usarlas para controlar sus procesos mentales. A ver si va a pasar lo mismo con los cachivaches que vende Geosanix...
Amén.
ResponderEliminarPocas veces se juntan tantos charlatanes en un solo artículo 8-O
ResponderEliminarCreo que sólo les falta añadir declaraciones de los creadores de las pulseras milagrosas.
Aparte de una jeta de amianto, algunos tienen un gran sentido de la ironía: "director de la agencia para la picaresca en internet" (manda huevos). El nombre me suena... ah sí, era el de
http://www.google.es/search?q=observatorio+internet+gallir
Muy bueno, me lo anoto y lo paso a mas de un creyente...
ResponderEliminarPara más inri, tambien ha estudiado el efecto de los campos electromagnéticos en la salud humana:
ResponderEliminarhttp://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs304/es/index.html
Muy bueno. Creo que a esta altura el daño ya está hecho, parece haber mucha gente convencida de que esta "contaminación invisible" es una realidad. Va a llevar un buen tiempo revertilo.
ResponderEliminarGran articulo!!! también mencionar que hay gente que vende unas pirámides de plástico (feas) que según les protege de las malisimas ondas electromagnéticas, las famosas orgonitas... generan el miedo para vender sus productos que táctica tan vieja y efectiva.
ResponderEliminarAplausos a los anti-iluminatis.