20 de diciembre de 2011

La (ex) ministra Pajín y sus "terapias naturales" (II)

Seguro que ustedes, cuya inteligencia queda demostrada por el hecho de estar leyendo este blog, se habrán dado cuenta de que estamos en diciembre. Han sido, por lo tanto, tan solo tres mesecitos de nada los que se ha retrasado el cumplimiento de la promesa de la ministra Pajín de presentar el informe final sobre la regulación de las llamadas “terapias naturales”. De hecho el informe ha sido hecho público justo el día en que el Congreso elegía a Mariano Rajoy como sucesor de José Luis Rodríguez Zapatero, poniendo así fin al mandato de la que pasará a la historia como la ministra de la timopulsera. O, para ser exactos, de las timopulseras.

No es fácil adivinar el motivo de que un informe que, según se dice en el propio texto, fue elaborado el 6 de julio (antes incluso de la comparecencia de la ministra en el Senado), ha sido presentado prácticamente en los minutos "de descuento", pero en cualquier caso ha generado bastante interés. El diario El País decía que


El Diario Vasco prefiere centrarse en las advertencias del informe:


20 Minutos prefiere ver el vaso medio lleno:


Y otros medios prefieren quitarse de encima la labor informativa (que son ciento y pico de páginas de informe, oiga) y preguntar la opinión de sus seguidores:



Y nosotros, como no somos un medio y como además la publicación del informe casi ha coincidido con la celebración del Día Mundial del Escepticismo (por iniciativa de Proyecto Sandia), vamos a echarle un vistazo precisamente con eso, con escepticismo.

Para empezar hay que decir que el informe de marras (que puede descargarse en pdf desde aquí) es prácticamente un calco del "documento de trabajo" que elaboró el grupo interministerial en 2008 y remitió a diversos Colegios Oficiales y asociaciones más o menos oficiosas allá por enero de 2010. Los casi dos años transcurridos desde entonces han servido, por lo visto, únicamente para retocar el texto aquí y allá, añadir unas cuantas referencias más y, sobre todo, no hacer ni caso de las alegaciones presentadas en su día. Lo cual, por cierto, no deja de ser una buena noticia teniendo en cuenta la procedencia de muchas de esas alegaciones; vean, vean:


Pero vamos con la parte interesante del asunto. Si hacemos caso del titular de El País, de muchos blogs o de los comentarios en Twitter, da la impresión de que el Ministerio ha elaborado un documento absolutamente escéptico acerca de las llamadas "terapias naturales". Y no es así; de hecho, leyéndolo la impresión es más bien la contraria: las contempla con un exceso de benevolencia. Así, según el informe


Las diferencias existentes entre la conceptualización y el contexto cultural de aplicación de las medicinas convencionales occidentales y de las terapias naturales ha condicionado también la disponibilidad de evidencias científicas sobre la utilidad clínica y, en general, la posibilidad de aplicar el paradigma científico a la evaluación de estas últimas. Mientras que la medicina convencional ha adoptado para la evaluación de los procedimientos terapéuticos el patrón oro del ensayo clínico aleatorizado, las terapias naturales han centrado la evidencia de su utilidad en la tradición y la experiencia individual y colectiva de su uso.

Y

La diferente aplicación de la prueba y adopción del método científico sigue siendo una barrera muy importante para facilitar el reconocimiento del valor terapéutico de las terapias naturales en nuestra cultura. Se ha argumentado que las terapias naturales han sido relegadas al ámbito extra-académico y extra-oficial, lo cual ha sido un obstáculo para la adecuada producción científica. Algunas terapias naturales como la homeopatía y la acupuntura, por su idiosincrasia, precisan de un modelo científico especial, adaptado a sus características, y que requiere nuevos procesos de validación.  

Como ven, los autores del informe caen como pardillos en la excusa clásica de los vendedores de este tipo de terapias: si con arreglo al método científico no resultan ser eficaces, lo que hay que desechar es el método científico. Vamos, es como echar la culpa de que las alfombras voladoras no vuelen a las ecuaciones de la sustentación aerodinámica.

Claro que la traca viene justo a continuación del segundo párrafo que reproducíamos, cuando se concluye que


Algunas de las terapias naturales no han verificado los principios y mecanismos de acción fundamentales que explican su eficacia.

Teniendo en cuenta los "principios y mecanismos de acción fundamentales" que muestran las nada menos que 139 "terapias" que lista el documento, la afirmación no es que sea sorprendente, es que es mentira: en realidad ni una sola ha podido no ya verificar sus principios y mecanismos de acción, sino tan solo demostrar que alguno de esos principios y mecanismos existen en la realidad.

El informe, en fin, no duda en seguir tragándose algunos de los "argumentos" de los vendedores de esas terapias


A la vista de los resultados y valoraciones generales de las revisiones publicadas, hay que señalar los problemas existentes para la promoción de investigación de calidad y las limitaciones de la financiación disponible. La industria consolidada y con recursos no ha expresado interés hasta muy recientemente en invertir en la evaluación de estas técnicas y no se ha desarrollado una infraestructura competente para la investigación clínica en estas terapia que muchas veces presenta dificultades añadidas y una gran complejidad (Linde K, 2001).



aun a costa de olvidar que en algunos casos las "terapias naturales" ya cuentan con una industria consolidada y con recursos, solo que, por razones bastante evidentes, no tiene el menor interés en que las técnicas se evalúen. De hecho, por ejemplo, la industria homeopática fue la principal responsable de que la normativa europea les permita vender sus productos como medicamentos sin tener que acreditar su eficacia. Vamos, que ese tipo de excusas victimistas deberían ser tomadas como mínimo con tanta cautela como los autores del informe se toman la evaluación de calidad de los ensayos clínicos; lean, lean:


Algunas revisiones sistemáticas describen una correlación negativa entre la calidad del estudio y los resultados obtenidos, de manera que los mejores estudios suelen obtener resultados más negativos, pero esto hay que interpretarlo con mucha precaución. 

Y la guinda del pastel, en fin, la encontramos en estas gloriosas frases:

En términos generales, pocas terapias naturales han demostrado su eficacia en situaciones clínicas concretas mediante la aplicación de métodos científicos. Sin embargo, esta ausencia de demostración de su eficacia no debe ser considerada como sinónimo de ineficacia. 

Por supuesto. Volviendo a nuestra alfombra voladora, también es cierto que no ha podido demostrarse su eficacia como método de transporte aéreo, pero esto no debe ser considerado como sinónimo de ineficacia.

O quizá sí, porque justo a continuación dice el informe que

Muchos pacientes refieren cierto grado de satisfacción asociado a una percepción de mejoría de los síntomas o en su bienestar o en calidad de vida con el uso de distintas terapias naturales. 

Que como definición del efecto placebo no está nada mal, ¿verdad?

Pero bueno, todo esto por lo visto importa un rábano, ya que

Por otra parte, en occidente es aceptable exigir altos niveles de evidencia para recomendar tratamientos que impliquen altos riesgos y/o altos costes, al igual que para aquellos tratamientos que se recomiendan como primera línea de tratamiento. Sin embargo, muchas veces las terapias naturales son utilizadas como segunda o tercera opción de tratamiento, o con carácter meramente complementario, por lo que los niveles actuales de evidencia pueden ser valorados como suficientes para justificar su utilización en determinadas situaciones clínicas.


Así que ya ven: nos enfrentamos a un informe que cuestiona la validez de la metodología científica en la evaluación de estos tratamientos, que no tiene reparos en considerar como una prueba de eficacia la constatación de un efecto placebo "de libro", y que por si todo esto fuera poco termina diciendo que de todos modos da igual, ya que como muchas veces se trata de tratamientos complementarios o secundarios podemos abrir la mano.

Y así, con este panorama, volvemos al titular de El País, cuya redactora parece la única que se ha molestado en leerse el informe:


A pesar de esos criterios tan laxos, a pesar de esa benevolencia, las conclusiones del informe son demoledoras. Como dice la entradilla del artículo, "solo acupuntura y masajes salen validados", y no en la misma medida: como bien cuenta Rinzewind, las evidencias sobre la eficacia de la acupuntura son de mírame y no me toques. Y las de los masajes no hacen sino confirmar lo que ya se sabía: que para algunas condiciones son eficaces y para otras no, lo que no impide que algunos aprovechados como los quiroprácticos presenten como evidencia favorable lo que en el fondo es solo un efecto secundario de sus manipulaciones vertebrales.

Quiroprácticos que, por cierto, fueron los que motivaron la pregunta del señor Anasagasti y la consiguiente respuesta de la ministra, y cuya pseudoterapia queda en el informe a la altura del betún... Pero de eso hablaremos otro día, que aún hay mucha tela que cortar.

3 comentarios:

  1. "Como ven, los autores del informe caen como pardillos en la excusa clásica de los vendedores de este tipo de terapias: si con arreglo al método científico no resultan ser eficaces, lo que hay que desechar es el método científico."

    Lo que dice el informe citado es:

    "Algunas terapias naturales como la homeopatía y la acupuntura, por su idiosincrasia, precisan de un modelo científico especial, adaptado a sus características, y que requiere nuevos procesos de validación."

    O sea no habla nada del método científico, sino de un modelo científico y procesos de validación. Obviamente modelo se refiere a la teoría subyacente.

    ¿Porqué tergiversar de esta forma?

    Por la misma razón de tratar de presentar al experimento Horizon como una prueba contundente cuando es sólo una engañifa del conocido charlatán Randi: la necesidad de "mejorar" la verdad para sostener al Establisment Científico, omo en este caso

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  2. A ver, Grr, citas el informe cuando viene a decir que como la realidad no os conviene hay que cambiar la manera de mirarla, y luego preguntas "¿por qué (se escribe así) tergiversar de esa forma?" En fin...

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  3. "citas el informe cuando viene a decir que como la realidad no os conviene"

    No, no dice eso.

    Ahí puse qué dice y qué significa.

    Si no estás de acuerdo con la interpretación, cita e interpreta con claridad.

    El pretender que simplemente las cosas son alrevés es un recurso muy usado de los seudo-escépticos que contradice sus pretendidos enfoque científico y certeza de lo que postulan.

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