Bueno, ante todo, déjenme que les felicite por su paciencia.
Decía que quienes estén siguiendo esta serie recordarán que "ayer no más decía" yo que la BCA había recomendado a sus afiliados retirar cualquier alusión a que la quiropráctica pueda tratar cinco de las siete dolencias infantiles que citaba Singh en su artículo. Y seguía diciendo que seguramente no hacía la misma recomendación para las otras dos
quizá porque la BCA considere que sí que tiene evidencias suficientes para respaldar la eficacia de la quiropráctica frente a ellas
Bueno, pues me equivocaba clamorosamente.
Pero vamos con un poco de orden. Como me señalaba Andrés Diplotti en un comentario a la entrada anterior, la revista New Scientist publica hoy una carta titulada "En defensa de la quiropráctica" y firmada nada menos que por Richard Brown, vicepresidente de la BCA.
Como quiropráctico, la verdad, no sé cómo será este buen señor. La única referencia que tengo de él es que es el quiropráctico oficial del Cheltenham Town FC, y viendo cómo va la calificación de la League One inglesa tampoco parece que eso sea una muy buena carta de presentación. Como informático, en cambio, parece ser muy bueno (o bien contrata muy buenos profesionales), porque las dos clínicas quiroprácticas en las que trabaja, Lansdown Clinic y Hardwicke & Quedgeley Chiropractic Clinic Holding han sido especialmente diligentes a la hora de borrar sus huellas tanto en el caché de Google (véase aquí y aquí), como en Wayback Machine (como pueden comprobar aquí y aquí). Ante lo cual, lamentablemente, nos quedamos con las ganas de saber lo que han ocultado, ¿no?
Pero, eso sí, como defensor de la quiropráctica no tiene precio. Porque es precisamente la argumentación que hace en su carta, y no una especie de recochineo sádico (bueno, sí, quizá también eso, vale) lo que me ha inspirado el título de esta entrada.
Analicemos la carta. Dice Brown que
Desde que la British Chiropractic Association (BCA) decidió demandar al escritor científico Simon Singh por difamación, científicos y periodistas han desatado un torrente de críticas contra la quiropráctica. Buena parte de ellas son erróneas y precisan ser corregidas.
Muchos críticos -Incluyendo a Edzard Ernst (New Scientist, 30 de mayo, p. 22) se remontan a los orígenes de la quiropráctica. Su clara intención es sugerir que los quiroprácticos modernos se aferran a la idea decimonónica de que los desajustes en la alineación espinal son responsables de la mayoría de las enfermedades. Aunque una pequeña minoría mantiene aún este punto de vista, la mayoría son conscientes de que estas afirmaciones han sido desmentidas hace ya mucho tiempo.
Paremos la cinta (y, como dice el anuncio, si usted ha entendido esta alusión debería empezar a cuidarse un poco). ¿La mayoría son conscientes de que esas afirmaciones del padre fundador (casi Mesías fundador, o al menos eso decía él) de la quiropráctica han sido desmentidas? ¿Seguro?
En una interesante entrada, el blog A canna' change the laws of physics comenta cuánto de cierto hay en esta afirmación respecto a los quiroprácticos británicos. Lo hace con estadísticas y todo. Aquí no tenemos esa suerte, pero basta un repasito por las páginas web de los quiroprácticos españoles para comprobar que, a pesar de lo que diga el Sr. Brown (con esto de la supresión de webs almacenadas en chaché no sé si debo o no llamarle "doctor"), la base de la quiropráctica sigue estando en las majaderías que se inventó David Daniel Palmer hace siglo y pico. Empezando por el equivalente español de la BCA (salvando las distancias), la Asociación Española de Quiropráctica (también pueden ver la web aquí en una copia almacenada, ya saben, por si las moscas y tal).
Según su propia página, la AEQ define la quiropráctica como
la profesión sanitaria que se ocupa del diagnóstico, tratamiento y prevención de las alteraciones del sistema músculo-esquelético, y de los efectos que producen estos desórdenes en la función del sistema nervioso y en la salud en general.
En principio la definición no parece muy anticuada. De hecho, casi parece hasta futurista si tenemos en cuenta que la legislación actualmente vigente no la incluye entre las profesiones sanitarias reconocidas. Pero dejemos esos matices para otro día. Decía que no parece muy anticuada porque no menciona la inteligencia innata, las subluxaciones y demás tonterías.
Porque lo hace aquí. Y aquí. Y , y aquí, y aquí... Vamos, para no aburrirles les diré que lo difícil es no encontrar esas alusiones.
Pero habíamos dejado al pobre Brown con la palabra en la boca. Vamos de nuevo con él. En su carta sigue diciendo que
Las afirmaciones acerca de que la quiropráctica es peligrosa pasan por alto dos investigaciones recientes. Una no encontró ninguna asociación de causa-efecto entre la manipulación quiropráctica y los derrames cerebrales. La otra llegó a la conclusión de que la incidencia de derrames cerebrales tras la quiropráctica no era mayor que tras una consulta con un médico convencional (Spine, vol 32, p. 2375 y vol 33, p. S176).
Bueno, yo ahí no me meto. Simplemente porque otros analizan la cuestión mejor que yo, están más interesados en ella e incluso, lamentablemente, en algunos casos ya no pueden interesarse.
Así que volvamos con Mr. Brown y su carta:
Nuestros críticos también cometen el error de equiparar la quiropráctica con la manipulación espinal, especialmente respecto al tratamiento de dolencias no espinales como el asma. Esto demuestra una falta de comprensión del hecho de que los quiroprácticos emplean una larga serie de tratamientos, incluyendo asesoramiento postural, asistencia y ejercicio.
Pues sí. Y también, al menos en las clínicas de Brown, otros tratamientos tan científicamente contrastados y decididamente a la última como la aromaterapia, la reflexología pedal, el masaje terapéutico, las velas auriculares... Pero de todos modos el problema aquí no es si los quiroprácticos se dedican o no exclusivamente a la manipulación de la columna vertebral: lo hagan ayudándose de otras técnicas verdaderamente científicas o decididamente charlatanescas, el caso es que lo hacen y que esa es, como hemos visto, la espina dorsal (perdón por el chiste malo) de la profesión. Para recibir un buen asesoramiento postural o que nos confeccionen una tabla de ejercicios adecuada no es preciso que acudamos a un quiropráctico: todas esas cosas y muchas más las pueden hacer, por ejemplo, los fisioterapeutas. Que además no nos van a venir con majaderías sobre el flujo de la inteligencia innata, los ajustes vertebrales y demás cháchara, lo cual es una garantía de que basan su actividad en conocimientos anatómicos y fisiológicos correctos y no en fantasías pseudocientíficas.
Pero no nos vayamos por las ramas, porque estamos llegando a la parte verdaderamente interesante de la cartita: la espectacular patada que el Sr. Brown, como vicepresidente de la BCA, se ha propinado en sus propios cataplines corporativos. Dice Brown, en un párrafo por el que sin duda estará a estas horas sumido en el llanto y el rechinar de dientes:
Ernst y otros aseguran que la quiropráctica carece de evidencias a su favor, señalando la gran escasez de ensayos controlados y aleatorizados. Pasan por alto el hecho de que muchas intervenciones médicas comúnmente aceptadas también cuentan con poca o ninguna evidencia científica a su favor.
Dejemos por alto lo dudoso de emplear el "tú también" como táctica de defensa, y veamos lo que implican el parrafito de marras: ante la afirmación de "Ernst y otros" de que la quiropráctica no cuenta con evidencias que la respalden, el ínclito Sr. Brown no sólo no la desmiente, sino que la confirma.
No me negarán que es pasmoso.
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Hala, ya nos hemos pasmado bastante. Recupérense, levántense del suelo los que se hayan caído de la silla, enderecen la columna (no sea que venga algún quiropráctico a ejercer con ustedes su "ciencia, arte y filosofía") y vuelvan a leer el párrafo.
Y ahora levántense del suelo otra vez.
Así, a bote pronto, lo primero que se nos puede ocurrir es que en cualquier actividad -y más aún en las relacionadas con la salud- lo más sensato es que si una práctica determinada no demuestra ser efectiva lo mejor es dejarla de lado y hacer otra cosa. Vamos, que atendiendo a las sabias y, estoy seguro, lamentadísimas (por él y sus colegas) palabras del Sr. Brown, lo que habría que hacer es abandonar de una vez esas intervenciones médicas dudosas, sí, pero también la quiropráctica en pleno.
Pero, además, si recordamos el origen de todo esto, la afirmación de Simon Singh respecto a que la BCA "promueve alegremente tratamientos falsos", la cosa empieza a pintar pero que muy muy oscura para la BCA. Porque, vamos, lo que viene a decir nada menos que el vicepresidente de tan autodeshonrada institución es que, en efecto, los tratamientos son falsos, al menos en el sentido de que no cuentan con suficientes evidencias científicas que los respalden.
Poniéndonos muy, pero que muy quisquillosos, tras esto la única duda que puede quedar en el aire es si el Sr. Brown y sus colegas sabían esto cuando Sing escribió su artículo o bien se ha caído ahora del guindo. Pero después de esta nueva metedura de pata, en un país con una legislación sobre difamación medianamente normal y con un sistema judicial en el que no estuvieran presentes elementos como Sir David Eady el veredicto estaría ya cantado, ¿verdad?
En fin, por no dejar al Sr. Brown colgado (y entiendan que empleo esta palabra en un sentido puramente figurado, no en el sentido real que seguro que muchos quiroprácticos querrán darle), su carta sigue diciendo que
Finalmente, el caso contra Singh ha sido reformulado por quienes le apoyan como una cuestión de libertad de expresión. No lo es. La ley sobre libelo pretende censurar (sic) la capacidad de los individuos para publicar afirmaciones falsas y difamatorias que dañen la reputación. Reprimir el debate científico sería algo claramente erróneo.
Sería muy largo entrar a comentar este párrafo, y más teniendo en cuenta que la legislación inglesa es muy distinta a la española. Pero diré un par de apuntes: a tenor de lo que los propios quiroprácticos, ahora con la BCA a la cabeza, han venido diciendo y haciendo, creo que ha quedado más que claro que las afirmaciones falsas no eran precisamente las de Singh. Y que la difamación, la publicación de algo contra "la buena opinión y fama" de alguien, queda bastante en entredicho si tenemos en cuenta que los propios quiroprácticos británicos se están encargando de demostrar que no era más que una cáscara vacía.
Brown finaliza diciendo que
Cada año cientos de miles de pacientes se benefician de la quiropráctica. Su historial de seguridad es igual o superior a la de otras profesiones sanitarias reguladas, y que se sepa en Gran Bretaña no ha habido muertes debidas a la quiropráctica. La satisfacción de los pacientes es usualmente alta, y estamos decididos a proporcionar niveles aún mejores de atención sanitaria.
Que viene a ser la habitual llamada a las masas que practican las pseudomedicinas, en plan "no tenemos pruebas de que el equilibrio energético mamario funcione, pero miles y miles de pacientes están contentísimos con él". Lo cual puede ser cierto o no tanto, pero no deja de ser una falacia como la copa de un pino. Tampoco voy, como ya he dicho, a discutir si la quiropráctica es o no segura (aunque les confieso que si la perspectiva de recibir determinados "ajustes" no me pone los pelos de punta es solo por falta de pelo, no porque la cosa no dé miedo).
En lugar de todo eso, me quedo con las últimas palabras del artículo, cuando el Sr. Brown dice que "estamos decididos a proporcionar niveles aún mejores de atención sanitaria".
Porque, ¿saben? de eso no me cabe la menor duda. En vista de lo que sabemos sobre la quiropráctica (incluyendo lo que viene a admitir Brown en su artículo), la mejor manera de "proporcionar niveles aún mejores de atención sanitaria" sería que su pseudociencia desapareciera del mapa. Y, visto lo que están haciendo en los últimos días, estoy convencido de que los quiroprácticos británicos están decididos a lograrlo.
Joooer que bueno!! :oD
ResponderEliminarNada de paciencia, esta serie de entradas quiroprácticas están muy entretenidas, yo me lo estoy pasando pipa :o)
Muchos críticos -Incluyendo a Edzard Ernst (New Scientist, 30 de mayo, p. 22) se remontan a los orígenes de la quiropráctica. Su clara intención es sugerir que los quiroprácticos modernos se aferran a la idea decimonónica de que los desajustes en la alineación espinal son responsables de la mayoría de las enfermedades. Aunque una pequeña minoría mantiene aún este punto de vista, la mayoría son conscientes de que estas afirmaciones han sido desmentidas hace ya mucho tiempo.
¿Esto significa que los quiroprácticos que hacen publicidad en favor de las prácticas modernas están utilizando información falsa a sabiendas de que es falsa? Es decir, ¿qué son conscientes de que están estafando y lo hacen adrede???
La leche, con un buen abogado a mano a este documento se le puede sacar mucho jugo :oP
Me encantan, me encantan estos artículos. Yamato, no dejes de informarnos, me tienes enganchao ;o)
Uy, el dedo se fue, dije: "¿Esto significa que los quiroprácticos que hacen publicidad en favor de las prácticas modernas están utilizando información falsa a sabiendas de que es falsa? Es decir, ¿qué son conscientes de que están estafando y lo hacen adrede???"
ResponderEliminarQuise decir: "¿Esto significa que los quiroprácticos modernos que hacen publicidad en favor de las prácticas tradicionales están utilizando información falsa a sabiendas de que es falsa? Es decir, ¿qué son conscientes de que están estafando y lo hacen adrede???"
XoD
No solo eso, Cnidus. Acusan a Singh de publicar informaciones falsas, pero ellos mismos confirman que lo que publicó Singh era cierto. Luego su acusación contra Singh es falsa.
ResponderEliminarYo diría que Singh podría demandarles por libelo X-DDDDD
Eso sería la leche :oD
ResponderEliminarAlguien debería sugerirselo, jeje.
Hola,descubrí hoy el blog,felicidades al creador.
ResponderEliminarMe he empapado lo de la quiropráctica,y aún lo estoy digeriendo.
Solamente un detalle:la idea de la foto de los niños,en la página de la asociación española,ha tenido que salir sin duda,de un publicista buenísimo;pero bueno,bueno de verdad.
Un saludo.
"Ernst y otros aseguran que la quiropráctica carece de evidencias a su favor, señalando la gran escasez de ensayos controlados y aleatorizados. Pasan por alto el hecho de que muchas intervenciones médicas comúnmente aceptadas también cuentan con poca o ninguna evidencia científica a su favor."
ResponderEliminarNo tengo tan claro que esto signifique confirmación. Creo que frente al ataque de no tener evidencias en ensayos controlados, se defiende aludiendo el mismo problema en el otro lado. De todas formas, soy de la idea de que "carecer de evidencias" por no tener ensayos clínicos, no es siempre sinónimo de "nula efectividad".
De todas formas, yo mismo llevo cuatro meses con un quiropractico por un problema de rectificación cervical. Demostrar su efectividad es tan simple como hacerse una radiografia. De momento he dejado de tener contracturas en el trapecio y disminuida la movilidad del cuello. Cuando repita las radiografias, te comentaré si ha habido mejoria (si es que las radiografias te parecen "suficiente prueba científica".
Un saludo
Por supuesto que "carecer de evidencias" no es sinónimo de "nula efectividad". Pero es que lo que ocurre en este caso concreto es que se dan ambas cosas: para alguna de las dolencias infantiles para las que la BCA recomendaba tratamientos homeopáticos no hay evidencia, es decir, no hay ensayos clínicos en absoluto o los que hay no permiten acreditarla. Y para las demás, las evidencias indican que su efectividad es nula.
ResponderEliminarPara lo que sí hay evidencia es que la quiropráctica puede aliviar algunos problemas leves de espalda. De hecho, conforme a la evidencia, su eficacia es similar a la de un masaje. Lo que ocurre es que hay tratamientos bastante más efectivos y, sobre todo, menos peligrosos.
Pues como lo prometido es deuda, te comento: mis radiografias no muestran, de momento, que la rectificación cervical haya mejorado (des de mi punto de vista pues aún no las ha visto el quiropráctico). A pesar de eso, sigo sin tener contracturas, y el dolor es un 20% de lo que era antes de las sesiones. Ahora bien, la descompensación de la cadera, que era de 11mm, esta ahora en 3mm. Por muchos antiinflamatorios o relajantes musculares de "demostrada eficacia" que tomase, o por muchos masajes que me diera (cosas que tambien he hecho en un principio), no podria estar comentando esta mejoria, por lo tanto, seguiré practicandome el harakiri.
ResponderEliminarEn otro término de cosas, comentarte que he escrito en mi blog dos post "carta a los detractores de la homeopatia", por si te interesa ver el asunto des de otro punto de vista. Y cuando escribas tu post sobre las patogenesias, estaré encantado de leerlo. Así que imformame cuando lo tengas publicado.
Un saludo
En honor a la verdad, comentarte que cometí un error de principiante al no tener en cuenta la escala de la radiografia. En realidad lo que ha habido ha sido una disminución de 3.5 mm de la descompensación de cadera. No es lo mismo que creia, pero teniendo en cuenta que con los años no hacia más que aumentar, sigue siendo una buena mejoría.
ResponderEliminarUn saludo