Pero eso no quiere decir que no haya que recortar gastos en las administraciones públicas, ni mucho menos. Lo que pasa es que las soluciones deberían ser más imaginativas. Por ejemplo, en las oposiciones. Sí, sí, las oposiciones.
No digo que las oposiciones no sean necesarias, ni mucho menos. De alguna manera hay que comprobar que los aspirantes a acceder a la función pública cumplen con los necesarios requisitos de mérito y capacidad, y guste o no el sistema de oposiciones, tampoco parece que haya muchas alternativas. Pero, por otro lado, la realización de las pruebas supone un considerable esfuerzo económico y organizativo, esfuerzo que se vería sensiblemente reducido si empleásemos algún sistema para descartar a quienes obviamente no cumplan esos requisitos de mérito y capacidad, ¿verdad?
Vale. Ahora vean esta noticia:
En honor a la verdad el titular es un tanto equívoco: el artículo no dice, como pudiera parecer, que todos o la mayoría de los opositores a profesor recurran a la homeopatía para calmar sus nervios. Lo que dice es que así lo asegura Francisco Miguel Jover Ródenas, que es "médico especialista universitario en homeopatía". Es decir, que es médico y a pesar de eso ha seguido uno de esos cursos de homeopatía que imparten muchas Universidades españolas. Para que luego digan que ya no estamos atrasados respecto al resto de Europa.
Este señor, en fin, dice que
tanto en las oposiciones como en épocas de exámenes aparecen los nervios por el miedo al fracaso o a quedarse en blanco a la hora de hacer la prueba, es algo habitual
De modo que, dice el artículo,
muchas personas se hayan interesado por este método, ya que la homeopatía ofrece un tipo de medicamento específico para controlar ese miedo, pero de una forma personalizada, ya que cada individuo es un mundo y no hay una medida estándar que se pueda aplicar a todos.
El señor Jover sigue diciendo que
los productos de homeopatía tienen varias ventajas frente al resto de fármacos porque un ansiolítico tiene un efecto sedante, pero estos no, y te permiten poder seguir estudiando sin que se presenten problemas como el sueño o la pesadez
Lo cual en cierto modo es verdad: los productos homeopáticos, desde luego, no producen ningún efecto sedante. Pero ninguno.
En fin, que el artículo no contiene ninguna novedad, aunque sí un dato curioso. Y es que según el señor Jover,
Murcia es una de las regiones donde más se utiliza al estar muy arraigada a la historia
Cosa que yo no sabía, pero que, bien mirado, tiene cierta lógica.
Dicho lo cual, volvemos a lo que les decía al principio. Lo miremos como lo miremos, recurrir a la magia no es precisamente un indicio de capacidad y mérito, y mucho menos para ser profesor. Se supone que alguien que va a dedicarse a la enseñanza debe tener un mínimo de formación y de espíritu crítico, y cualquiera de estas cosas, incluso en dosis infinitesimales, basta para darse cuenta de que la homeopatía no es más que una pseudociencia. Así que la administración competente (la autonómica) podría ahorrarse una pasta si excluyera automáticamente del examen a unos aspirantes que evidentemente no valen para el puesto.
¿Qué les parece? Razonable, ¿verdad? Lamentablemente tiene un grave inconveniente: la imposibilidad de comprobar si los opositores han tomado o no homeopatía. Como no recurramos a que el señor Jover y sus colegas identifiquen a sus
Actualizaciones a 28 de junio:
- Veo que Rinze ya había escrito sobre este tema unas horas antes, incluyendo la reflexión sobre la inutilidad de los controles antidopaje, así que dejo constancia de su prioridad a la hora de solicitar la patente del sistema ;-)
- Y me dicen que en los últimos años, y antes del tijeretazo, los funcionarios de la Administración del Estado ya habían perdido un 20 % de poder adquisitivo. La verdad es que no lo sé, pero yo tampoco pretendía establecer ningún tipo de comparación ni nada por el estilo, solo reproducir un comentario que ya he escuchado y leído varias veces, pero que no comparto en absoluto por varias razones. En primer lugar porque me parece bastante estúpido: es como si sufriéramos un incendio en nuestra casa y nos alegrásemos de que también afecte al vecino. Pero, sobre todo, por lo que se apunta en el enlace a Pensamientos JFS que incluía yo en el párrafo de marras: un recorte del poder adquisitivo de un grupo social tan numeroso como los funcionarios probablemente tendrá efectos negativos en los restantes sectores económicos, sencillamente porque al contar con menos ingresos también consumirán menos. Vamos, que quienes se alegran del recorte no se dan cuenta de que lo más probable es que también lo sufran ellos mismos. Y si no, al tiempo.
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