12 de febrero de 2010

Sí, su superstición puede servir también para una buena causa

Esta tarde hemos dedicado la edición semanal de "Ciencia Abierta", nuestro rebautizado programa de radio, a los transgénicos. Ya saben, esas cosas que, si uno hace caso a los apocalípticos ecologistas, son auténticas invenciones del mismísimo Mefistófeles con las que por lo visto nos vamos a cargar el mundo mundial y parte del extranjero. Bueno, eso salvo que en vez de propaganda prefiramos buscar información (de la de verdad) para saber realmente de qué va la cosa.

Y eso es, naturalmente, lo que hemos hecho en el programa, con la ayuda de José Miguel Mulet. Espero subir el audio de aquí a unos días.

La charla con José Miguel ha sido realmente interesante, y nos ha permitido conocer realidades tan prometedoras como el arroz dorado (aunque para otros, por supuesto bien comidos y, a juzgar por el contenido del artículo, posiblemente mejor bebidos, sea también algo salido de las calderas de Pedro Botero), la verdadera contribución al cuidado del entorno de este tipo de organismos, o incluso sus múltiples usos, muchos de ellos poco conocidos o incluso insospechados. Por ejemplo; seguro que conocen esto:



Bueno, yo tampoco, pero esto seguro que sí:



Lo que no se conoce tanto es que ambos billetes (y los de denominaciones intermedias) se elaboran con algodón en buena medida de origen transgénico.

Bien. El caso es que volvía yo del programa dándole vueltas a esto, y también a la moda de que municipios, provincias y hasta Comunidades Autónomas completas se declaren "zonas libres de transgénicos". Pueden ver de qué va eso, por ejemplo, en esta web de Ecologistas en Acción, organización que ya en otras ocasiones nos ha demostrado su rigor y fiabilidad.

Y entonces es cuando se me ha ocurrido la idea, que con gusto someto a su consideración.

Supongamos que montamos una ONG, pongamos "Escépticos sin Fronteras", que enfocase su labor humanitaria en un doble sentido. Por un lado, para que esos municipios, provincias y Comunidades puedan mantenerse realmente "libres de transgénicos" nos ofreceríamos a recoger gratuitamente todos los billetes presentes en la zona. Hasta podríamos empezar con alguna de esas vistosas ceremonias que tanto gustan a las autoridades de toda orientación, en la que simbólicamente nos hicieran entrega del contenido de sus carteras para dar ejemplo a la ciudadanía.

Y luego destinaríamos ese dinero (que por supuesto sería un buen pico) a ayudar a los más desfavorecidos. Pero a los más, más desfavorecidos de verdad. Por ejemplo, todos recordamos el terrible terremoto de Haití, pero lo que no resulta tan sabido es que entre las muchas organizaciones que han acudido en ayuda de los afectados se encuentran cosas como Homeópatas sin fronteras, Acupuntores sin fronteras y otra larga serie de entidades del mismo pelaje, que culminan nada menos que con la Iglesia de la Cienciología.

Así que nosotros financiaríamos a otras organizaciones humanitarias (pero de las auténticas) para que se ocupasen de que los así tratados recibieran a continuación medicamentos y tratamientos médicos, pero de los verdad.

Con lo cual, además, cumpliríamos un noble objetivo más: la distribución de riqueza, desde los más ricos y tontos hasta los más pobres y, encima, chuleados.

¿A que es una buena idea?


Bueno, y ahora fuera de bromas: transgénicos o no, donen lo que puedan.

9 comentarios:

  1. Quitaconio3:35

    Ummm... ¿Y para arrojar luz sobre la gripe A, lo harías con un enlace a la web de Roche?

    Si te tomas demasiado en serio el aparentar ser escéptico, puedes pecar de crédulo, solo que desde el lado contrario ;-P

    ¡Saludos!

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  2. Ah, el argumento que da por sentado que cierto punto medio difuso entre dos supuestos extremos no delimitados es la virtud...

    Pues a mí me gusta la idea. Pero me da que entonces oiremos decir, a toda velocidad, "¡noslomismo!" Ya sabes, hay transgénicos y transgénicos ;-)

    Saludos. Lola.

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  3. "¿Y para arrojar luz sobre la gripe A, lo harías con un enlace a la web de Roche?"

    En primer lugar, pues depende. Procuro juzgar la información cuando accedo a ella e intento no descartar a priori nada. ¿Tú sí te dejas llevar por prejuicios de ese tipo?

    Y en segundo lugar, la verdad, no sé a qué viene eso. ¿Es que ves algún enlace a Monsanto, por ejemplo? ¿O tienes algo que objetar a los que yo he seleccionado?

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  4. Anónimo15:18

    Asimov estuvo genial cuando describió el efecto Frankenstein en sus novelas de robots. Ahora nos muerde el trasero con los transgénicos. Es más sencillo y más cómodo tener miedo que informarse.
    Lo de los homeópatas sin fronteras tiene delito, pero los de una iglesia de Tejas (creo) que iban a Haití a 'rescatar' niños 'huérfanos' no tiene pérdida. Si no te has enterado, Friendly Atheist puso una entrada sobre el tema en su blog (no te dejo el enlace porque soy torpe de nacimiento con los códigos html).

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  5. Anónimo21:11

    Estoy de acuerdo contigo en lo que dices sobre los transgénicos, pero creo que hay otra parte del problema al que no aludes (quizás por que no era el tema de hoy) y es el poder de compañías como Monsanto para arruinar a los agricultores usando sus licencias sobre las semillas. Food Inc., el documental candidato al Oscar, trata el tema (entre otros). Creo que te gustará

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  6. Hace unos años estudié ese tema, Anónimo, y resulta que los casos que pude localizar o habían sido tremendamente exagerados o eran simplemente falsos.

    De todos modos seguiré tu consejo y procuraré ponerme al día, porque el tema merece la pena. Y no solo por los abusos de Monsanto y compañía, que sin duda los habrá, sino también por los motivos que han hecho que estas empresas hayan logrado la posición dominante que tienen en el mercado, y que seguramente resultarán bastante sorprendentes para muchos...

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  7. JM Mulet21:29

    a ver anonimo: El tema es mas complicado. Asumes que todos los transgenicos estan en manos de multinacionales, lo que es verdad solo en parte, pero la culpa es del complicadisimo proceso de autorizacion. hay transgenicos libres de patente como el arroz dorado. Luego olvidas que las semillas no transgenicas tambien se compran y las venden las mismas multinacionales. respecto al documental, no lo he visto. Pero en otro reciente se hablaba de una berengena transgenicas que estaba muy mala y la gente la compraba, cuando la realidad es que no hay ninguna berenegena transgenica en el mercado europeo.

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  8. JM Mulet21:48

    ya sabía yo que se me olvidaba algo: "el poder de compañías como Monsanto para arruinar a los agricultores usando sus licencias sobre las semillas", a ver, Monsanto querrá arruinar a la competencia (Basf, syngenta, Pioneer...), pero si arruina a los agricultores ¿Quien le comprará semillas? Sería una estrategia comercial un poco idiota.

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  9. Anónimo1:49

    Hola JM Mulet.

    Quieren arruinar a quién no usa sus semillas.

    Reconoce que tu análisis es un poco simple. Si estudias la historia económica de la Mafia verás que las familias intentan llegar a acuerdos entre ellas (lo que no impide que haya fricciones) y esquilmar a los que no forman parte de la Mafia. En mi ejemplo, puse a Monsanto (es una de las empresas que aparece en el documental que cito), lo que no quiere decir que las otras que tu citas no se beneficien de la misma situación o no usen las mismas prácticas.

    (Nota: pongo el ejemplo de la Mafia, no pq crea que Monsanto y compañía son mafiosas, sino pq es un ejemplo clásico -y extremo- de competencia por un mercado).

    Un ejemplo para ilustrar lo que te decía. Compras semillas y haces el cultivo. Las semillas que obtengas de las nuevas plantas no las puedes usar, son propiedad de Monsanto. Si tienes un campo, y el viento tras semillas de un cultivo transgénico, te pueden demandar por usar sus semillas (en EEUU, dónde la legislación les favorece).

    Estoy de acuerdo que demonizar los transgénicos es absurdo (es hacer lo que se ha hecho siempre sólo que utilizando métodos más efectivos) pero el problema no es científico, es económico y tiene que ver con las patentes y cómo se utilizan para controlar un mercado.

    En 'The Truth about the Drug Companies' puedes encontrar ejemplos similares aplicados al terreno de la medicina. Si no te valen mis ejemplos (los del documental), espero que los de Marcia Angell (dos décadas editora jefe de The New England Journal of Medecine) te sean de más utilidad.
    un saludo

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