17 de abril de 2010

El remedio homeopático de la semana (V): ¡fabrique su propio remedio homeopático!

Perdón, perdón, perdón. Ya sé que llevo bastante retraso con esto del remedio homeopático de la semana, pero últimamente hemos tenido bastantes noticias homeopáticas y pensé que lo mejor era que todos nos tomásemos un descansito. Pero ahora, aprovechando que estamos nada menos que en la Semana Mundial de la Homeopatía, vamos a resarcirnos.

Y para resarcirnos como Hahnemann manda, hablaremos hoy no de uno, ni dos, ni tres. Ni siquiera de muchos. Vamos a hablar nada menos que de todos los remedios homeopáticos. Más aún: de infinitos remedios homeopáticos. Algo que probablemente resultaría imposible si estuviésemos hablando de medicinas de verdad, pero que en el mundillo de la homeopatía es poco menos que pan comido. Bueno, lactosa comida.

Pero hagamos antes un pequeño inciso. Como es sabido, muchos remedios homeopáticos se fabrican a base de diluir una sustancia hasta tal punto que desaparece por completo en alguno de los pasos intermedios del proceso. Una dilución a 30C, por ejemplo, es algo así como el estándar homeopático, pero lo cierto es que cuando la maquinita de preparar remedios, -o el técnico que golpea los tubos de ensayo contra una Biblia encuadernada en cuero- iba por el paso de 12C a 13C desapareció hasta la última molécula de la sustancia original, y a partir de ahí solo queda excipiente y una dosis creciente de enternecedora (por lo ingenua) fe.

Suele decirse que Hahnemann postuló este disparate porque no conocìa el Número de Avogadro. Y a lo mejor hasta es cierto (al fin y al cabo, Hahnemann y Avogadro fueron contemporáneos y es posible que el alemán no llegase a conocer los trabajos del italiano. Pero lo que sí sabía Hahnemann, como cualquier persona instruida de la época, es que la materia solo puede dividirse hasta un cierto límite, y que sus remedios sobrepasaban ese límite. Decía en su Organon que

Por medio de este procedimiento mecánico, con tal de que se realice metódicamente conforme a las enseñanzas anteriores, se efectúa un cambio en la droga, que en su estado natural o crudo se manifiesta sólo como materia, a veces como sustancia no medicinal; pero por medio de la dinamización cada vez más alta, finalmente se modifica completamente hasta poseer un poder medicinal no material; semejante al espíritu, por decirlo así. Esta fuerza, por cierto, en sí misma no impresiona nuestros sentidos...

Vamos, que no es que ignorase cómo es la realidad: simplemente es que le importaba un pito en tanto en cuanto no cuadrase con sus ideas.

Puede dar la impresión de que esta concepción del medicamento como algo cuyo poder reside en su supuesto "espíritu" es, parafraseando a Zwicky, perfectamente esférica. Vamos, que es igual de estúpida se mire por donde se mire. Y lo parece porque lo es, la verdad. Pero no podemos olvidar la capacidad que tienen algunos para sacarle la punta incluso a una esfera, de modo que, ya sin más preámbulos, aquí tienen ustedes el rel="nofollow">Combo Remedy Maker.



El fundamento del Combo Remedy Maker se basa precisamente en esa naturaleza "espiritual" de los remedios homeopáticos, aunque sus fabricantes han dado el salto desde la arcaica terminología propia de los principios del Siglo XIX hasta otra mucho más moderna, por lo menos por lo menos de mediados de ese mismo Siglo XIX, así que ahora hablan de "cualidades vibracionales". Para los inventores del cachivache (y supongo que también para sus cándidos clientes) estas propiedades pueden ser copiadas y transmitidas, de modo que lo que proponen es justamente eso: si ustedes ponen unas píldoras homeopáticas en el cacito de metal de la parte superior (o unas gotitas, si el remedio es líquido, en el frasco del lateral), el aparato es capaz de captar y almacenar en memoria esas vibraciones, que de este modo pueden ser luego proyectadas en unas píldoras o una porción de excipiente líquido "en blanco".

¿Qué les parece? Absolutamente genial, ¿eh? Los fabricantes llegan a asegurar que con este método se puede obtener un remedio con exactamente las mismas propiedades terapéuticas que el original, en lo que sin duda es la más sincera e incuestionable de las afirmaciones que hacen en su web.

Pero esperen, que esto es solo el principio. Como ustedes comprenderán, si las "vibraciones" pueden ser capturadas y almacenadas en la memoria del chisme, nada impide que almacene también las de otros remedios, ¿verdad? ¡Verdad! Así que si conectan el cacharro a un PC pueden ustedes, mediante el correspondiente sofware, seleccionar las sustancias originales, la potencia del remedio, la cantidad de píldoras y hasta su color y, ¡tachaaaaan!, la máquina les "potentiza" las correspondientes pastillitas de lactosa.

¿Cómo? ¿Que les parece poco? No se preocupen, que aún hay más. No contentos con eso, los fabricantes han dotado al invento de una sorprendente habilidad más: si usted le dice (de viva voz) qué remedio quiere y en qué potencia, el chacharro se lo hace. Más aún: si usted le dice simplemente lo que le duele, el chisme le elabora el remedido homeopático más adecuado. ¿No les parece casi milagroso?

Y, para finalizar, los inventores decidieron terminar de partirse el pecho... digo, de dar el do de pecho, con una funcionalidad aún más maravillosa. ¿Que a su niño no le gustan las pastillas? ¿Que la que se queja es su tía que vive en la otra punta del barrio y no le apetece acercarse a verla porque le suelta unos rollazos sobre su infancia que tiran de espaldas? ¿Que observa que, a pesar de llevar una Power Balance en su muñeca, su político favorito sigue comportándose como un majadero, pero no tiene confianza con él (ni, ya puestos, con sus escoltas) como para acercarse y decirle que se tome unas gotitas de sus milagrosos remedios? Pues no se preocupe, que el Combo Remedy Maker tiene la solución: simplemente coloque una foto o un cabello del paciente en el aparatejo, y el Combo Remedy Maker le diagnosticará sus males, calculará las "cualidades vibracionales" adecuadas para confeccionarle el remedio y, ¡oh maravilla!, se las enviará para curarle a distancia.

Y por solo 760 dólares de nada. Una maravilla, ¿verdad?

Pero quizá lo más grandioso de este milagro de la técnica es que no contradice ni uno solo de los postulados esenciales de la homeopatía. Si lo que caracteriza a los remedios homeopáticos es que, a pesar de haber diluído las sustancias activas hasta hacerlas desaparecer, conservan su poder medicinal inmaterial (en la terminología de Hahnemann) o la "memoria" que dejaron en el agua (en los intentos de dar una apariencia moderna al disparate), es evidente que esa "memoria" puede leerse, almacenarse, replicarse y hasta transmitirse a distancia. Y si muchas veces las prescripciones homeopáticas se basan en parecidos superficiales y hasta alegóricos, ¿por qué no pueden basarse sus diagnósticos en una simple fotografía? De hecho, algunas asociaciones o escuelas homeopáticas recomiendan el uso de este tipo de chismes (o, y perdón por la disgresión, happily promote bogus remedy makers).

Y es que, como pueden ver, seguimos comprobando lo mismo: que por mucho que nos acusen a los escépticos de ridiculizar a la homeopatía, es ella la que lo hace solita y sin ayuda...

4 comentarios:

  1. Oh, qué maravillosa serie de entradas sobre homeopatía, Yam, imperdibles absolutamente. Relacionado con la tontería que has presentado, lee algo sobre la curación por Healing, a la que hice referencia en una entrada en mi blog, especialmente lo referido a la homeopatía:
    http://existenlosfantasmas.blogspot.com/2009/11/con-ustedes-peter-chappell.html

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  2. Y hay quienes toman en serio a la homeopatía, hay que ser…

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  3. Lo peor es que yo conozco personalmente una farmacéutica que se lo toma en serio y lo defiende, aunque sus argumentos son algo así (y cito textualmente): "simplemente, nadie creía a Galileo cuando afirmaba que era la tierra la que giraba alrededor del sol, y lo condenaron a muerte. Si no se puede demostrar científicamente ahora, se podrá hacer más tarde, porque yo estoy convencida de que lo que ocurre es que no tenemos los medios a nuestro alcance para poder saber cómo funciona la homeopatía. Yo sólo te digo que la he probado con un montón de pacientes, conmigo misma, con mi familia, y siempre ha funcionado. El problema es que hay que saber usarla, pero es como todas las terapias. Y tiene que ser alguien con formación sanitaria quien lo aplique. No uno que se saque de la manga que es homeópata, uno cualquiera. Y lo importante es no engañar a la gente. Contarles cómo puede funcionar, los efectos que va a tener en ellos.... dar información. Y ésa sólo al peudes dar cuando conoces en profundidad el tema y los tratamientos."

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    1. Esa farmacéutica podrá poseer un título, bien bonito y seguramente enmarcado en algún lugar de su precioso hogar, pero de científica no tiene un pelo. Gracias por el testimonio escalofriante Víctor! Saludos!!!

      Está curiosa la maquinita esta Fernado, salud!

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