17 de noviembre de 2011

La escuela magufa y, encima, peligrosa

Gracias a un comentario de José Luis Calvo a la entrada de ayer me entero de un detallito que se me había pasado por alto. José Luis cita unas frases de la descripción que la web del arquitecto hace de su singular obra:

El ladrillo ecológico BTC bioterre es el material empleado en muros y cúpulas por su alta inercia térmica y el bajo impacto medioambiental. Los grosores en muros alternan los 15 cm interiores con los 30cm en exterior ampliando a 45cm en la fachada norte que limita con la ruidosa calle principal. 

A lo que podríamos añadir esta otra frase, tomada de la misma fuente:

El diseño bioclimático empleado combina la estructura tradicional de muros de carga... 

En definitiva: la estructura del edificio está realizada con esos curiosos ladrillos ecológicos. Ahora veamos lo que dice el propio fabricante de los mismos, en el enlace (pdf) también facilitado por José Luis Calvo:




La variabilidad del material tradicional tierra comporta una desviación estandard alta, en los resultados de resistencia mecánica.
El material en este momento pertenece a las tecnologías tradicionales mejoradas sin proceso de homologación oficial, por lo cual las OCT emiten reservas como material estructural. Su uso estructural ira bajo responsabilidad de la dirección facultativa, emitiendo un informe justificativo e incluiendo el material dentro del programa de control de calidad, y efectuando los testimonios y pruebas de laboratorio pertinentes.

De hecho, si leen el documento entero probablemente lleguen a la conclusión de que el bloque es muy ecológico y todo eso, pero como material de construcción es poco menos que una birria.

Y, la verdad, aunque quisíeramos creer que el arquitecto advirtió en su día al titular de la obra (el ayuntamiento de Santa Eulalia de Ronçana) de la fragilidad del material empleado y asumió expresamente la responsabilidad por su empleo, como indica el fabricante, el asunto sigue sin dejarnos tranquilos. Porque, vamos, a ver, ¿qué clase de informe justificativo presentaría? ¿Una certificación de que según el péndulo el material resistirá sin problemas? ¿Un estudio acerca de cómo se logró la "cristalización sensible" de los ladrillos mediante la proyección de buenas intenciones y pensamientos de buen rollo?

Y es que, aunque habrá quien piense que para endurecer los ladrillos habrá bastado eso de aplicar

una dilución homeopática de cuarzo rosa y flores de Bach en todos los bloques.

para mí que un edificio construido así constituye una amenaza para los alumnos de la guardería.

Lo cual, por cierto, nos lleva a otra conclusión: por lo visto eso de amenazar a los alumnos tampoco es ninguna novedad en el señor Barbeta, ¿verdad?

13 comentarios:

  1. El adobe (y pese al rimbombante nombre de ladrillo ecológico esto es algo parecido) tenía una gran tradición en mi tierra y, pese a ello, fue abandonado como material constructivo hace muchos, muchos años porque es muy frágil (en cuanto ganas altura tienes que aumentar el grosor de los muros hasta extremos ridículos) y, en especial, porque soporta muy mal la lluvia. De ahí mi sorpresa al ver que se empleaba no para tabicar sino para realizar los muros de carga y en especial la fachada norte. Eso va a obligar a obras continuas para reponer el revestimiento externo, a tener muchísimo cuidado con las fugas de agua de cualquier tipo... y, en cualquier caso, me gustaría ver cómo están esos muros dentro de, por ejemplo, 25 años. Todavía no doy crédito a este asunto. Me parece increíble.

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  2. De hecho la ficha del producto dice también que

    "- El bioterre serà tratado con una mano de aceite de linaza y/o silicato potásico líquido
    neutro, bajo la supervisión técnica de la dirección facultativa, para aumentar la dureza
    superficial y la capacidad de absorción de agua.
    - No ser usado en lugares con fuerte exposición al agua , hielo y viento. Atención a su uso
    en las primeras hiladas o esquinas.
    - Se aconseja que quede bien protegido por aleros de cubierta de unos setenta centímetros."

    Por lo que se ve en las fotos la segunda y la tercera recomendaciones no se cumplen, y la primera, en vista del acabado mate de las paredes, probablemente tampoco.

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  3. Al leer este artículo se me rompe un poquito el corazón. Por una parte, me dan ganas de empezar a echar sapos y culebras, por la chorrada del ladrillo ecológico, las flores de Bach, la dilución homeopática y similares. Conste que soy profesional de la construcción, y en particular de las estructuras; estoy acostumbrado a sobrellevar la lengua meliflua de los arquitectos, pero esto excede todos los límites. Quede claro que a mi juicio quien haya pagado por esto está tirando su dinero (porque probablemente se cobrará una prima brutal por todas las propiedades esotéricas que se le atribuyen) y además está contribuyendo al crecimiento de la estupidez global de la humanidad. Solo por eso, si tuviera que tomar una decisión, vetaría cualquier proyecto en el que se prescribiera el uso de este capricho de la nueva era.

    Ahora que ya he hecho patente mi desprecio por la idea general, por una vez tengo que presentar objeciones al artículo, en el que los aspectos de seguridad estructural se tratan de una forma excesivamente superficial.

    Los famosos ladrillos "bioterre" son una versión de los bloques de tierra comprimida ("Compressed Earth Blocks", para los fanáticos de Google). Es un material de construcción barato, apto para pequeña edificación, y sobradamente conocidos. Una búsqueda "a lo bruto" en Compendex (una de mis bases de datos favoritas para revistas científicas en disciplinas técnicas) revela 163 referencias sólo entre los años 2000 y 2011. No puedo estar más de acuerdo con José Luis Calvo, cuando describe los ladrillos como "adobe con ínfulas". Aunque técnicamente, y por aludir a la denominación internacional, se trata de "CEB con ínfulas".

    Quiero arrojar luz sobre los conceptos técnicos que se manejan en el artículo. Voy por partes.
    - En primer lugar, la resistencia mecánica. Para los entendidos, supongamos de momento que estamos hablando de resistencia característica en todos los casos; ya explicaré algo sobre esto más abajo. La ficha presenta una resistencia a compresión de 71.8 kp/cm2. Esto es un valor bajo si se compara con la resistencia característica más baja que se emplea en la fábrica normalizada (volveré sobre este concepto), que es de 100 kp/cm2. En un muro de carga de un edificio de una planta, que trabaja fundamentalmente a compresión vertical, esto sólo quiere decir que habría que hacer los muros 100/71.8 = 1.39 veces más gruesos. Y por lo tanto, más caros. Problema del que tiene que pagar el edificio, no necesariamente del usuario. Es más: 71.8 kp/cm2 no está nada mal, cuando los CEB típicament presentan entre 20 y 30 kp/cm2 (Morel et al., Construction and Building Materials, v 21, n 2, p 303-309, February 2007).

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  4. - En segundo lugar, la variabilidad. Esto sí puede ser un problema, pero es atacable estadísticamente. Cuando uno habla de la resistencia de un material de construcción, el concepto más empleado es la resistencia característica, no la resistencia media. La resistencia se obtiene mediante ensayos. La resistencia media sería, obviamente, el valor medio de los ensayos realizados. La resistencia característica, que es el valor del que partimos en realidad en los proyectos, es el valor superado por el 95% de los ensayos. Cuando se dice que un hormigón HA-25 tiene una resistencia característica de 25 MPa (250 kp/cm2, aproximadamente), quiere decir que en término medio, de cada 20 ensayos, UNO dará un valor inferior a 250 kp/cm2 (probablemente por poco). Para no quedar en condiciones de inseguridad, la resistencia característica se divide a su vez por un coeficiente de seguridad. En hormigón, que es un material de construcción con variabilidad alta, es normalmente 1.50; en el acero, que es un producto industrial más controlado, suele ser sólo 1.15. Nuestro hormigón de resistencia característica de 250 kp/cm2 se ve así castigado, el pobre, a ser considerado en el cálculo con sólo 250/1.50 = 166.7 kp/cm2. Por lo tanto, la mayor crítica que desde este punto de vista se le puede hacer al PDF con los datos técnicos es que no deja claro si los famosos 71.8 kp/cm2 es una resistencia media o característica, ni cuál es la dispersión de los resultados mecánicos.
    - Tercero, quiero suponer que la OCT (Organismo de Control Técnico), encargada de extender los seguros sin los cuales no se da licencia al edificio, nunca autorizaría el uso del material si no estuviera suficientemente documentado (incluyendo caracterización correcta del material), y tras una revisión concienzuda del proyecto (incluyendo coeficientes de seguridad). Hay que recordar que las OCTs son compañías de seguros, y no precisamente hermanitas de la caridad. Lo sé entre otras cosas porque una de mis líneas de trabajo son los materiales compuestos aplicados a la construcción, que al igual que estos (puagh) "bioladrillos", no son materiales normalizados, y he visto cómo técnicos indocumentados, analfabetos funcionales OCTs echan para atrás soluciones técnicamente válidas (y elegantísimas, por cierto) por el famoso "principio de cautela". Dicho esto, lo que dice el arquitecto ("Su uso estructural ira bajo responsabilidad de la dirección facultativa, emitiendo un informe justificativo e incluiendo el material dentro del programa de control de calidad, y efectuando los testimonios y pruebas de laboratorio pertinentes") es la vía que tenemos los investigadores responsables de probar nuevos materiales, y está bien que quede abierta. Las normas llevan, según el ámbito (y más en la construcción, que es uno muy tradicionalista y conservador por sus implicaciones en seguridad) unos 20-30 años de retraso sobre soluciones que sabemos que son válidas en el campo.

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  5. - Cuarto, la fragilidad. En materiales, "frágil" no quiere decir que se rompa mirándolo, quiere decir que sostiene poca deformación (no poca carga) antes de rotura; un material puede ser frágil y muy resistente a la vez, como la fibra de carbono. En este caso, se alude a la fragilidad por el manejo y acopio del material. Nuestros ladrillos de toda la vida se rompen al caer. La losa alveolar pretensada, un material muy empleado en forjados (suelos) de edificación, es estructuralmente muy potente, pero se desconcha con facilidad frente a impactos. En este caso, como bien describe la ficha, los bordes tienden a desconcharse. Sólo es un problema estético, ya que después se ligan entre sí con mortero.

    Vaya rollo ¿verdad?. Pero en fin, para una vez que hablamos de construcción, me tenía que desahogar. Quiero pedir perdón por la cantidad de aspectos que se pueden matizar, y ante los que cualquiera con algo de conocimiento de la materia podrá presentar objeciones.

    Intereses declarados: ninguno, excepto un profundo interés por que este producto no se comercialice más bajo esta descripción. Y que torturen al arquitecto a pellizcos, como decía mi abuelo.

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  6. Muchísimas gracias, Manuel, ha sido muy ilustrativo.

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  7. Me gustaría decir "encantado" pero no lo estoy. Si me he extendido tanto es para justificar por qué me veo en la desagradable posición de tener que defender a Barbeta, aunque sea en una cosa puntual y puramente técnica.

    Me consuelo pensando en lo que se tienen que haber reído los de la obra. Normalmente, los que se dedican a esto es gente muy pragmática y poco amiga de "cristalizaciones sensibles".

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  8. Manuel F. Herrador: ¿Cuál es el comportamiento de estos ladrillos ante una elevada pluviometría y ante fuertes contrates de temperatura?

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  9. Jose Luis: la respuesta breve es que parece que no muy mal. Ten en cuenta que son bloques estabilizados con cemento y cal, no sólo tierra comprimida. En realidad, no sería "CEB", sino "CSEB".

    En la "web" en general, no hay quien filtre la documentación decente: hay tantas páginas de fanáticos ecologistas que los defienden como método de construcción sostenible, que enmascaran cualquier información técnica fiable.

    Conste que yo soy de hormigón, ¿eh? De todos modos, prometo echar un vistazo a ver si encuentro algo fiable. Además, tengo compañeros que se dedican a temas de construcción sostenible sin supercherías; ya les preguntaré su opinión.

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  10. Pues ya encontré algo interesante. La tesis doctoral de Barbeta es sobre la industrialización de los bloques de tierra estabilizada. Está fatal escrita y editada, pero aparte de eso, en principio no tendría por qué haber nada que objetar a la parte técnica.
    Luego se pone a hablar de bioarquitectura y otros animales... Tiene que haber sido una defensa curiosa.
    http://www.tdx.cat/handle/10803/6106

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  11. Manuel F. Herrador: Pues de una tesis que afirma que está demostrada la relación entre los campos electromagnéticos, la leucemia y los tumores cerebrales y que habla de los problemas de salud que crea la alteración del campo magnético terrestres yo pongo en duda absolutamente todo ;-)
    http://www.tdx.cat/bitstream/handle/10803/6106/03TESI2.pdf?sequence=3
    (Páginas 8 y 9)
    En serio ya, en esa misma tesis: "Y finalmente cabe destacar la bajísima estabilidad ante el agua de las Montmorillonitas en cualquiera de los sistemas de estabilización empleados."
    http://www.tdx.cat/bitstream/handle/10803/6106/01PRESENTACIO.pdf?sequence=1
    (Pág. 27)
    y
    "Ficha técnica bloque BTC bioterre"
    "Motmorillonita 18,2%"
    (Pág. 43)

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  12. José Luis, no sé si perteneces al ámbito universitario, pero en las tesis se ve de todo. Ahora voy a elucubrar, inventándome un escenario plausible: el director le comenta en privado al tribunal, cuyos miembros son conocidos (o incluso allegados) suyos, "oye, que sepáis que los contenidos técnicos son correctos, pero este es un pirado, dadle un poco de cuerda que me viene bien otra tesis para el currículum". Y aquí paz y después gloria. Insisto, esto es un escenario completamente ficticio, y no conozco ni al director ni a los miembros del tribunal, pero es algo que en ciertas circunstancias puede pasar.
    Y en cuanto a las montmorillonitas... jejeje, estás escudriñando el texto con ganas. Un comentario a vuelapluma y sin haber leído la tesis dichosa: la montmorillonita por sí sola es un mineral muy simpático, con propiedades tixotrópicas y tendencia a la expansión en presencia de agua. Probablemente, por eso no consiguen estabilizarla. Eso sí, si se mezcla con otros materiales, la historia cambia. Puede incluso que la tendencia a la expansión compense la tendencia a la retracción (contracción) de otros materiales, como el cemento. El dato que das del 18.2% de montmorillonita, por sí solo, es muy poco indicativo.
    Esto es sólo una invitación a estudiar el tema con más detalle, si quieres apoyar tus dudas con datos cuantitativos. Yo, por mi parte, no pienso estudiar el asunto con más cuidado, porque parece que estoy defendiendo a este tipo y creo que no lo merece.

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  13. Manuel F. Herrador: No es el que el dato sea poco o muy indicativo. Lo que me parece indicativo suficiente son las recomendaciones que da el propio fabricante (¿serán idiotas y tirarán piedras contra su propio tejado?) de que no se empleen estos ladrillos ecológicos sin revestimiento adecuado en zonas que estén sometidas a fuerte exposición de agua.
    Sencillamente, esos datos tomados de la tesis del arquitecto me parece que explican el porqué de esa recomendación. Alto porcentaje de montmorillonita en la composición de sus ladrillos y mal comportamiento de la montmorillonita ante el agua. Sea por eso o por cualquier otra causa, lo que tengo claro es que esos ladrillos son problemáticos ante los aguaceros porque sólo así se entiende la recomendación del propio fabricante. Sencilamente en el mundo empresarial si alguien hace una recomendación de ese tipo más te vale hacer caso ;-)

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