25 de abril de 2011

El Correo y la sábana

Resulta bastante lamentable que un medio de comunicación serio ceda espacio a la superstición. Y en el caso del artículo que ha publicado El Correo sobre la sábana de Turín ni siquiera puede considerarse como atenuante el hecho de que se hayan podido contagiar de la actitud de algún otro diario de su grupo: no tenían más que haber echado un vistazo en su propia casa para darse cuenta de las tonterías que han publicado.


Pero, en fin, por si no se les ha ocurrido consultar Magonia, he enviado a la correspondiente dirección de correo electrónico esta modesta cartita. Que la disfruten (o no, claro):


Tiene razón José Agustín Arregui, en su artículo "ciencia y sábana santa", cuando dice que las palabras de Willard Libby, descubridor de la datación mediante Carbono 14, en las que pone en duda la aplicación del método sobre la sábana de Turín son "contundentes". Lo malo es que también son falsas: el doctor Libby no dijo jamás eso, entre otras cosas porque murió ocho años antes de la datación de la sábana.
Lo que ocurre es que invenciones como la de la falsa frase de Libby no son algo anecdótico, sino la norma general entre los "sindonólogos", y el artículo del señor Arregui es una buena muestra de ello: en realidad ni la NASA investigó jamás la sábana de Turín, ni ningún especialista en radiocarbono ha puesto jamás en duda las dataciones efectuadas independientemente por tres laboratorios y sobre siete muestras distintas (y que, por cierto, concuerdan perfectamente con el documento más antiguo que menciona a la sábana, una carta en la que el obispo de Troyes denuncia ante el papa que el abad de Lirey encargó a un artista que la confeccionara para atraer las donaciones de los peregrinos, o con la trama del tejido, que empieza a utilizarse en la Edad Media), ni hay la menor evidencia acerca de radiaciones o imágenes misteriosas. De hecho, la sábana ha sido fielmente reproducida empleando materiales, técnicas y pigmentos medievales, entre ellos el "rojo de rubia" que Walter McCrone identificó en la sábana y que los sindonólogos, a pesar de la evidencia científica (la de verdad), se empeñan en mostrarnos como sangre.
La supuesta perfección anatómica de la imagen de la sábana es un bulo: hay errores de proporción, los pies están en distinta posición en las imágenes frontal y posterior, y el artista dejó tan poco espacio entre ellas que resulta imposible que haya contenido ningún cuerpo, vivo o muerto. El "descubrimiento" de las monedas en los ojos de la imagen que proclamó en su día el padre Filas fue tomado a rechifla incluso entre muchos sindonólogos, y más cuando el sacerdote transcribió la supuesta inscripción de las monedas cometiendo unas cuantas faltas de ortografía. Y las detalladas descripciones de los suplicios del "hombre de la sábana" deben más a la imaginación (a veces exageradamente morbosa) de los creyentes en su autenticidad que a lo que se puede deducir de una pintura que no hace más que reflejar fielmente la iconografía sagrada de la época. 
La sábana de Turín es un objeto interesante y curioso, una espléndida muestra del ingenio y la picaresca medievales. Lo malo es que también es un ejemplo de los extremos a los que llega la fe ciega de quienes quieren creer a toda costa, aunque esto suponga inventarse pruebas falsas y cerrar los ojos ante las evidencias reales. A eso es a lo que contribuyen artículos como el del señor Arregui, y es una pena que un medio tan serio y riguroso como El Correo se preste a ello.

16 de abril de 2011

La procesión atea (I)

Una de las costumbres, no sé si buena o mala, que he adquirido por eso de la deformación profesional, es no hablar de una resolución administrativa o judicial hasta haberla leído. Y eso que a veces no es fácil interpretarlas: por ejemplo, a ver quién es el guapo que a la vista de esta Sentencia del Tribunal Supremo sabe que "D. Justino" es Javier Cavanilles y "D. Estanislao" no es otro que nuestro viejo amigo Pedro Amorós... (bueno, sí, reconozco que en vista del nuevo varapalo judicial que le dan a "D. Estanislao" es fácil deducir su identidad, pero de alguna manera tenía que hacer referencia al tema, ¿no?).

Así que, en el caso de la prohibición de la "procesión atea" prevista para el próximo Jueves Santo en Madrid, lo suyo sería esperar a contar con la resolución de la Delegación del Gobierno para poder analizarla con rigor. Lamentablemente, a estas alturas parece que ningún medio la ha publicado (y si lo ha hecho, yo no he sido capaz de localizarla), así que el análisis detallado se quedará para otro día. Pero, mientras tanto, la nota de prensa de la Delegación (que está en formato .doc aquí, gracias al Diario Público) nos permite ir abriendo boca.

Y no cerrarla por el pasmo.

Dice la nota que la decisión se ha tomado "en estricto cumplimiento de la legalidad", lo cual estaría muy bien si fuese realmente cierto. Pero personalmente tengo mis dudas. Por ejemplo, entre los argumentos que desgrana la nota como justificativos de su decisión nos dice que se han tenido en cuenta los informes emitidos acerca de


  • El lugar por el que pretenden los convocantes desarrollar la manifestación, curiosamente, presenta nombres relacionados con la simbología católica.
  • El día elegido, Jueves Santo.
  • La hora prevista que coincide con el comienzo de las procesiones católicas.
  • Coincidencia en el espacio público (lugar) con procesiones católicas cuyos recorridos ya son conocidos desde hace años.
Vale. ¿Y qué? Como dice una de las organizaciones convocantes, la Asamblea Vecinal La Playa de Lavapiés,

Respecto a las acusaciones que estamos recibiendo de provocadores por hacer esta manifestación el día 21, no pueden pretender que esa semana represente y sea solamente día de celebración para los católicos, y no para el resto de ciudadanos.

La idea de que haya que prohibir un acto de difusión del ideario ateo (como lo califica la nota de la Asamblea) simplemente porque en las inmediaciones se celebran actos católicos ese día y a esa hora es, me parece a mí, insostenible en un Estado democrático. Se supone que existe libertad de creencias (y de descreencias) y libertad para manifestarlas, y esa libertad no debería depender de que los miembros de una determinada confesión religiosa celebren también sus actos por allí, o que al Ayuntamiento se le haya ocurrido ponerle a las calles nombres de santos.

Dice también la nota que la decisión se basa en que

  • La manifestación, en cualquiera de sus recorridos, discurre por una zona donde se encuentran múltiples parroquias. 

Lo cual no es ni siquiera un argumento: es una estupidez. Como todos sabemos, en determinados barrios es difícil dar dos pasos sin encontrarse con una parroquia, una capilla o un lugar de culto, pero salvo en una teocracia de corte medieval esto no implica nada de cara a la prohibición de un acto de este tipo. Las parroquias están en esas calles, pero esas calles no son de las parroquias.

Claro que, para estupideces, la palma se la llevan estas dos:

  • Gran afluencia de público y la necesaria protección de la imagen turística de la ciudad de Madrid.
  • El lugar de celebración de la convocatoria constituye un enclave de alto valor patrimonial histórico artístico. 

Ignoro cómo se vería afectada la imagen turística de la ciudad de Madrid por la "procesión atea" (aunque según parece a la de León no le va del todo mal con su Entierro de Genarín). Es más: sospecho que los redactores de la desdichada nota tampoco tienen ni la más remota idea. Pero, en cualquier caso, parece que lo que no se ha tenido en cuenta es la repercusión que la prohibición de un acto de este tipo puede tener sobre esa imagen turística de Madrid como ciudad tolerante y abierta a todos.

Y en cuanto al alto valor patrimonial histórico artístico... ¿qué pasa? ¿Que los ateos son tan feos que lo van a devaluar?

Dice también la nota que se ha tenido en cuenta que

  • Por último, existe una apreciación unívoca por parte de todas las Administraciones que han tenido conocimiento de esta convocatoria, coincidiendo en que no debe llevarse a cabo la Delegación de Gobierno, la Jefatura Superior de Policía, el Ayuntamiento de Madrid y la Abogacía del Estado.

Lo cual, francamente, es no decir nada. La "apreciación unívoca" puede deberse a razones incontestables o a sonoras memeces (y de estas últimas hemos podido leer y escuchar estos días unas cuantas, a veces en boca de los responsables de alguna de esas instituciones), pero mientras no las conozcamos reseñar la "apreciación unívoca" de estos informes no deja de ser una apelación falaz al argumento de autoridad.

De modo que de las once "razones" esgrimidas por la Delegación del Gobierno, las únicas con un poco de enjundia son las tres restantes. Vamos con ellas.

Según la nota, la decisión ha sido tomada teniendo en cuenta


  • La convocatoria,carteles anunciadores, declaraciones de los organizadores en medios de comunicación.
  • La denominación que los convocantes han asignado a las imágenes (pasos) que discurrirían por la manifestación.

Vale, ahí sí que tienen un buen punto. Desde la distancia tengo la impresión de que esto de la "procesión atea" nació como una idea más o menos simpática pero muy mal organizada, hasta el punto de que se han subido al carro verdaderos impresentables que, con sus declaraciones, han sido en parte responsables de la prohibición. Y con sus panfletos, claro:


Sin embargo, estos árboles no deberían impedirnos ver el bosque. Que el portavoz de una de las asociaciones convocantes se deje las neuronas en casa y alabe la quema de iglesias de 1936 (motivo por el cual, por cierto, ha sido excluida de la convocatoria) o que quien sea (porque realmente no se sabe quién ha sido) edite unos carteles haciendo mofa de los pasos procesionales son hechos que no convierten el acto ni en ilegal ni en delictivo. Nadie en su sano juicio puede creer que durante el acto se pretendiera quemar algún templo, y los pasos de la Cofradía de la Virgen del Mismísimo Coño y todo eso sólo existen, que sepamos, en los dichosos cartelitos. Y la libertad de expresión, de reunión y de manifestación son cosas muy serias como para restringirlas por las palabras de un descerebrado o las gracietas de un bromista.

Y es que en realidad el problema es otro. Como todos sabemos, hay gente que lleva muy mal eso de que le roben el muñeco de nieve, y de hecho el punto más razonable de toda la nota de la Delegación del Gobierno es aquel que habla de

  • Contra-manifestaciones y presencia de grupos antagónicos y radicales que están citándose para acudir a estos actos.

Que sí, es posible. Si esto de la Semana Santa puede llegar a provocar que algunos cofrades se peleen entre ellos, ¿qué no podría pasar cuando se trata de plantar cara a unos malvados ateos? Al fin y al cabo, diversos medios llevan azuzando a sus feligreses (nunca mejor dicho) desde que se conoció la intención de celebrar el acto.

De modo que es razonable... pero no legítimo, claro. No parece de recibo que la Delegación del Gobierno prohíba a los ateos manifestarse por si llega alguien y se lía a palos con ellos; más bien lo que tendría que hacer es adoptar las medidas necesarias para salvaguardar su libertad de expresión y, además, su integridad física.

Pero, claro, es mucho más fácil prohibir el acto y esperar a ver si los convocantes acuden a los Tribunales y si éstos les dan la razón. Al fin y al cabo, para entonces ya habrá pasado la Semana Santa y, con ella, el problema. ¿Verdad?


Y otro día (bueno, otros días, porque la cosa da para un par de entradas) hablaremos de las cosas que han ido soltando por esa boquita los políticos acerca del acto. O de esas asociaciones que, con un criterio jurídico más propio de un Bruno Cardeñosa cualquiera que de unos auténticos juristas, por muy cristianos que sean, se han querellado contra los convocantes incluso por un delito de genocidio (sí, en serio). Mientras tanto, tengamos la fiesta en paz. Si nos dejan, claro.

7 de abril de 2011

La Sábana Santa y el Mandylión: una cuestión de jeta


En estas fechas en las que, como todos los años, nos encontramos en plena campaña de narración de cuentos celebración de conferencias sobre la Sábana Santa de Turín, llama la atención que no nos hayamos topado aún con alguna nota de prensa en la que, también como todos los años, los sindonólogos nos narren algún nuevo y escalofriante descubrimiento sobre la "síndone". Descubrimiento que, por cierto, también suele ser el mismo todos los años.

Así que, para paliar este problema, les vamos a ofrecer una noticia que, si bien no supone ningún nuevo descubrimiento (bueno, tampoco las que ellos duelen dar, en realidad), sí que resulta una interesante novedad en esto del sabanismo.

Pero antes les pongo en antecedentes. Como probablemente sepan ya, la primera noticia histórica sobre la Sábana Santa de Turín está contenida en el llamado "Memorial de d'Arcis", que es este que tienen reproducido aquí al lado (y aquí en mucha mejor resolución) mediante el cual Pierre d'Arcis, obispo de Troyes, formuló hacia 1389 una denuncia ante el Papa (Clemente VII de Aviñón) contra el deán de la Colegiata de Lirey. El obispo contaba que el deán de Lirey había conseguido un lienzo en el que estaba pintada la figura de un hombre de frente y de espaldas, y aseguraba que se trataba del sudario de Jesús. Al exhibirlo, además, unos individuos a sueldo del deán fingían curaciones milagrosas, con el fin de lograr las donaciones económicas de los incautos peregrinos. El obispo contaba igualmente que el engaño se había producido por primera vez treinta y cuatro años antes, en la época de su antecesor en el cargo Henri de Poitiers, quien logró capturar al artista que creó el lienzo y prohibió su exhibición.