Pero quizá no sea así, y después de todo también tenga que ver algo con esto de los tiros en el pie. Veamos lo que nos cuenta xalarcon001.
Para empezar, y a modo de introducción, dice que
Llevo unos días leyendo distintos blogs donde se critica la homeopatía por personas que en su inmensa mayoría desconocen cuales son los postulados de la misma, que ni la han estudiado, ni la han experimentado.
Lo cual, desde luego, es mucho decir; salvo que expresamente lo aclare, el que un "bloguero" haya o no estudiado homeopatía, esté o no al tanto de sus postulados o la haya experimentado en carne propia, ajena o ni una ni otra, no deja de ser una mera suposición. Y aunque en determinadas circunstancias puede ser legítimo hacer suposiciones (por ejemplo, como veremos, el contenido de las cartas de xalarcon001 hace razonable suponer que desconoce por completo bastantes de los conceptos que maneja), conviene basarse mejor en lo que sabemos con seguridad.
Como también conviene basarse en datos conocidos a la hora de afirmar cosas como que
aquí estoy, defendiendo lo que creo que es un sistema terapéutico tan efectivo, que es una amenaza para la medicina convencional. Y ahí es donde radica el problema, santo dinero.
porque claro, si lo de antes no era decir mucho, esto es decir demasiado, y aquí la suposición roza la insidia. Y, además, una insidia que puede venir con rebote. Porque si xalarcon001 está dispuesto a sugerir que los críticos de la homeopatía nos movemos por dinero, santo o sin santificar, ¿qué no diría de una poderosa industria, farmacéutica por más señas, que presentase unos resultados económicos tales como estos?
En fin, que más vale que demos la acusación implícita por no puesta. Y en cuanto a la objeción frente a quienes desconocen los postulados de la homeopatía, no la han estudiado ni la han experimentado, quizá a xalarcon001 le resultase más gratificante leer algo así como
Hace muchos años trabajé como homeópata, y por tanto entiendo los conceptos de la homeopatía (es decir, lo similar cura lo similar y la dilución incrementa la efectividad).
¿Más satisfecho? Seguro que sí, ¿verdad? De todos modos aclaro: no lo he escrito yo; me he limitado a traducir (creo que sin traicionar) el texto de alguien a quien de momento, para evitar confusiones, llamaremos "señor E".
Hecha su declaración de intenciones, xalarcon001 pasa directamente al ataque y se enfrenta a lo que según él son los tres "frentes de ataque" que los "detractores" usamos frente a la homeopatía, a saber:
ausencia de estudios que demuestren su efectividad, ausencia de conocimientos sobre su mecanismo de acción, y finalmente, aludiendo que su acción solo puede explicarse por el efecto placebo.
Y aunque sigue diciendo que
Me gustaría rebatir estos puntos uno por uno
Evidentemente no lo logra. Veamos por qué.
1.-Ausencia de estudios que demuestren su efectividad:
De entrada esto no es cierto porque "haberlos, hailos".
¡Bien! Veámoslos.
La verdad no tengo ni tiempo ni ganas de rebuscar por internet
¡Ooooh!
Bueno, pero no se apuren. No tiene tiempo de rebuscar
entre otras cosas, porque aunque os diera la referencia de estos estudios (por cierto mencioné uno en mi post "bronquitis aguda") no serviría de mucho. Me explico: los detractores de la homeopatía se apresurarían en buscar defectos de forma para anular la validez de esos estudios. Entre los motivos para invalidar un estudio podríamos encontrar: muestra pequeña de pacientes, defectos de forma en el formulario de preguntas al paciente, seguimiento corto, subvencionado por el propio laboratorio que fabrica el producto, no publicado en revista de prestigio... Estamos de acuerdo en que si existen estos defectos, podemos invalidar un trabajo. Lo curioso, es que esos mismos defectos de forma, no sirvan para invalidar los suyos.
Sí, curioso sí es. Lo que no es es cierto. Basta con darse un paseíto por la Colaboración Cochrane para comprobar que los mismos defectos que pueden invalidar un estudio sobre homeopatía hacen igualmente inválido uno sobre medicina científica. El hecho de que estos defectos abunden más en los estudios sobre homeopatía (o, ya puestos, sobre cualquier otra pseudoterapia) no es culpa de quienes revisan esos estudios, sino de quienes los llevan a cabo.
Algo que, por cierto, acaba de reconocer nada menos que Paul Bennet, director de la cadena de farmacias y parafarmacias británicas Boots, como cuenta Luis Alfonso Gámez en Magonia. Sólo que Luis Alfonso, por una vez, se queda corto: el Sr. Bennet (cuyo momento de gloria es este de aquí)
no se limita a decir que no tiene pruebas de que los productos homeopáticos funcionen, sino que llega a afirmar que su empresa ha buscado esas evidencias con toda dedicación y no las ha encontrado. Lo pueden ver/disfrutar/padecer ustedes mismos pinchando aquí y teniendo la paciencia de aguantar hasta el minuto 1 y 29 segundos (ya ven que les pido poco) o saltando al 46,25.
El segundo gran enemigo contra el que arremete xalarcon001 es la
2.-Ausencia de conocimientos sobre su mecanismo de acción
Respecto a la cual dice que
Este motivo es el que me parece más esotérico. Se lo inventan ellos como si fuera causa cierta de invalidez para demostrar la efectividad del producto homeopático. El estudio científico lo que tiene que demostrar es la reproducción de un suceso a unas condiciones determinadas. En este caso, tiene que demostrar que el remedio homeopático ejerce una actividad curativa sobre un proceso morboso. No necesito demostrar el mecanismo íntimo de acción, sinó que se da dicha acción.
Hombre, pues digo yo que de esotérico no tiene nada. No estamos hablando de un fenómeno recién descubierto, sino de una disciplina supuestamente médica que lleva un par de siglos practicándose por todo el mundo (y, como hemos visto, generando unos sustanciosos beneficios económicos). Digo yo que habrá habido tiempo para apuntar alguna explicación...
...y digo bien, porque las hay. Lo que pasa es que pertenecen al género fantástico, me temo. El propio xalarcon001 nos obsequia con una de ellas en su segunda carta cuando nos dice que
vamos a discutir sobre lo que pasa con las diluciones por debajo del número de Avogadro. Aquellas que aún conservan moléculas en su interior, y por lo tanto, desde el punto de vista de interacción bioquimica, es posible darse una acción.
Lo cual está muy bien. Bueno, no, no está bien, pero aceptémoslo. Entonces, ¿qué pasa con aquellas que ya no conservan molécula alguna de la sustancia activa? Si diluimos una sustancia hasta tal punto que haya una sola molécula de sustancia activa por cada diez gránulos (y no se asusten, que eso es una dilución muy, muy modestita para la práctica homeopática), ¿qué pasa con el resto de los gránulos? ¿Nos están timando? Perdón, quiero decir ¿nos están timando conscientemente?
Pero hay más. En la segunda carta, xalarcon001 nos dice que
Existen pruebas "in vitro" para demostrar que el medicamento homeopático actua. En una de ellas, se usaron distintas diluciones de histamina sobre un cultivo de basófilos, para comprobar como se afectaba la secreción de histamina por parte de ellos al añadir el antigenos al cual eran sensibles. Las diluciones bajas presentaban efecto para inhibir la secreción de histamina.
Lo cual es, sencillamente apoteósico. Y es que existe, en efecto, un caso así: el que ha pasado a la historia con el sobrenombre de "el escándalo Benveniste". Por no alargarme demasiado, les remito a este estupendo relato de los hechos firmado por
Pero dejemos de momento esta segunda carta, y volvamos con la primera. Xalarcon001 pasa a continuación a trabarse en singular combate con el tercer enemigo, nada menos que
3.- Efecto placebo
Del que empieza diciendo que
De todos conocido dicho efecto
Para a continuación demostrarnos que no es de todos conocido. Al menos, él no lo conoce demasiado. Por ejemplo, dice que
Cuando se hacen estudios frente a placebo, este no supera más o menos, el 20% de los casos.
Lo cual no es ni siquiera incorrecto; es absurdo. El efecto placebo no es algo que se da en este señor y en aquellos otros cuatro no; es algo a lo que todos estamos sujetos si se dan las condiciones adecuadas, y lo único cuantificable en él es su intensidad.
Y esto último, con muchos reparos. Más que de "efecto placebo", quizá habría que hablar de "complejo placebo", del que el efecto sería tan solo una parte. Pongamos un ejemplo. Bueno, no, que lo ponga xalarcon001:
recopilen 100 historias clínicas de 500 homeópatas (con el correspondiente permiso del paciente, claro), hablen con los pacientes y revisen la evolución de sus dolencias. Clasifiquen dichas dolencias por sistemas fisiológicos y marquen, como se hace en convencional, una escala de valores de 1 a 10 para determinar el nivel de evolución: de 1 sin cambios, a 10 curación. Si con puntuación superior a 5 solo obtienen ustedes un 20% de casos, les daré la razón. Si por el contrario, se sorprenden de los resultados, les pediría que defendieran la homeopatía con el mismo ímpetud con que la critican.
Supongamos que los resultados sean "sorprendentes". De hecho, que lleguen incluso al 100 % si queremos. Da igual; recordemos que los pacientes acuden a clínicas homeopáticas. Y aquí ocurre más o menos lo mismo que con cualquier otra creencia supersticiosa o irracional: acuden quienes creen en ella, lo cual introduce un sesgo múltiple a la hora de evaluar los resultados. Por un lado, casi todos los enfermos que no creen en la homeopatía (y en los cuales, evidentemente, el efecto placebo no se manifestaría o lo haría con menor intensidad) quedan excluidos, sencillamente porque no acuden a la clínica.
Y digo "casi todos" porque algunos sí que acudirían, pero como último recurso. Seamos sinceros: todos acudimos al médico cuando no nos queda otro remedio y nuestra dolencia está cerca de su fase más aguda. Y algunos de aquellos pacientes a los que el médico no les aporta ninguna solución (porque no acierta con el tratamiento, porque no lo hay, porque el paciente no es lo suficientemente, ejem, paciente como para esperar los resultados de la medicación... en fin, por lo que quieran ustedes) y que notan que su rodilla les duele cada vez más, su espalda sigue haciéndoles la puñeta a conciencia y su cabeza retumba como si tuviera dentro al Top Secret Drum Corps en plena actuación, acudirán a continuación a los servicios de cualquier charlatán. Como, recordemos, la enfermedad estaba en su fase más aguda, lo más probable es que tras la visita al curandero de turno -en este caso, a la clínica homeopática- su dolencia empiece a remitir, y que identifique como curación lo que no es más que una simple regresión a la media.
Por otra parte, el vago criterio de clasificación que propone xalarcon001 es también problemático: recopilando historias clínicas "por sistemas fisiológicos" vamos a meter en el mismo saco un cáncer de pulmón y un simple catarro, con el previsible resultado de que la gran cantidad de pacientes "curados" de sus resfriados ocultará el fracaso de la pseudoterapia en enfermedades que no se curan con algo tan sencillo como el transcurso del tiempo (y el calor de pecho ajeno, como dice un amigo mío).
El lío se incrementa, además, si tenemos en cuenta que las historias clínicas homeopáticas no nos aportan información adicional que puede ser crucial. Si, por ejemplo, los pacientes están sometiéndose a homeopatía como "complemento" de un tratamiento médico de verdad, con lo que propone xalarcon001 resulta imposible saber si se han curado por el tratamiento médico científico o por el agua milagrosamente dinamizada.
Y por último queda otro detalle no menos importante: estamos comparando estos resultados con... nada. Nada en absoluto. De modo que, como mucho y haciendo un gran esfuerzo de imaginación, podríamos aceptar que la homeopatía resulta efectiva en comparación con no someterse a ningún tratamiento.
Lo cual no nos sirve de nada. La manera correcta de evaluar la homeopatía o cualquier otra terapia, real o ficticia, es simplemente compararla con un simulacro de esa misma terapia. Tomemos cien enfermos de lo que sea, cuyo grado de evolución sea similar; administremos a cincuenta gránulos con nada y a los otros cincuenta gránulos con nada, pero homeopáticamente dinamizada, y hagámoslo de manera que ni los pacientes, ni quienes les proporcionan los gránulos, ni quienes tengan que evaluar su evolución sepan cuál está recibiendo la medicina falsa y cual está recibiendo la... bueno, el tratamiento homeopático. Hagámoslo bien, con todo rigor, y observemos los resultados.
Lo malo es que eso ya está hecho. Y cuando se hace bien y con todo rigor el resultado en ambos grupos es idéntico.
Termina xalarcon001 su doble misiva (y yo casi también termino, de verdad) con un cuarto "frente" que por lo visto no se le había ocurrido antes. Dice su segunda carta que
Otra actitud muy corriente ente los detractores de la homeopatía, es la de reirse del supuesto efecto "memoria" del agua. Se pueden leer frases como " pues el agua del grifo no mata y debe tener memória de la contaminación de los rios", o otras como ¿porqué no recuerda el cobre de las cañerias ?...Este tipo de afirmaciones demuestran, una vez más, el profundo desconocimiento de la homeopatía por parte de esta gente. Para empezar, en la elaboración de un remedio homeopático se realiza a partir de diluciones y dinamizaciones sucesivas. Estas dinamizaciones, realizadas a partir de agitaciones breves y intensas de la solución, serían las responsables de pasar la "información" al agua. Por lo tanto, el agua del grifo no produce efecto alguno porque, a parte de haber sido depurada, no ha recibido ninguna dinamización.
Vale, es cierto, lo reconozco: yo mismo he caído en ello y hasta he colgado aquí, con toda impunidad, este infamante cartelito
Es más: hasta reconozco que el argumento esta vez sí tiene algo de valor (no se me asusten, lo digo "en términos puramente dialécticos"): es cierto que el agua del grifo no está dinamizada.
Hasta que la dinamizan, claro.
Así que vayamos al mejor de los mundos posibles, ese en el que todos los prados verdes, todas las montañas tienen su copa cubierta de nieve, todos los españoles somos justos y benéficos, y todas las industrias homeopáticas tienen la precaución de elaborar sus remedios no con cualquier agua, no, sino con agua de la mejor calidad posible: la que la ISO 3696:1987 denomina "Grado I" y que suele conocerse por el poético nombre de "agua ultrapura".
Un agua que puede contener hasta un máximo de 0,01 miligramos por litro de silicio, cantidad que parece diminuta, pero que resulta de una potencia tremebunda para un homeópata... especialmente si tenemos en cuenta que es ese agua la que se dinamiza para fabricar los productos homeopáticos. Si no me equivoco (las matemáticas no son mi fuerte, y menos a estas horas), eso equivale a una dilución de 4C de partida, de modo que cuando hayamos preparado, qué se yo, apis mellifica (o sea, abejitas machacadas y en remojo) a 30C tendremos silicio a 34C. que puede ser toda una bomba.
Y eso, por supuesto, en el mejor de los mundos posibles. En este mundo nuestro los medicamentos homeopáticos no se preparan con agua ultrapura, que es carísima, sino con agua purificada, sin más. ¡La de sustancias dinamizadas que nos estaremos tomando!
En fin, todo esto lo digo yo, que evidentemente no soy homeópata, y tengo una experiencia más bien limitada con su práctica. Pero, recordemos, teníamos con nosotros al "señor E", cuya opinión como homeópata practicante y estudioso de la disciplina seguramente será para xalarcon001 mucho más válida que la mía. De modo que cedámosle la palabra de nuevo:
Hace muchos años trabajé como homeópata, y por tanto entiendo los conceptos de la homeopatía (es decir, lo similar cura lo similar y la dilución incrementa la efectividad). Estos conceptos no tienen apoyo científico y probablemente lo admitan la mayoría de los homeópatas. Sin embargo, aseguran que varios experimentos in vitro sugieren que el proceso de dilución homeopática altera de forma demostrable la estructura del agua. Los contraargumentos son que esto solo ocurre durante nanosegundos, que no explica cómo semejantes diluciones pueden ejercer efectos sobre la salud in vivo, y que no explican por qué los gránulos (que no contienen agua) utilizados ampliamente en la homeopatía pueden resultar efectivos.
Los homeópatas aseguran que, aunque no entendamos cómo funcionan sus remedios, la evidencia clínica demuestra que funcionan. La verdad, sin embargo, es que las revisiones sistemáticas y los metaanálisis de la totalidad de los datos clínicos fracasan a la hora de demostrar que los remedios homeopáticos generen efectos clínicos más allá de los del placebo.
Los homeópatas contestan criticando la metodología de los últimos metaanálisis de Lancet realizados por Shang et al. Esto, sin embargo, ignora el hecho de que más de una docena de evaluaciones sistemáticas similares han llegado a la misma conclusión.
Los homeópatas también suelen hacer referencia a grandes estudios observacionales, por ejemplo, uno del Bristol Homeopathic Hospital, que implica que el ~70% de los pacientes mejoran tras recibir tratamientos homeopáticos. Semejantes estudios "de la vida real" y sus años de experiencia, aseguran, son más significativos que los ensayos clínicos. Sin embargo, la discrepancia entre los resultados de unos y otros es fácil de explicar: los pacientes en estudios observacionales mejoraron debido al efecto placebo, regresión a la media, tratamientos concomitantes y muchas otras circunstancias concurrentes. En los estudios clínicos, todos estos factores son eliminados y por tanto no se observan diferencias entre los remedios homeopáticos y los placebos.
Finalmente, los homeópatas aseguran que su práctica está libre de riesgos. Esto es claramente incierto. Los remedios homeopáticos altamente diluídos bien pueden estar libres de efectos secundarios. Pero rechazar o demorar tratamientos reales, como la homeopatía hace a menudo, puede causar un daño real. Esta cuestión no ha sido bien estudiada, excepto en un área concreta: muchos estudios han confirmado que los homeópatas (legos) tienden a aconsejar a sus pacientes que no inmunicen a sus niños, recomendando a veces en su lugar vacunas homeopáticas (que no son efectivas).
En conclusión, no hay evidencias sólidas que sugieran que los remedios homeopáticos tengan ningún efecto terapéutico específico y hay algunas evidencias que muestran que la homeopatía puede resultar dañina. Por lo tanto, su relación riesgo-beneficio es negativa.
En fin, que como ven un homeópata puede decir más o menos lo mismo que yo, solo que mucho mejor (y con muchas menos palabras). Claro que, por supuesto, en modo alguno pretendo yo compararme con el profesor Edzard Ernst.